¿Qué se esconde detrás de las bajas comisiones de algunos bróker?

Seguro que alguna vez le has escuchado a algún conocido aquello de que ‘lo barato sale caro’, ya fuera porque quedara descontento con su dentista o insatisfecho la última vez que llevó el coche al taller.

Cuando de lo que hablamos es de inversiones, cobra especial relevancia la tranquilidad de saber que nuestras acciones están en buenas manos. Por eso es importante saber qué analizar a la hora de elegir un bróker, más allá de que este nos ofrezca unas comisiones caras o baratas.

Algunas cuestiones que debemos tener muy presentes son el servicio al cliente, las herramientas que nos ofrece la plataforma o el tipo de órdenes con las que podemos operar, ya que el éxito o fracaso de nuestras inversiones puede depender más de estos aspectos que de una baja comisión por operar.

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Para tomar las decisiones adecuadas, es vital contar con herramientas apropiadas para estudiar las compañías tanto por análisis técnico (gráficos) como por análisis fundamental, con información que nos ayude a determinar si una empresa está infravalorada o sobrevalorada, y en función de esta conclusión, ponernos largos o cortos en un valor.

La atención al cliente es primordial y algo en lo que no deberíamos escatimar. Llamar a un número de teléfono y saber que vas a tener una respuesta rápida y profesional ante cualquier problema, es en muchos casos la diferencia entre un bróker bueno y uno malo. Otros servicios muy útiles a la hora de operar son la disponibilidad de cotizaciones en tiempo real, la profundidad de mercado o la rapidez en la ejecución de órdenes.

Debemos analizar igualmente otro tipo de comisiones que podemos tener aparte de la de operar en bolsa, como  la custodia de valores o el cobro de dividendos. Algunas entidades hacen una agresiva publicidad sobre la comisión de compraventa, pero luego podemos llevarnos sorpresas desagradables al comprobar el alto coste de hacer una transferencia o mantener el depósito de nuestras acciones.

Por último, tampoco deberíamos olvidar la nacionalidad de nuestro intermediario. Los hay que están bajo supervisión de organismos extranjeros diferentes a la CNMV, lo que dificultaría el proceso ante una hipotética reclamación. Hay una serie de bróker que operan en España que en realidad están domiciliados en países extranjeros, por lo que la cantidad que cubren sus fondos de garantía podría ser inferior a la cubierta en España.

En el caso de algunos brókeres extranjeros, el dinero de los clientes que no está invertido ni siquiera se encuentra en efectivo en la cuenta del cliente, sino que se traslada automáticamente a una serie de fondos monetarios.

Otro inconveniente de los brókeres extranjeros que no se coordinan con la Agencia Tributaria es la obligación por parte de sus clientes de tener que presentar en Hacienda el modelo 720 de Declaración de bienes en el extranjero. En caso de no atender a esta obligación, los clientes españoles se pueden enfrentar a cuantiosas sanciones económicas.