Dentro del mundo de la inversión existen dos grandes tendencias:
- La inversión basada en análisis técnico, que se basa en el estudio de la evolución de los gráficos.
- La inversión por fundamentales, que se asienta en el análisis de los datos de las cuentas de la compañía.
Además, dentro de cada una de ellas, podemos encontrar infinidad de métodos, que tienen en cuenta distintos matices o hacen hincapié en unos aspectos más que en otros.
El swing trading se enmarca dentro del análisis técnico, ya que se basa en el estudio de los gráficos, buscando detectar tendencias —tanto alcistas como bajistas, para invertir a corto—. También contempla cuestiones macroeconómicas que pueden influir en la tendencia de los valores.
En qué consiste el swing trading
En primer lugar, señalamos sus plazos de análisis. El swing trading se suele aplicar a la evolución de los valores durante más de un día, a diferencia de otras técnicas de trading, que son intradiarias (day trading). De esta manera, se intenta reducir el “ruido” de las pequeñas variaciones producidas en períodos más cortos (horas, minutos).
Esta característica provoca que se asuma el riesgo derivado de dejar la posición abierta una vez que el mercado ya ha cerrado. Si con posterioridad al cierre se produjese una noticia que provocase una gran variación en la cotización (que podría ser incluso superior al stop que se ha fijado), podrían producirse grandes pérdidas. Por eso, algunos tratan de aplicar esta técnica, pero en períodos de unas horas, aunque resulte más complicado obtener tendencias en períodos tan cortos.
Como siempre sucede en el análisis técnico, resulta muy importante establecer bien los momentos de entrada y de salida en el valor. Y, por lo tanto, establecer correctamente los stops, de manera que se materialice la ganancia deseada o, en su caso, se limite la pérdida.
También se pueden tener en cuenta eventos macroeconómicos a la hora de entrar. Por ejemplo, el Brexit, las negociaciones comerciales entre China y Estados Unidos, reuniones de la OPEP que pueden tener incidencia en la evolución de los precios del petróleo, etcétera.
¿El swing trader sigue siempre la tendencia que ha detectado? La tendencia se puede interpretar como una marea, que nos lleva hacia determinado sitio, pero que tiene vaivenes hacia delante y hacia atrás. Algunos traders pueden identificar esa tendencia en general (por ejemplo, durante las dos próximas semanas, van a subir los precios del crudo), pero intentan hilar más fino, y dentro de ese período, tratan de determinar aquellos momentos en los que el movimiento será el contrario.
Cómo operar
- Normalmente, no se buscan ganancias elevadas, sino más bien pequeñas y consistentes.
- La duración de las operaciones suele estar entre los 1 o 2 días, a las 1 o 3 semanas como máximo.
- Se deben establecer siempre stop loss, para minimizar pérdidas y recoger beneficios. Normalmente, serán stop loss dinámicos, para acompañar la tendencia lo máximo posible durante el período establecido.
- A la hora de elegir un valor, es preferible decantarse por aquellos con una alta capitalización y un gran volumen de transacciones, que permiten observar mejor las tendencias y los puntos a partir de los cuales hay que entrar y salir.
A partir de ahí, estudiando los gráficos, se analizará cuál es la tendencia (máximos y mínimos crecientes o decrecientes), y cuál es el rango de oscilación de esa tendencia. Es decir, se trata de determinar cuál es el canal por el que se mueve el valor (alcista, bajista o plano) y, en función de eso, definir la estrategia de swing trading, estableciendo los puntos de entrada y salida en situaciones cercanas a los límites de ese canal.
Se puede operar directamente, por ejemplo, comprando y vendiendo acciones en el mercado, o a través de productos más complejos, como los CFDs.
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