El ratio de cobertura de intereses (RCI) es un ratio muy frecuente en la revisión de la situación financiera de las empresas que pretende evaluar el equilibro de los flujos de caja generados por la empresa para atender sus obligaciones financieras. En otras palabras, es muy útil para conocer el grado de apalancamiento financiero de una compañia y ver si tiene mayor capacidad de endeudamiento.
Es frecuente encontrarlo en las presentaciones de resultados y como obligación financiera en multitud de préstamos, de forma que si se incumple determinado nivel, salta la alarma y puede llegar a implicar la amortización anticipada.
Se puede calcular de diversas formas: en función de la casuística de cada empresa, a partir del resultado, del ebitda, de los dividendos, etc.
Por lo que respecta a la parte del gasto, en general se habla de intereses pero también podemos encontrarlo como servicio de la deuda (intereses + amortizaciones).
Veamos algunas modalidades del ratio:
Cobertura servicio de la deuda
Se quiere evaluar si se cuenta con los recursos líquidos suficientes para afrontar el pago tanto de intereses como de amortización de la deuda. La visión sería más bien contable, y filosóficamente se busca que la empresa genere un resultado suficiente para atender el pago a sus acreedores financieros. La fórmula de cálculo sería la siguiente:
Resultado antes de intereses e impuestos / (gastos financieros + amortización deuda)
El problema es que con esta visión podemos tener resultados pero no flujos de caja, y podríamos llegar a no tener recursos para pagar. Por ello, se suelen buscar otras opciones que realmente reflejen el flujo de caja generado.
EBITDA / Servicio de la deuda
Por EBITDA entendemos el resultado antes de intereses, impuestos, amortizaciones y depreciaciones (Earnings Before Interest Taxes Depreciation and Amortization). Las depreciaciones y amortizaciones no tienen impacto en la liquidez.
Más concreto aún puede ser otra forma de calcularlo:
Flujo de caja disponible / servicio de la deuda
En este caso, tenemos en cuenta los recursos previos de la empresa, ya que si sólo miramos los flujos puede darse un año en el que tengamos déficit, pero en cambio tengamos muchos recursos disponibles, con lo cual no habría problema.
Dividendos/intereses
Finalmente, para empresas holding o aquellas cuyos ingresos provienen de dividendos, se suele usar un ratio similar pero más concreto:
Dividendos en cash/ Intereses de la deuda
De esta forma se aíslan las operaciones extraordinarias de la actividad normal.
Niveles adecuados del ratio
Lógicamente, un ratio inferior a 1 supone un problema, ya que implicaría que la empresa no tendría capacidad para atender los pagos generados por su deuda. Ovbiamente, cuanto mayor sea, mayor seguridad tendremos a la hora de hacer frente a los intereses. De todos modos, el ratio mínimo exigido por el mercado / las entidades prestatarias, suele ser de 1,5 y en otros casos incluso más.
En definitiva, el RCI es un ratio que admite muchas variantes en función de la casuística particular de cada empresa, pero cuya filosofía es siempre la misma: tener capacidad económica para atender las obligaciones financieras de la empresa.