Skew

Qué es el índice Skew: para qué sirve y cómo utilizarlo

Existen dos corrientes principales a la hora de invertir: el análisis fundamental, en el cual se estima el precio que debería tener la acción en función de los parámetros económico-financieros de la empresa y su posible evolución; y el análisis técnico, que analiza gráficos y ratios para saber si la tendencia del valor es positiva o negativa, y si es previsible que ésta cambie.

Dentro del análisis técnico un indicador muy utilizado es el índice Skew, que mide el riesgo potencial de los mercados financieros.

Qué es el índice Skew: definición y concepto

Skew significa sesgo en inglés. Este índice se utiliza para medir la percepción que existe en el mercado respecto a la posible finalización de una racha alcista en el S&P 500.

El Standard & Poor’s 500 agrupa a 500 grandes empresas que cotizan en la Bolsa de Nueva York o en el Nasdaq, y que suponen aproximadamente el 80% de la capitalización bursátil estadounidense, por lo que se considera un buen reflejo de la situación de los mercados. No obstante, también se puede estudiar de manera similar para otros índices, como el IBEX 35.

Índice del cisne negro

El índice Skew también es llamado a veces «índice del cisne negro», en referencia a una eventualidad que tiene una probabilidad de ocurrencia baja, pero puede tener un gran impacto. Por ello, habitualmente se habla de él cuando el sentimiento del mercado es que podría haber una ruptura abrupta de la tendencia alcista, produciéndose una caída significativa del S&P 500 y por extensión, de otros mercados.

Cómo se calcula

Para calcular el índice Skew se emplean opciones del S&P 500 para medir el riesgo de cola, es decir, dos o más desviaciones estándar respecto a la media en los rendimientos de dicho índice, en los siguientes 30 días.

Los valores de este índice suelen moverse entre 100 y 150. Cuanto más alto sea, implica una mayor volatilidad y, por tanto, una mayor probabilidad de ruptura de la tendencia. Si se sitúa alrededor de 100, la distribución sería normal y la probabilidad de que ocurriese un cisne negro sería reducida.

Para qué sirve

Skew

Aunque el índice mide de alguna manera la volatilidad y podría ser interesante para determinar tanto el inicio de una fuerte caída como el comienzo de un fuerte ascenso, lo habitual es analizar su evolución cuando la racha del mercado es alcista y podría cortarse bruscamente.

Esto es así por una cierta asimetría que hay en la volatilidad de los mercados: como se suele decir, cuando suben, lo hace poco a poco, mientras que cuando bajan, lo hacen bruscamente, por lo que en este sentido, la probabilidad de una gran caída «repentina» es mayor que la de una subida.

Ventajas y beneficios

La ventaja del índice Skew es precisamente su estimación sobre la posibilidad de una ruptura abrupta. El índice está basado en la volatilidad de las opciones sobre las acciones, por lo cual puede anticipar esa eventualidad.

De hecho, su origen se sitúa en una famosa caída de la bolsa neoyorquina, la del 19 de octubre de 1987, conocida como «el lunes negro», cuando, tras un mal despertar en la bolsa de Hong Kong, con caídas superiores al 40%, el Dow Jones se desplomó con una reducción del 22,6%.

En aquella época, el mercado de derivados no estaba tan desarrollado, de manera que no se detectó previamente la posibilidad de una caída tan significativa. Por lo tanto, contar con este tipo de índices ayuda a evitar que los movimientos sean tan bruscos.

Ejemplos y funcionamiento

El índice Skew se puede calcular de distintas maneras. Como indicábamos, existe un índice Skew para el IBEX 35, cuyos datos ofrece BME, el operador de la bolsa española.

En este caso, el índice mide la volatilidad de una opción al 95% (un 5% por debajo del precio del activo al que se refiere) a la que se resta otra al 105% (un 5% por encima), ambas a 30 días de vencimiento. Nota: la fórmula es en realidad algo más compleja, pero en esencia es el cálculo que se hace.

Como la volatilidad de las caídas suele ser mayor que la de los ascensos, la fórmula utilizada implica que el índice suele ser positivo, moviéndose desde hace años entre 4 y 8.  Cuanto mayor es el valor, mayor posibilidad de cambios significativos.

En este caso, sus valores más altos se han alcanzado en el segundo trimestre del 2020 (ante el temor de que la pandemia de la COVID-19 tuviese un fuerte impacto) y entre el tercer y cuarto trimestre de 2021, por el posible parón de la economía mundial a causa de la crisis de desabastecimiento de materias primas y por la subida de los costes energéticos.

En el primer caso, el IBEX 35 bajó de 7.231 puntos a 1 de junio a 6.452 a 1 de octubre (-10,77%), mientras que en el segundo se pasó de los 9.057 puntos a inicios de octubre del 2021 a 8.305 un mes después (-8,30%).

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