A la hora de invertir contamos con diferentes posibilidades, y muchas personas optan, en relación al largo plazo, por los planes de pensiones, que ocupan un lugar destacado en la cartera del inversor. De hecho, en febrero de 2018, los planes de pensiones individuales en España acumulaban más de 74.000 millones de euros.
Hasta hace pocos años, para poder rescatar un plan de pensiones antes de la jubilación, existían unos requisitos muy restrictivos, para situaciones más o menos excepcionales: enfermedad grave, invalidez, dependencia, fallecimiento, desahucio de la vivienda habitual y situaciones de desempleo de larga duración.
La reforma fiscal de 2015 ha abierto la posibilidad de rescatar los planes de pensiones a los 10 años sin tener que cumplir los requisitos anteriores (además, se han bajado las comisiones máximas que pueden cobrar los planes, para hacerlos más atractivos, que irán en una escala en función del tipo de inversiones que haga el plan).
No obstante, esta medida no entra en vigor inmediatamente, ya que los 10 años empiezan a contar el 1 de enero de 2015, de manera que los primeros rescates de este tipo no se podrán hacer hasta 2025. Pero, en cualquier caso, esta reducción de las restricciones a la hora de reembolsar el dinero puede hacer que muchos inversores se replanteen abrir un plan de pensiones, o que los que ya lo tengan, piensen en rescatarlo antes de llegar a la edad de jubilación. ¿Cómo funciona en la práctica? ¿Merece la pena?
Cómo se rescata el dinero
Como se ha indicado, la primera fecha en la que se podrá hacer sin cumplir las habituales contingencias (jubilación, enfermedad grave, desempleo de larga duración, etc…) será el 1 de enero de 2025. En ese momento, las aportaciones que hayan cumplido ya los diez años de antigüedad podrían ser retiradas, es decir, que se incluirían las aportaciones realizadas hasta el 31 de diciembre de 2014 (se calcula que hay casi 40.000 millones de euros en planes individuales de pensiones en estas condiciones, a los que habría que sumar los planes de empresa).
A partir de ahí, aportaciones posteriores deberían esperar a cumplir los diez años para ser retiradas (por ejemplo, lo invertido durante 2015, se podría retirar el 1 de enero de 2026, lo de 2016, el 1 de enero de 2027, etcétera).
Aunque en un principio se planteó la posibilidad de ponerlos, no existen límites en cuanto a la cantidad rescatada, la única restricción es que tengan los diez años cumplidos.
Para recuperar el dinero, basta con comunicárselo a la gestora del plan, sin tener que dar ninguna otra explicación ni aportar ningún justificante (ya que simplemente irá por fechas).
La disposición del dinero puede ser total o parcial, tal y como reza el apartado 4 del artículo 9 del Reglamento de Planes y Fondos de Pensiones:
“Los partícipes de los planes de pensiones del sistema individual y asociado podrán disponer anticipadamente del importe, total o parcial, de sus derechos consolidados correspondiente a aportaciones realizadas con al menos diez años de antigüedad.”
Ventajas del rescate a los 10 años
La posibilidad de rescatar el plan de pensiones a los 10 años, sin más condiciones, mejora la liquidez de este instrumento de inversión. Una de las mayores pegas que presentaban era que, salvo en las restrictivas condiciones comentadas al principio, no era posible disponer de ese dinero, como sí se puede en otros tipos de inversión. Este cambio reduce en parte esa desventaja.
Además, el dinero rescatado se podría utilizar no sólo para el consumo, sino también para emplearlo en otra inversión más rentable. El coste de oportunidad de tener el dinero ahí parado puede ser elevado.
Inconvenientes del rescate a los diez años
Por definición, los planes de pensiones son un instrumento de ahorro a largo plazo que la gente contrata para asegurar en alguna medida su nivel de vida cuando se jubile. Si se facilita el rescate anticipado, muchas personas lo utilizarán para consumir, posponiendo nuevamente su decisión de ahorrar (teniendo en cuenta, además, que la tasa de ahorro en España no es muy elevada).
Una de las ventajas que tienen los planes a largo plazo es la del interés compuesto. Merced a este concepto, calificado por Einstein como la fuerza más poderosa de la galaxia, se van recibiendo intereses no sólo sobre el capital invertido, sino también sobre los intereses que se van recibiendo, de manera que se produce un efecto de bola de nieve que multiplica el dinero.
Lógicamente, este efecto es mayor cuantos más años pasen, y si se retira el dinero pasados diez años, aún no se han generado intereses suficientes para que se aprecie demasiado.
Efecto fiscal
Muchas personas comienzan un plan de pensiones, o realizan aportaciones al mismo, en función de criterios fiscales, ya que nos permiten reducir la base imponible en el IRPF. Pero esto, más que un ahorro fiscal, es un aplazamiento, porque al rescatar el plan tributará como rendimientos del trabajo, de manera que el tipo impositivo de ese año subirá considerablemente.
Este efecto, que puede ser considerable cuando uno se jubila, es incluso mayor cuando se está todavía en activo, ya que se sumará a los ingresos derivados del trabajo.
Por ejemplo, si un trabajador que gana 35.000 euros al año rescata 30.000 euros de su plan de pensiones, ese año tendría unos ingresos de 65.000 euros, por lo que alcanzaría el tipo marginal máximo del 45% (que incluso es superior según la Comunidad Autónoma de residencia), que está en 60.000 euros.