En no pocos artículos hemos hablado de la importancia de la educación financiera como un elemento clave para que se resuelva uno de los problemas de la economía familiar: el gran desconocimiento que muchas familias tienen de los conceptos financieros más básicos.
Sin ir más lejos, hay un conocido estudio de la CNMV que concluye que más de la mitad de los españoles no comprende conceptos financieros básicos.
De hecho, si consultamos los datos del estudio:
Hay un hecho todavía peor: son los más jóvenes, el grupo de entre 18 y 34 años, los que menos saben de economía financiera.
A la vista de estos datos, y pese a que en los colegios e institutos se intentan dar pasos para mejorar, es evidente que queda mucho camino por recorrer y que por tanto, deberán ser los padres los que asuman la formación financiera de sus hijos.
En su momento, ya hablamos sobre a qué edad podíamos empezar a hablar a los niños de dinero, y una de las cosas más importantes que todos los que somos padres debemos tener siempre en la cabeza, es que somos el modelo de nuestros hijos, y que por tanto, si nosotros llevamos una economía familiar desordenada, y no nos preocupamos de nuestras finanzas, es muy probable que nuestros hijos sigan nuestros pasos.
Cultura del esfuerzo
Probablemente, uno de los valores que más se está perdiendo en la sociedad moderna, marcada por horarios amplios, es que en muchos casos se reduce el tiempo que los padres pasan con sus hijos, y quizás por sentido de culpabilidad, quizás por complacerles, les llenan de cosas materiales.
Seguro que te suena: niños o adolescentes con el último smartphone o con la última moda, y cuyo único requisito es pedírselo a sus padres.
Es importante establecer desde los inicios que para obtener ciertos beneficios hay que dar algo a cambio en forma de esfuerzo personal o tiempo, como nos sucede a los adultos en la vida diaria. Tampoco se trata de negociarlo todo, pero sí de establecer un sistema de requisitos-recompensas que empiecen a generar un cierto hábito.
Gestión de presupuesto
Una duda que muchos padres tienen es cómo empezar a delegar el poder económico en sus hijos. Seguro que todos nos acordamos de la famosa paga, y puede ser un primer paso para que los más pequeños empiecen a gestionar su propio presupuesto, que deben controlar para alcanzar los retos que se fijen.
El juego
Puede parecer algo banal, pero sin duda los videojuegos o los juegos de mesa pueden tener cierto componente educacional. Quizás en el pasado a todos se nos viniera a la cabeza el famoso Monopoly o similares, aunque ahora pueda parecer algo desfasado.
Asimismo deberíamos hablar de juegos de gestión, desde un equipo de fútbol a una granja, pasando por otras situaciones cotidianas como un restaurante. Para tener éxito en ellos es necesaria una eficiente gestión de recursos y del dinero, y es algo que, por supuesto controlado por los adultos, puede ser una forma lúdica de favorecer ciertas tendencias de gestión.
La inversión
Además de lo que hemos comentado, introducir a nuestros hijos en el mundo de la inversión puede ser algo muy provechoso para ello. En el pasado era habitual abrirle una cuenta de ahorro para ellos, en las que ir acumulando sus regalos (cumpleaños, comunión, etc.).
Ahora, con tipos de interés en negativo no tiene mucho sentido, ya que la temida inflación provocaría que cada día en términos reales su dinero valiera menos.
Por eso, es mucho más recomendable una cuenta de inversión, bien sea de fondos de inversión o de acciones, para que el interés compuesto empiece a trabajar desde el momento 0. Recuerda que no hay importe mínimo, y que cuánto más tiempo se tenga como horizonte temporal, más recomendable es invertir.
En Self Bank somos partidarios de fomentar esa cultura del ahorro, y por eso puedes abrir una cuenta de inversión sin coste si únicamente tienes fondos de inversión, disponiendo de miles a tu disposición que puedes encontrar en nuestro buscador de fondos de inversión.