Los pagos en especie son una de las maneras de retribuir más desconocidas por los trabajadores. Aunque cada vez son más habituales en las grandes empresas, el tejido empresarial español está compuesto mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas (las pymes son un 99,9% de las compañías en nuestro país). Y es por ello por lo que, aunque puede ser una manera de pagar —y de cobrar— con numerosas ventajas, todavía no se utiliza demasiado.
Qué son los pagos en especie
Los pagos en especie son aquellos que se hacen con algo diferente al dinero; en la práctica, se trata de bienes o servicios que puede disfrutar el trabajador a coste cero, o a un precio inferior al del mercado.
Cuáles son los pagos en especie más habituales
Los que más se suelen utilizar son los de disfrute de una vivienda (que puede ser propiedad de la empresa, o ser alquilada por ésta), de un vehículo (al igual que el anterior, puede ser de la compañía, o estar en renting o en leasing), tickets de comida (canjeables en algunos restaurantes que los aceptan), seguros de salud, servicios de guardería, tickets de transporte, o incluso —muy habitual en las Startups— entrega de acciones de la empresa.
En ocasiones, también se le denomina retribución flexible, ya que es una posibilidad a la que el trabajador puede acogerse; la empresa le ofrece opciones de pagos en especie, y el trabajador elige qué es lo que quiere y qué no. De alguna manera, configura su nómina a la carta.
Indudablemente, poder disfrutar de estos bienes y servicios tiene un valor, que se traducirá como un ingreso para el trabajador —salario en especie— que se deberá ver reflejado en su declaración de la Renta (en algunos casos, como veremos, hay algunos límites que están exentos de tributación, lo que constituye una de sus principales ventajas).
Limitaciones de los pagos en especie
Aunque pueden resultar ventajosos en muchos aspectos, también resulta lógico que no se pueda cobrar todo el salario en especie. Por ello, la ley fija un máximo del 30% del salario bruto para este tipo de retribuciones.
Qué ventajas tiene
Para la empresa, supone una manera de retribuir que le puede salir más barata que la tradicional, ya que, en muchos casos, estará utilizando activos que ya tiene (por ejemplo, si cede el uso de un vehículo a un trabajador) y en otros, podrá negociar descuentos por volumen, de forma que conseguirá precios más atractivos que los que podría conseguir el trabajador por su cuenta (por ejemplo, en vez de pagarle al empleado 200 euros para que éste pueda llevar a su hijo a la guardería, la empresa consigue contratar ese servicio por 150 euros).
Además, puede servir para incrementar la motivación y el compromiso de los empleados de la empresa y contribuir a la atracción de talento, mejorando la productividad.
Por su parte, para los empleados puede ser bastante ventajoso, sobre todo, desde el punto de vista fiscal, ya que muchos de los conceptos están exentos fiscalmente, en todo o en parte (con un límite).
En definitiva, se trata de renunciar a cobrar más dinero, a cambio de, paradójicamente, tener más dinero disponible. Siempre y cuando, claro está, los productos y servicios que se ofrecen como retribución flexible sean interesantes para el trabajador, y no se le impongan como algo obligatorio (este sería uno de sus inconvenientes, el que pueda ponerse al trabajador como algo forzoso).
Exenciones en la retribución en especie
El artículo 42 de la Ley del IRPF recoge lo que son las rentas en especie y detalla los rendimientos en especie que están exentos, como son:
Las entregas de productos rebajados en comedores de empresa y economatos. A partir del 1 de enero de 2018, el límite en tiques restaurante son 11 euros diarios por empleado y día laborable.
La utilización de bienes y servicios sociales y culturales (incluyendo los espacios habilitados por las empresas para guarderías, así como la contratación directa o indirecta de este servicio con terceros).
Los seguros de salud, con un límite de 500 euros (válido para el propio empleado, su cónyuge y sus descendientes).
La prestación del servicio de educación preescolar, infantil, primaria, secundaria obligatoria, bachillerato y formación profesional por centros educativos autorizados, a los hijos de sus empleados, con carácter gratuito o por precio inferior al normal de mercado.
Cantidades satisfechas a entidades encargadas de proporcionar transporte público colectivo, para trasladar al trabajador de su hogar al centro de trabajo y viceversa, con un límite de 1.500 euros anuales.
La entrega de acciones de la empresa, de forma gratuita o a un precio inferior al de mercado, hasta un límite de 12.000 euros anuales.
Ejemplo de ahorro en la retribución en especie
Supongamos un trabajador que tiene dos alternativas, cobrar 39.000 euros brutos al año, o cobrar 30.000 + 9.000 euros en especie, repartidos en diversos conceptos: un seguro de salud para él, su cónyuge y su hijo, por importe de 500 euros cada uno, tiques restaurante por 2.000 euros, y un bono de transporte público para trasladarse al trabajo, por importe de 1.000 euros.
La comparativa entre una y otra opción sería esta:
En el caso de la retribución en especie, todos los conceptos señalados en el ejemplo estarían exentos en el IRPF. Por eso, el importe neto que recibe el trabajador en el segundo caso se ve reducido en un menor importe: está pagando menos impuestos.
Además, estamos suponiendo que el empleado, en el primer caso, abona 9.000 euros por todos esos productos, que es la suma que hemos puesto como retribución en especie (1.500 + 2.000 + 4.500 + 1.000), aunque en realidad, posiblemente pague más, puesto que la empresa habrá negociado precios por volumen para contratar esos servicios, y tendrá mejor precio.
En este ejemplo, el trabajador habría obtenido un ahorro de más de 3.000 euros, de manera que el dinero que tendrá disponible al final para sus gastos es mayor en el caso de la retribución en especie.