La tecnología está cambiando a marchas forzadas nuestro mundo. Muchos ya hablan de una Cuarta Revolución Industrial, en relación a toda la adaptación digital que estamos sufriendo (o disfrutando), con Internet como centro de todo.
El mundo de las finanzas no es ajeno a estos cambios, y aunque la banca tradicional todavía existe, cada vez contamos con más y mejores alternativas a la misma.
Las finanzas están hoy en día viviendo la revolución tecnológica de la mano de las llamadas fintech (palabra formada por los términos “financial” y “technology”), que suponen un impulso hacia la digitalización de las finanzas. Las nuevas generaciones quieren nuevas maneras de hacer las cosas (apps, blogs, webinars…), y la banca debe adaptarse a ello si quiere competir con las nuevas compañías surgidas en este ámbito.
Abrir y gestionar las cuentas desde cualquier lugar y en cualquier momento, controlar mejor las cuentas, o ser atendido rápida y eficientemente, son algunas de las ventajas de la banca digital respecto a la tradicional.
En este contexto, aparecen los Neobanks y los Challengebanks, para dar respuesta a los millenials, generación formada por personas que, en muchos casos, nunca pisará un banco físico.
Qué son los Neobanks
Los Neobanks son entidades que suelen tener detrás un banco tradicional, incluso con sucursales físicas, pero que han adaptado sus herramientas y la interacción con el usuario a las plataformas móviles.
Qué son los Challengebanks
Por su parte, los Challengebanks son entidades totalmente nuevas, fintech puras surgidas alrededor de uno o varios servicios online. En muchos casos, son startups que han nacido a partir de las posibilidades de democratización surgidas gracias al uso masivo de Internet y los dispositivos móviles.
En qué se diferencian
Aunque la manera de trabajar con estos dos tipos de entidades puede ser similar, presentan algunas diferencias. Así, los Neobanks ofrecen una mayor garantía, en el sentido de que están respaldados por una entidad bancaria, mientras que los Challengebanks serían, en ese sentido, mejores para aquellos que buscan más libertad, o una entidad “fuera del sistema”.
Por su propia naturaleza, la forma en la que se han creado también es diferente. Los Neobanks surgen a partir de la constatación por parte de las entidades tradicionales de las nuevas tendencias en el mundo de las finanzas, mientras que los Challengebanks se han formado, en muchos casos, a partir de una idea presentada a unos inversores, fondos de capital-riesgo, etcétera, y recaudando dinero a través de diversas rondas de financiación para la puesta en marcha del proyecto.