Se trata de la Navidad más atípica que podamos imaginar. La de este aciago 2020, se presenta como una Navidad desdibujada en la que todo lo que antes nos ilusionaba y hacía felices estos días será diferente. El virus COVID-19 ha cambiado el mundo tal y como lo conocíamos, y las fiestas navideñas no podían ser la excepción.
Una Navidad muy diferente en 2020
Los gobiernos han configurado sus medidas y restricciones para controlar la pandemia durante las fechas más señaladas de final de año, con el objetivo de minimizar los riesgos en momentos donde el contacto interpersonal se acentúa y a las puertas de empezar a vacunar a la población. En España, esta Navidad se restringe la movilidad y el número máximo de personas de diferentes núcleos familiares que se pueden reunir.
Adiós cenas y comidas de empresa, amigos, primos, etc. O, si se hacen, será con limitación del número de personas. Y con toque de queda, por supuesto. Nada de cotillones, ni macrofiestas. Este año, poco después de medianoche, todos a su casa. Por lo tanto, las perspectivas son muy distintas a las de otros años.
La Navidad 2020 se tiene que apretar el cinturón para contener una temida nueva oleada de casos antes de que llegue la esperada vacunación. Ante todo, por encima de los encuentros y el carisma de estos días, se trata de evitar que las cifras de contagios se disparen.
¿Esto significa que debemos renunciar a la Navidad? No, desde luego. Solo vivirla de una forma mucho más austera, pausada y consciente ante el peligro con el que todavía vivimos.
Cómo disfrutar de una Navidad tan poco convencional
Aunque hay quien reniega de esta ‘Navidad a medias’ que nos plantea la pandemia, no debería ser óbice para restar sentido a estas fiestas, que para muchos son, y seguirán siendo, muy especiales.
Hay que tener claro que debemos evitar ponernos en riesgo y poner en riesgo a nuestro entorno todo lo que podamos. Dentro de eso, ¿qué se puede hacer? Pues apostar por relacionarse solamente con las personas que formen parte de nuestro círculo particular, tal y como indican los doctores y expertos.
Los mercadillos navideños y demás eventos típicos van a seguir realizándose, con nuevas medidas de seguridad. No obstante, si es posible, deberíamos intentar acudir los días en los que haya menos afluencia de personas.
Igualmente, se puede salir a comer en un grupo de máximo seis personas, siendo lo más recomendable hacerlo al aire libre, en una terraza. Sí, hace frío en estas fechas para sentarse fuera, pero muchos restaurantes y bares se han equipado especialmente con estufas y mantas para protegernos del frío. Si el plan no te convence, siempre puedes preparar alguna comida en casa, pero igualmente recuerda que no es recomendable que acudan personas que no sean de tu burbuja.
Algo que es perfectamente seguro y que se puede recuperar en estas fechas son las quedadas por videollamada. Si antes se quedaba a tomar algo por esta vía, retoma la costumbre con esos amigos y familiares a los que no podrás ver en persona este año. La imaginación nos salvó en el confinamiento. Ahora en Navidad puede y debe hacerlo para que al menos no nos sintamos tan lejos unos de otros.
La familia unida, pero en la distancia
En el caso de que residas en una Comunidad Autónoma diferente a la de tu familia y quieras viajar para reunirte con ellos en Navidad, no está prohibido aunque se pide extremar precauciones. Es decir, que si puedes evitar ir a ver a tus tíos de Zaragoza —por poner un ejemplo— y quedarte solo con tus padres y hermanos, será mucho mejor.
Aunque duela, este año tocará hacer sacrificios de ese tipo para seguir poniendo coto al virus, hasta que la vacunación sea una realidad. Como decíamos anteriormente, se pueden retomar las videoquedadas para paliar la nostalgia que provoca esta Navidad tan atípica.
Así, lo fundamental es mentalizarse y no deprimirse ante las fiestas más austeras que se recuerdan. Desde un punto de vista financiero, plantéate estas navidades tan escuetas como las más apropiadas para el ahorro, así llegarás a 2021 en mejor forma que otros inicios de año. Porque precisamente, en el entorno de crisis en el que nos encontramos, es fundamental ser cautos y ponernos las pilas con las finanzas personales y, especialmente, con el ahorro.