Normalmente utilizamos el término Mercado Continuo para referirnos a los valores de la bolsa española que no están en el IBEX-35. Sin embargo, en realidad el Mercado Continuo lo componen todas las empresas cotizadas que se negocian en la bolsa española, tanto los valores del IBEX-35 como los valores que por su liquidez y tamaño no llegan a cotizar en él.
Sin embargo, los inversores con más solera, recuerdan que hubo un mercado semi informatizado anterior a éste.
El origen del Mercado Continuo se remonta varios años atrás, cuando la cada vez mayor negociación en bolsa condujo a un sistema de negociación continuo y no solo basado en la fijación de precios dos veces al día. Antiguamente en el parquet de la Plaza de la Lealtad de Madrid se podía ver personas comprando y vendiendo acciones en corros.
La negociación se realizaba de viva voz, utilizando las expresiones ‘tomo’ y ‘doy’. Cada 10 minutos sonaba una campana, que indicaba el cierre de la negociación de las empresas de un sector, para comenzar a negociar otro en el siguiente corro.
Ese método tenía fecha de caducidad porque la informática empujaba con mucha fuerza y las contrataciones en bolsa eran ya de ámbito nacional. Aunque aún permanecen activas para temas administrativos las cuatro plazas españolas: Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao, no hace tanto que los medios especializados en economía, o las secciones económicas de los diarios generalistas, publicaban los cierres diarios de cada plaza por separado.
El 9 de julio de 2009 el mercado de corros cerró para siempre y todo se convirtió en un mercado continuo en el tiempo y global en su dimensión nacional, donde los operadores pueden ejecutar las órdenes donde quieran y no sólo desde ordenadores situados en una de las cuatro plazas bursátiles.
El mercado continuo arrancó en 1989
Resulta interesante para los inversores modernos recordar que el mercado continuo empezó a dar sus pasos en abril de 1989 con sólo cinco empresas ¿Qué empresas eran? Pues se llamaban Altos Hornos, Motor Ibérica, Nueva Montaña Quijano, Sniace y Tubacex, quizás alguna todavía te suena… Otras, a lo mejor han cambiado de nombre o dueño. Y otras, han desaparecido. ¿Te ves capaz de localizarlas? Te llevarías una sorpresa, seguro.
Por aquel entonces, el mercado continuo vivía de una tecnología prestada, el sistema CATS (Computer Assisted Trading System), desarrollado por la Bolsa de Toronto. Era administrado por la Sociedad de Bolsas, pero esta empresa aún no cotizaba (hoy es BME).
En octubre de 1995 el CATS fue sustituido por el sistema SIBE (Sistema de Interconexión Bursátil Español), desarrollado por la Bolsa de Madrid, que es el que conocemos actualmente.
Los herederos de los corros, el fixing
Aquellos corros no han muerto del todo. Incluso un sistema tan moderno como el SIBE tiene un segmento específico para solucionar el problema al que respondían los viejos sistemas de corros: las empresas con baja frecuencia de contratación y, por ende, bajo nivel de contratación. Son empresas que se mueven poco durante la sesión, por lo que se estimula su negociación casando las operaciones en dos únicos momentos del día, las llamadas subastas (los corros modernos), a las 12:00h. y las 16:00h.
Así que, ya lo sabes. El mercado continuo fue un paso evolutivo lógico de las bolsas españolas, por lo que es razonable que utilicemos el término como sinónimo de la bolsa española. Sin embargo, es bueno recordar que hubo un tiempo en el que las empresas cotizadas españolas se compraban y vendían a voz en cuello en el parquet de, por ejemplo, la Plaza de la Lealtad, la sede de la Bolsa de Madrid.
Y, para terminar, recordaremos que la empresa más antigua de la Bolsa de Madrid, es Duro Felguera, pues cotiza con el mismo nombre desde 1918, después de que Banesto fuese absorbido por Banco Santander. Aunque otras de las que cotizaban en ese mercado todavía hoy siguen en el mercado continuo, incluso como parte del IBEX 35, pero con otros nombres.