Las renovables pueden ser limpias y baratas, pero son también intermitentes. Si se mejora la capacidad de almacenamiento de energía, la dependencia del gas natural, del carbón o del petróleo puede reducirse significativamente.
Según los expertos estamos en los primeros pasos del ciclo de inversión en almacenamiento de energía, una fase que no durará mucho: ya muestra retornos económicos atractivos y características similares a las infraestructuras.
La previsión es que el almacenamiento de energía pronto seguirá el mismo camino que las industrias solar y eólica y ya constituye una megatendencia, entre las inversiones en infraestructuras, que se verá acelerada a medida que el sector madure.
¿Qué es el sistema de almacenamiento de energía?
Un sistema de almacenamiento de energía (SAE) o ESS (Energy Storage System) engloba una serie de tecnologías y dispositivos que permiten almacenar energía. Pueden ser tecnologías electroquímicas (baterías), químicas, termales, mecánicas o eléctricas. Y, por lo general, se definen por la cantidad de energía que permiten almacenar (en MWh o megavatios-hora).
Importancia del sistema de almacenamiento de energía
Los sistemas de almacenamiento de energía son importantes porque se han convertido en la mejor alternativa frente a otras fuentes de generación eléctrica —básicamente termal— a la hora de compensar las limitaciones de las renovables, tales como su intermitencia o su impredecibilidad —horas sin luz o viento—.
En los últimos diez años se han convertido en una alternativa real gracias a la caída de los costes en casi un 80%, al tiempo que el apoyo regulatorio crece.
El almacenamiento de energía ha alcanzado un punto de inflexión, con la capacidad instalada en EE.UU. triplicándose en 2021, según datos de la EIA.
Por último, cabe destacar que, la transición energética completa no puede ocurrir sin el almacenamiento de energía.
Beneficios de un sistema de almacenamiento de energía
El principal beneficio de un sistema de almacenamiento de energía es que permite cubrir las necesidades de electricidad cuando la generación por tecnologías sostenibles no es viable. Ya que, sin almacenamiento, los periodos valle en la generación sostenible solo se podrían cubrir con sistemas de generación por combustión como las centrales térmicas o nucleares.
Por tanto, si los ESS evolucionan lo suficiente, no será necesario acudir a otras fuentes de generación menos sostenibles para cubrir la demanda en los periodos en los que la falta de viento o radiación solar no lo hagan.
Principales sistemas de almacenamiento de energía
Hay cinco grandes sistemas de almacenamiento de energía (SAE):
- Electroquímico.
- Químico.
- Termal.
- Mecánico.
- Eléctrico.
Entre ellos se incluyen las baterías de litio, el hidrógeno, la acumulación por bombeo, aire comprimido, almacenamiento térmico, supercondensadores o volantes de inercia.
Megatendencia: la oportunidad de los sistemas de almacenamiento de energía (SAE)
Aunque los SAE son una clase de activo relativamente nuevo, ya ofrecen características muy concretas que los hacen atractivos para la inversión. Son servicios esenciales con elevadas barreras de entrada, elevados márgenes y larga vida de los activos.
Rápida maduración
Para los expertos, a medida que los inversores se sientan más cómodos con estos activos, las valoraciones subirán porque se percibirán como inversiones más seguras. El mejor ejemplo de lo que puede ocurrir con los SAE es lo que hemos vivido con los proyectos de energía solar y eólica los últimos veinte años, si bien los SAE van a madurar más rápido, dada la evolución reciente de las renovables.
Además, los costes a la baja, la favorable regulación y la fragilidad de las redes ante los efectos del cambio climático, apoyan a los SAE.
Costes a la baja
Los costes de los SAE han caído casi un 80% en la última década según la National Renewable Energy Laboratory (NREL), gracias a las mejoras tecnológicas, la inversión en I+D y las crecientes economías de escala que provocaron los Vehículos Eléctricos.
Regulación favorable
El Gobierno estadounidense ha proporcionado un apoyo regulatorio importante. Como referencia, algunos Estados como California, Massachusetts y New York, han establecido por su cuenta objetivos de SAE más ambiciosos.
Fragilidad de las redes
Los últimos impactos meteorológicos (tormentas, huracanes, inundaciones…) han demostrado la fragilidad de las redes de electricidad y la volatilidad de los mercados eléctricos. Los SAE pueden superar estos problemas porque alimentan a mercados más locales.
En conclusión, los SAE previsiblemente pronto seguirán el mismo camino que las industrias solar y eólica a las que apoyan porque han bajado sus costes, cuentan con una regulación favorable y permiten esquivar problemas meteorológicos.
La operativa con productos cotizados está dirigida a inversores que deben tener experiencia y conocimientos financieros suficientes para invertir en ellos. La inversión en estos productos requiere una vigilancia constante de la posición ya que comportan un alto riesgo y se puede perder el 100% del capital invertido.
Antes de efectuar cualquier contratación, es recomendable informarse legal, regulatoria y fiscalmente sobre las consecuencias de una inversión.
Las decisiones que cada inversor adopte, tanto de inversión como de nivel de delegación y asesoramiento, son su responsabilidad.
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