Los inversores activistas: un estilo de inversión con mucha historia

Llamamos inversor activista a aquel que adquiere una participación importante de alguna empresa cotizada con el objetivo de influir en su gestión. Por contra un inversor de talante más pasivo es aquel que compra acciones de una empresa cotizada pero no pretende influir en su gestión.

Cuando la mayoría de los inversores particulares compramos acciones de una empresa estamos queriendo participar de la evolución y los beneficios de esa empresa. El principal objetivo del inversor activista es alterar algunos aspectos de la empresa para que su valor ascienda. Las empresas que son objetivo de este tipo de inversores suelen ser empresas que desde su punto de vista tienen una gestión mediocre, costes excesivos o que podrían ser mejor gestionadas.

Aunque hablamos de inversores activistas, muchas veces éstos actúan bajo la estructura legal de un hedge-fund o empresa de capital riesgo (private equity firm). En España cualquier inversor que adquiera una participación mayor al 3% de cualquier empresa cotizada está obligado a comunicarlo al regulador (CNMV). Este mecanismo permite en la práctica saber cuando algún inversor o fondo está acumulando una posición sustancial en cualquier empresa cotizada y por tanto es un filtro interesante para localizar a empresas que estén siendo objeto de una inversión por parte de algún activista.

¿Cómo es su estilo de inversión?

Hay casi tantos tipos de inversión activista como inversores activistas. En líneas generales podemos distinguir dos estilos: el amistoso y el combativo.

Los activistas amistosos pretenden influir en los negocios de las empresas en las que invierten pero manteniendo una buena relación con la directiva de la empresa. Este tipo de inversores son bastante más frecuentes de lo que creemos, pero tienen mucha menos repercusión en los medios. Un buen ejemplo de este estilo amistoso es Clifton Robbins de Blue Harbour Group.

Por contra los activistas combativos saben utilizar los medios a su favor y emprenden campañas mediáticas en la medida de sus posibilidades para lograr producir cambios en la empresa. En muchas ocasiones buscan sustituir la directiva de la empresa y se produce una batalla abierta al respecto. Uno de los ejemplos más paradigmáticos probablemente sea Bill Ackman en su lucha contra Herbalife.

Los inversores activistas no tienen miedo a ir contra corriente y no les importa sufrir un poco más de volatilidad hasta que el mercado reconozca que sus razonamientos son correctos. Su objetivo es encontrar valor en las empresas en las que invierten y poner en marcha los procesos para desatascar situaciones que pueden estar haciendo que el mercado no reconozca todo el potencial que ellos ven en una empresa.

Críticas a este estilo de inversión

En muchas ocasiones se ha criticado a los inversores activistas de excesivo cortoplacismo en sus operaciones. La tentación de realizar alguna operación que genere una subida de precio de la cotización de la empresa a corto plazo a expensas de su valor a largo plazo existe. Por otro lado los activistas tienden a ser acusados por los directivos de las empresas, que se sienten amenazados en su trabajo y por tanto su opinión tampoco está libre de sesgo.

A pesar de su fama de operar con mentalidad de corto plazo, en términos generales los activistas más famosos han mantenido sus inversiones muy por encima de lo que mantienen las inversiones la mayor parte de fondos de Wall Street.

Veamos a continuación algunos de los inversores activistas más conocidos:

Carl Icahn (Icahn Enterprises)

Sin duda, el primer nombre que viene a la mente cuando hablamos de inversores activistas. Con más de 40 años de experiencia a sus espaldas, Icahn gestiona más de 30.000 millones de dólares. Algunas de sus operaciones más renombradas fueron con empresas como Yahoo, Netflix o Clorox. En los últimos tiempos ha estado muy presente en medios de comunicación al haber tomado una posición importante en Apple y haber presionado para que su CEO Tim Cook intensificara su programa de recompra de susacciones.

Bill Ackman (Pershing Capital)

Ackman es conocido por haber atacado algunas empresas públicamente de las que no tenía buena opinión. Sin embargo no siempre ha mostrado un temperamento combativo. Tras haber empezado su fondo en 2004 con 54 millones de dólares bajo gestión, en la actualidad gestiona a través de sus fondos más de 14.000 millones de dólares. Su campaña más mediática ha sido sin duda contra Herbalife. En tiempos recientes ha tenido mucha exposición mediática por su polémica inversión en Valeant.

Daniel Loeb (Third Point Partners)

Entre las operaciones más conocidas de Dan Loeb se encuentra su activismo en Yahoo y la empresa de subastas Sotheby’s. Actualmente la empresa de Loeb gestiona más de 20.000 millones de dólares.

Otros nombres importantes son: Jeff Ubben (ValueAct Capital Partners), Christel Gardel (Cevian Capital), Nelson Peltz (Trian Fund), Scott Ferguson (Sachem Head Capital) y Jeffrey Smith (Starboard Value).