Que ahorrar es algo complicado no es nada nuevo. Sobre todo si llegamos normalmente muy justos a final de mes. Pero, como bien sabemos, es algo que tenemos que hacer sí o sí, o al menos intentarlo fervientemente, pues las consecuencias de no hacerlo pueden ser nefastas, como vimos con la crisis económica.
Por eso, para hacerlo un poco más “entretenido” vamos a ver algunas formas de ahorro en las que hay cierto componente lúdico. De esta forma, ahorrar será un poquito más sencillo y el hecho de que haya una especie de competición lo hará más interesante. Vamos a verlo.
El ganador de la semana
Es imprescindible que vayamos educando a los pequeños de la casa en el ahorro. Es algo que tanto los educadores como las instituciones públicas y entidades vienen incentivando en los últimos años con el objetivo de que no se vuelvan a repetir los errores de la crisis. Por ello, es importante involucrarles en cualquier rutina de ahorro que se empiece en casa.
Además, si es en forma de “juego” será mucho más fácil para ellos asimilarlo. De este modo, se puede realizar una especie de reto de ahorro entre toda la familia que, para hacerlo más ameno, tendrá una “recompensa”. La idea consiste en establecer un objetivo de ahorro para todos los miembros de la familia (los padres tendrán uno y los niños otro, pues no es comparable la capacidad de unos y otros).
El que consiga llegar a su objetivo o lo haga antes, será el ganador de la semana, y podrá elegir hacer un plan en familia ese fin de semana. O podrá elegir qué comer un día, qué película ver… las opciones son diversas, pero el fin tiene que ser el mismo: que toda la familia se implique en el ahorro y que se vayan adquiriendo estos hábitos.
Para ir comprobando los resultados, cada uno tendrá una hucha en una habitación común (salón o cocina) para que vaya depositando su dinero, así será más complicado hacer alguna trampilla.
Las 52 semanas
Otro método de ahorro que también tiene su parte de juego o de reto, ya que nos invita a desafiarnos a nosotros mismos, es el de las 52 semanas. Es uno de los más populares y consiste en que cada semana del año ahorremos la misma cantidad que el número de esa semana.
Los impuestos de la república independiente de tu casa
Se dice que cada casa u hogar es un pequeño país (en la forma política que se quiera) con sus propias normas, dirigentes, idiosincrasia, burocracia, etc. Y como cualquier Estado, debería tener impuestos, ¿no? El método de ahorro de los impuestos en el hogar es igual de estimulante (incluso más) que los anteriores y fomenta el ahorro en familia.
Se trata de establecer una serie de impuestos por ciertos comportamientos o conductas que sean perjudiciales para la convivencia familiar. Por ejemplo, establecer un impuesto por no tirar la basura, por no bajar la tapa del WC, por decir tacos, por pelearse o por cualquier cosa que no se deba hacer en casa. De ese modo, la persona que tenga alguno de esos comportamientos “penalizados”, tendrá que pagar la cantidad correspondiente que se establezca.
Ese impuesto irá destinado a una hucha común -que puede ser física o una cuenta bancaria- que se abrirá a final de año y se destinará a algo que decida toda la familia. Puede ser un viaje, un regalo para cada uno, una jornada de compras, un televisor nuevo… El objetivo es fomentar el ahorro jugando y, lo mejor, en familia.