La UE cambia las reglas de juego con el sistema de rescate «Bail In» ¿Están mis depósitos seguros?

La crisis financiera que ha afectado, en distinta medida, a todos los países de Europa ha marcado un claro antes y después en muchos aspectos. Uno de los más importantes está en el rescate de las entidades financieras. En estos años hemos visto inyecciones de capital millonarias, intervenciones y rescates de muchos bancos. Aunque haya algunas opiniones en contra, no se puede dudar de su necesidad para evitar un coste importante que iba mucho más allá de las futuras pérdidas de sus clientes. Esto no exime de un debate que surgió desde el primer momento sobre la forma de rescate y la responsabilidad del mismo.

Cambio de responsabilidades

La asunción de responsabilidades en la gestión de las entidades financieras ha llevado a que desde la Unión Europea se haya establecido una metodología de rescate diferente, basada en premisas cercanas al liberalismo económico, el sistema Bail In. En una definición simple consiste en que las pérdidas sean privadas y que los accionistas y acreedores de las entidades financieras sean los primeros que absorban las pérdidas del mismo. Que no sean los depositantes o los estados los que paguen los `platos rotos´.

El primer test lo hemos visto en el rescate de la entidad austriaca Heta Asset Resolution AG, que se ha realizado con las pérdidas de los accionistas y de hasta un 54% de las inversiones de los bonistas en la entidad.

Heta Asset Resolution AG es una entidad pequeña (no está en la categoría de sistémicas que elabora el BCE), y su agujero de 8.000 millones se ha podido absorber por parte de sus dueños –acciones y deuda- pero marca el camino de cómo serán los rescates en los que se procurará que el coste sea menor para los contribuyentes y se distribuya siempre primero, en la medida de lo posible, entre los accionistas y acreedores del banco.

Cómo funcionará el sistema Bail In

El primer punto del nuevo sistema de rescate financiero está en el refuerzo en la supervisión, control y requerimientos patrimoniales para evitar, en la medida de lo posible, llegar a una situación de rescate.

El segundo punto está en separar y discernir las entidades según su importancia. El nuevo procedimiento de Reestructuración y Resolución de Entidades de Crédito y Empresas de Servicios de Inversión se aplicará fundamentalmente a aquellas entidades que, teniendo problemas de viabilidad, no se puedan liquidar por razones de interés público. Si no existe este interés o importancia se puede liquidar el banco como si se tratara de cualquier empresa, se crearía una administración concursal y del resultado de la liquidación se pagaría en orden de prevalencia, generalmente primero los trabajadores y los últimos los accionistas.

Si existe ese interés público se activarían los sistemas de resolución entre los que está el Bail In, siguiendo estos pasos:

  1. Los accionistas y acreedores asumirían pérdidas hasta un valor del 8% del total de las deudas de la entidad.
  2. Si con esto no fuera suficiente, el Fondo de Resolución podría asumir pérdidas por un importe máximo de un 5% del total de pasivos de la entidad.
  3. Si tampoco se consiguiera, se continuará la recapitalización interna sobre el resto de acreedores, afectándose en última instancia a los depósitos pero siempre quedando excluidos los depósitos cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos.

Fondo de Garantía de Depósitos

El sistema cuida que toda cantidad bajo el paraguas del Fondo de Garantía de Depósitos esté siempre segura y diferenciada del resto de pasivos que tenga la entidad. La razón es clara: un ahorrador deja el dinero en una cuenta o depósito sólo con el ánimo de rentabilizar el mismo, no para ganar dinero según la evolución empresarial de la propia entidad, algo que sí hacen los accionistas o bonistas.

Pero aun así, se pone un límite, que es igual a la cantidad que protege el Fondo de Garantía de Depósitos. Este límite actual de 100.000 euros “trata” de forma distinta este posible exceso en depósitos, algo que el ahorrador debe tener muy en cuenta. No es un concepto nuevo, pues en el rescate de los bancos de Chipre se “incautó” de cantidades que llegaron a superar los 100.000 euros. En el primer caso de Bail In no se ha aplicado porque no ha sido necesario, pero los depositantes no garantizados sí podrían verse afectados incluso existiendo intervención del fondo de resolución bancaria europeo.

Las reglas del juego han cambiado en Europa y los rescates sustentados sólo con dinero público han pasado a la historia. Esto lleva a que el ahorrador/inversor evalúe los riesgos en sus posiciones con la entidad financiera, principalmente si es accionista o tiene bonos de dicha entidad.