La tranquilidad económica de los que se quedan: seguros y productos de ahorro para cubrir el fallecimiento

Proteger a los que más queremos. Este es uno de los puntos clave que no debe faltar en ninguna planificación financiera. Cuando fallece el padre o la madre, los ingresos económicos de la unidad familiar pueden descender mucho, y hay que intentar que con los productos y coberturas adecuadas nuestra familia tenga una ayuda económica que permita garantizar su futuro. Para ello, tenemos una variedad de productos, muchos de ellos complementarios, en los que conseguir nuestro propósito de cuidar el bienestar de los nuestros con diferentes ventajas.

Seguro de vida

Es el producto por excelencia cuando pensamos en garantizar el bienestar si se produce un fallecimiento. Tampoco hay que olvidar que también es importante para nosotros mismos, ya que la gran mayoría tienen coberturas para invalidez, algo fundamental si tenemos en cuenta la pérdida de ingresos y mayores gastos que esta circunstancia conlleva.

El punto clave del seguro de vida está en determinar las coberturas adecuadas y con ello lo que pagaremos con la prima del seguro. Hay que analizar correctamente nuestras necesidades presentes y futuras para determinar la cobertura y hacerlo de forma individualizada por cada miembro de la unidad familiar, ya que hay puntos comunes y otros que no lo son:

  • Ingresos: Aunque parezca obvio que una mayor cuantía de ingresos debe llevar a asegurar una cantidad mayor, hay que tener en cuenta éstos en relación con el resto de ganancias que perciba la familia. Si, por ejemplo, tu pareja no tiene ingresos, la cantidad del seguro debe ser mucho mayor ya que significará que con lo que gane el asegurado se deben cubrir todos los gastos.
  • Hijos: Un punto fundamental. Si queremos garantizar que continúen con su vida, con costes fundamentales como los estudios, hay que tener en cuenta y separar una parte del capital para este destino.
  • Deudas: Otro aspecto básico, especialmente con las hipotecas, pero también otros préstamos o tarjeta de crédito. No sólo tengas en cuenta la parte de deudas que corresponda al asegurado, sino lo que aportas en el pago. Por ejemplo, si tienes la deuda al 50% con tu pareja, pero aportas el 80% de los pagos, es conveniente que lo eleves hasta ese 80% para tener margen suficiente.
  • Margen de maniobra: Adaptarse a la nueva circunstancia es difícil. Por ello tener capital adicional para cubrir los gastos de los tres primeros años será de gran ayuda.

En el caso de fallecimiento, los beneficiarios, tras pagar el impuesto de sucesiones, cobrarán el importe estipulado en la póliza.

Seguro de renta vitalicia

Nos encontramos con un producto multipropósito de gran utilidad e importantes ventajas. Fundamentalmente es un producto de supervivencia, que llegado un momento determinado, como es la jubilación, realiza pagos periódicos en forma de renta vitalicia, es decir, hasta el fallecimiento. Pero también cubre el fallecimiento para nuestros herederos, ya que la mayoría de estos productos añaden la opción de pactar una cobertura de fallecimiento.

Para conseguir esta renta se realiza una aportación (prima única) que se va capitalizando añadiendo los intereses marcados en el contrato, en la mayoría de los casos con un porcentaje mínimo asegurado.

Llegado el momento del cobro, es donde encontramos más ventajas. La principal está en la fiscalidad: un porcentaje de la renta no tributa y además, cuanta más edad tenga el asegurado, menos tributará. En el lado contrario, el mayor problema es la liquidez si necesitamos el dinero antes.

También suele existir la posibilidad de contratar la reversión de la renta, que permite transmitir la renta pendiente al cónyuge en caso de fallecimiento del asegurado para que siga cobrando la misma.

Seguro de decesos

Una gran ayuda para uno de los momentos más duros. El seguro de decesos, muy tradicional entre los más mayores, es un apoyo financiero fundamental, pero puntual, ante un riesgo seguro como es el fallecimiento. Por ello, es un seguro muy económico cuando eres joven con primas más elevadas cuando somos más mayores.

El producto se ha modernizado y además de cubrir los gastos del sepelio, incluido traslados, la mayoría también ofrecen otros servicios como apoyo psicológico a los familiares o asesoría en el cobro de herencias entre otros puntos interesantes.

Ahorro tradicional

Cualquier producto de ahorro puede servir para nuestro propósito con todo tipo de alternativas. Por ejemplo, si pensamos en nuestra jubilación, productos como el plan de pensiones es también multipropósito, ya que cobraremos llegado el momento la renta o capital que consigamos, pero si se produce el fallecimiento antes, nuestros herederos cobrarán la cantidad que hayamos logrado ahorrar.

Si contratamos un plan de pensiones cuando somos jóvenes, conseguiremos un mayor capital con un esfuerzo financiero menor. El principal problema que tenemos es la liquidez si necesitamos el dinero antes, aunque tenemos ventajas fiscales con nuestras aportaciones.

Para contrarrestar el inconveniente de la falta de liquidez existen otras fórmulas de ahorro tradicional como los fondos de inversión o los depósitos. Constituir un capital con estos productos nos permitirá solventar todo tipo de baches que tengamos en el camino, pero también permite dejar un colchón financiero para los que más queremos.