En las últimas semanas hemos comprobado cómo planificar nuestra futura jubilación resulta una necesidad de primer orden si no queremos ver drásticamente reducido nuestro nivel de vida cuando llegue el momento de retirarse del mercado profesional.
Hoy trataremos de sintetizar en una serie de pasos cómo podemos empezar a planificar nuestra jubilación sin que resulte una labor compleja. De hecho, podrás comprobar que en realidad es un ejercicio presupuestario muy básico que está al alcance de cualquiera.
Los pasos para la planificación financiera de la jubilación
1. Tener muy claros los datos necesarios de partida para iniciar los cálculos. En concreto hay que partir de la edad a la que se piensa empezar a ahorrar para la jubilación, la edad a la que previsiblemente nos jubilaremos y la esperanza de vida con posterioridad a la jubilación.
Para ilustrar los diversos pasos con un ejemplo, partiremos de la base de una persona de 35 años que decide que a partir de los 36 años va a empezar a ahorrar para su jubilación, que posiblemente se dará a los 67 años (tiene 31 años para ahorrar la cantidad que después se determinará). La esperanza de vida en España se estima que estará ya en 85 años para entonces, por lo que habrá que planificar suficientes ahorros para complementar la pensión de jubilación durante 18 años.
2. Marcarse un objetivo de nivel de vida post-jubilación. Todos los cálculos dependerán, obviamente, del nivel de vida que pretendas tener una vez jubilado. Aunque lo deseado por la mayoría debería ser mantener un nivel de vida idéntico, parece lógico pensar en una mínima bajada del mismo, pongamos, al 80% del nivel que se tenía estando en activo, de modo que financieramente suponga un menor esfuerzo.
En el caso del ejemplo, supongamos que el salario bruto anual de la persona en cuestión es de 40.000€, por lo que su nivel de vida post-jubilación al 80% implicará un salario bruto anual equivalente de 32.000€.
3. Tener siempre en consideración la inflación. Debe pensarse que estamos haciendo planes a muchísimos años vista (en la mayoría de casos más de 40 años), por lo que el efecto de la inflación en las cifras con las que se trabaja tienen un peso importantísimo.
En el ejemplo lo veremos muy claramente. Suponiendo una inflación media del 2%, cifra estándar en la mayor parte de planificaciones financieras), esos 32.000€ de salario anual equivalente se convertirán en los 31 años que faltan para la jubilación en la nada despreciable cifra de casi 60.000€. Es decir, por el efecto de la inflación en el tiempo, se habrá doblado la cifra.
4. Una vez tenemos claro las cantidades que necesitaremos cubrir en nuestros años tras la jubilación, tenemos que ser capaces de calcular una estimación del importe que percibiremos en concepto de pensión pública de jubilación, para de este modo poder calcular el importe complementario que nos hará falta para poder mantener ese nivel de vida que queremos.
Siguiendo con nuestro ejemplo, supondremos que la persona en cuestión percibirá la pensión máxima de jubilación si se mantiene siempre por lo menos en los rangos de salario bruto de 40.000€ anuales. Esta pensión recibe un ritmo de actualización ligeramente diferente al de la inflación (existe una normativa estatal para actualizar las pensiones). Ante el panorama actual del sistema de pensiones, supondremos una actualización mínima del 0,5% anual para situarnos en una hipótesis pesimista. Esto implica que la primera pensión de jubilación de la persona del ejemplo será de unos 42.000€ anuales. Es decir, necesitará unos 18.000€ anuales para complementar esa pensión pública y alcanzar el nivel de vida deseado.
5. En realidad, lo que necesitamos conocer será la cantidad de ahorro total que precisaremos para esos años post-jubilación, pues si el ritmo de crecimiento de las pensiones va por debajo de la inflación la tendencia será creciente.
En nuestro caso concreto y con las hipótesis comentadas, el importe total ahorrado necesario para complementar la pensión de jubilación será de unos 500.000€ (siempre en dinero futuro).
6. Para terminar, debemos determinar nuestro plan de ahorro para lograr conseguir la cantidad necesaria en los años que nos queden hasta nuestra jubilación, considerando siempre una rentabilidad media conservadora del capital que se va ahorrando (aunque es cierto que dependerá de nuestro perfil inversor, no conviene tomar excesivos riesgos con el ahorro para la jubilación).
En el caso del ejemplo, consideraremos una rentabilidad media de un 3%. Con esa cifra, y haciendo los cálculos pertinentes, para lograr acumular la cantidad suficiente para complementar adecuadamente la pensión pública de jubilación la persona en cuestión debería ahorrar aproximadamente un 13,50% de su salario bruto anual cada año, una cantidad para nada descabellada teniendo en cuenta lo que puede asustar inicialmente ese medio millón de euros que necesitaba.
En realidad, resulta curioso observar cómo en realidad lo que estamos haciendo es igualar nuestro nivel de vida actual con el futuro, pues siguiendo el ejemplo, al haber trabajado con un 80% de nivel de vida respecto al salario bruto anual, y considerando que un 13,50% del mismo actualmente lo vamos a destinar al ahorro, lo que en realidad estamos haciendo es situar nuestro nivel de vida real actual en el 86,50%, de modo que apenas apreciaremos esa bajada del nivel después de jubilarnos, pues en realidad no nos supondrá un 20%, sino únicamente un 6,50%.