La pandemia ha causado estragos en la economía, en todos los sectores. La producción de vehículos frenó su ritmo de producción y con ella una importante cuota del PIB español se redujo. Cuando todo apuntaba a la recuperación, una nueva crisis causada por la escasez de semiconductores, lastró de nuevo la fabricación. En Estados Unidos el sector al alza del coche de segunda mano o vehículo usado ya había dado la voz de alarma.
Automóvil: un sector clave en España
La producción de vehículos es clave para la economía del país. Por término medio, hasta antes de la pandemia el sector de la automoción significaba el 10% del PIB de España y el 18% del total de las exportaciones. Según los últimos datos de Anfac (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), la aportación al PIB es del 8% con la fabricación de vehículos y componentes y asciende al 11% si se incluyen otros sectores relacionados (seguros, financiación, distribución, etc.). En cuanto al empleo, la misma fuente revela que genera un 9% del total de empleo, incluyendo en esta cifra otros sectores vinculados.
Pandemia y microchips lastran las matriculaciones
Los registros de Anfac indican que el total de ventas de 2021 superó ligeramente las del año anterior, solo un 4% más, una cifra muy escasa considerando que 2020 fue un año de parón debido al inicio de la pandemia. Las matriculaciones de noviembre de 2021 (66.399 turismos) fueron un 12,3% inferiores a las de 2020 y un 28,7% menores que 2019. Estos datos ponen en evidencia que en momentos de recuperación el sector entró en una crisis de oferta motivada principalmente por la escasez de microchips a nivel global.
Menos producción, más segunda mano
Los estragos de la carencia de semiconductores pronto afectaron al comprador de vehículo nuevo. En este sentido, hasta noviembre de 2021, la patronal de asociaciones de concesionarios oficiales (Faconauto) estimaba que había pendientes de entrega más de 120.000 vehículos, cifra que alcanzaría 150.000 a final de año.
En este escenario, desde finales de 2021 quien necesita coche nuevo tiene tres opciones: estirar la vida de su coche actual, recurrir al mercado de segunda mano o esperar su producción. En este último caso, el retraso puede suponer hasta doce meses, según apuntan Total Renting o Idoneo, aunque varía según la marca y el modelo.
En 2021, la demanda de coches usados se ha disparado en España un 121%, lo que se ha traducido en un incremento de su precio de un 6,8% para vehículos de combustión y un 7% para los alternativos, cuyo precio medio en euros es de 18.005 y 28.849 respectivamente.
El mercado de segunda mano despegó antes en Estados Unidos y con él la inflación
Uno de los indicadores utilizados para medir la tendencia de precios es el Manheim U.S. Used Vehicle Value Index, que en noviembre de 2021 era un 44,9% respecto al año anterior. La escalada de precios del vehículo usado ha tenido un impacto considerable en la inflación en Estados Unidos desde mediados de 2021: hasta un tercio de la subida del CPI (índice de precios al consumidor). Sirva de referencia, que según Cox Automotive los estadounidenses destinan más de 600.000 millones de dólares anuales a la compra de coches.
Crisis de oferta previa al estrés de producción de chips
El primer impulso del mercado de segunda mano fue previo a la escasez global de microchips. La justificación se puede buscar en las empresas de alquiler de coches. Estas vendieron casi un tercio de su flota para sobrevivir la paralización de la pandemia. Con la vuelta a la actividad, tuvieron que reabastecerse de forma acelerada, empujando fuertemente la demanda y los precios.
El mercado de segunda mano estadounidense es muy elástico, hasta el punto de que muchos propietarios vendieron su coche con la llegada del teletrabajo y, en apenas un año, cuando mejoraron los indicadores de la pandemia, volvieron a necesitar uno. Este aspecto también se vio favorecido por el ahorro embalsado: se pospuso la compra del coche en 2020 y en 2021 se volvía a la normalidad y había más dinero para comprarlo. El problema es que el stock de vehículos nuevos era insuficiente y las compras se trasladaron al usado.
Implicaciones del crecimiento del mercado de segunda mano
El coche español es uno de los más viejos de Europa, con más de 13 años de antigüedad. Los datos de la DGT nos llevan a otra reflexión: un 60% de los turismos matriculados tienen más de diez años y el eléctrico representa solo el 0,32% del total. Además de la lógica preocupación por las mayores emisiones de CO2, según apunta la Dirección General de Tráfico, el riesgo de fallecimiento o heridas graves en un accidente se duplica en un vehículo antiguo (10 a 15 años) respecto a viajar en uno de menos de 5 años.
Hemos visto qué hay detrás de los plazos de espera que manejan los concesionarios —microchips—, cómo la pandemia desconfiguró el equilibrio en el sector del automóvil en Estados Unidos e impulsó la inflación. Además, el renovado interés por vehículos usados podría complicar el objetivo de renovación del parque móvil hacia modelos eléctricos, híbridos, o al menos, con menores emisiones.