¿Invierto o no invierto en esa empresa que debuta en Bolsa?

De vez en cuando en los mercados salen a cotizar nuevas empresas. A veces son empresas conocidas que deciden dar el paso de cotizar en bolsa y otras veces son empresas de relativa nueva creación que pretenden captar capital para crecer.

Normalmente estas salidas a bolsa reciben la atención de los medios de comunicación y muchas veces no es fácil saber si supone o no una buena oportunidad para invertir. Y es que en toda salida a bolsa hay varios aspectos a analizar, en función de los cuales las compañías tienen mayores probabilidades de éxito o fracaso, como los ejemplos reales que te indicamos al final del post.

¿Cómo sale a cotizar en Bolsa una empresa?

Las empresas tienen generalmente tres maneras de salir a cotizar en los mercados:

Oferta Pública de Venta (OPV):

En una Oferta Pública de Venta los accionistas previos ponen sus acciones a la venta para dar entrada a nuevos socios al capital de la empresa.

Oferta Pública de Suscripción (OPS):

En una Oferta Pública de Suscripción la empresa emite nuevas acciones, realizando una ampliación de capital. El procedimiento en sí es muy similar al de la OPV pero en lugar de poner en venta las acciones de los antiguos propietarios, se crean nuevas acciones que son las que se ofertan a los inversores.

Listing:

Existe un tercer método para cotizar en un mercado secundario que llamamos “listing”. Con este sistema la empresa no vende acciones a nuevos inversores, sino que permite que sus acciones sean negociadas en la bolsa. Al contrario que en los procesos anteriores que hemos visto, no se estipula un precio de salida o de venta de las acciones, sino que el mercado es el encargado de establecer el precio en función de las órdenes de compra y venta que aparezcan.

Este procedimiento, al igual que los anteriores, está regulado y supervisado por la CNMV.

¿Qué debemos observar y analizar de una nueva empresa en Bolsa?

Cuando una empresa sale a bolsa, está obligada a presentar un folleto informativo donde deberán venir especificados los siguientes datos:

  • Datos fiscales y análisis de la sociedad
  • Política de objetivos de la dirección y de los accionistas
  • Análisis de factores externos que puedan afectar a la empresa o al sector
  • Selección de asesores e intermediarios adecuados
  • Preparación y cumplimiento de todos los requisitos legales previos

Todo el proceso, incluído el folleto, está supervisado por el organismo regulador, que en el caso español es la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Oportunidades

Cuando una empresa empieza su recorrido en bolsa siempre es una oportunidad para los inversores de entrar a formar parte del capital social de la empresa y participar de sus beneficios futuros. En la mayoría de los casos la oferta va dirigida inicialmente a inversores institucionales, por lo que un minorista tendría que esperarse a que comiencen a cotizar para poder acudir al mercado y operar con sus acciones.

Gran parte del análisis que se debe hacer antes de invertir en sus acciones es parecido al que debemos realizar antes de comprar cualquier participación en cualquier empresa cotizada.

En el caso concreto de la salida a bolsa, es interesante tener en cuenta los motivos por los que se ha realizado esta operación, ya que nos pueden dar pistas de la situación de la empresa. Hay veces que el motivo de salida a bolsa es porque algún accionista de referencia quiere desprenderse de su paquete de acciones. En esos casos es interesante intentar entender por qué se da esta circunstancia y cuál es el razonamiento del que quiere desprenderse de las acciones.

Peligros y cosas a evitar

En una OPS, el objetivo al que se suele aludir es la captación de recursos para financiar nuevos proyectos empresariales. En la práctica esto va unido a una ampliación de capital. Como todas las ampliaciones de capital pueden ser algo bueno o algo malo. Si realmente el capital captado se destina de manera eficiente y financia inversiones productivas, la ampliación crea valor.

Sin embargo la ampliación de capital diluye la participación de los accionistas anteriores con respecto a su participación en los beneficios futuros. Si los beneficios futuros no aumentan con las inversiones del nuevo capital lo suficiente, en la práctica la ampliación supone una disminución de los beneficios futuros de los accionistas anteriores. Si una empresa realiza ampliaciones de capitales recurrentes , sin incrementar de manera notable sus beneficios, claramente destruye valor para sus accionistas.

Ejemplos de empresas que salieron a cotizar en Bolsa: éxitos y fracasos

El caso Terra:

En plena euforia tecnológica de los mercados, Terra, la filial de Telefónica, debutó en bolsa el 17 de noviembre de 1999 a un precio de 11,81€. Ese mismo día cerró a 37€ la acción (más de un 180% de revalorización en un sólo día). A lo largo de los meses siguientes a la salida a bolsa, la empresa llegó a cotizar a más de 150€ por acción. Finalmente, tras estallar la burbuja tecnológica en Estados Unidos, la cotización de Terra bajó bruscamente, reflejando la realidad económica de su negocio. En 2005 finalmente la empresa fue absorbida de nuevo por Telefónica por un precio inferior a 5€ por acción.

El caso Telepizza:

Su segunda experiencia en bolsa no está siendo demasiado positiva para Telepizza, que volvió al parquet en abril de 2016 con toda la parafernalia incluida: toque de campana en Bolsa de Madrid y degustación de pizzas para los asistentes.

Sin embargo, a los que acudieron a esta OPS no les está quedando buen sabor de boca. Se recordará como el peor estreno de una compañía en bolsa española, ya que ese día cayó un 20% y actualmente cotiza un 33% por debajo de los 7,75€ a los que debutó.

Si bien es cierto que es muy fácil hablar a toro pasado, en esa operación sí que hubo un par de detalles que hacían presagiar lo peor. En primer lugar las intenciones de la compañía de destinar el dinero de la OPS a reducir deuda, no a invertir en el negocio. Y en segundo que el precio elegido para salir a bolsa se situó en la parte baja del rango que´días antes habían establecido los bancos colocadores, lo que fue señal del poco ‘apetito’ que estaba despertando la operación. Como telón de fondo, un mercado de restaurantes de comida rápida con mucha competencia y en el que aplicaciones como Just Eat te mandan a casa hasta las tortillas del bar de la esquina.

El caso Inditex (ITX):

La empresa textil gallega salió a cotizar a bolsa el 23 de mayo de 2001 a un precio de 10,7€ (ajustado a un split 1×5 que realizó en 2015 corresponde a un precio de 2,14€ por acción). En la actualidad la empresa cotiza a más de 30€ por acción, es decir, ha multiplicado por más de 15 veces su valor en los 16 años que lleva cotizando en bolsa.

El caso AENA:

El gestor aeroportuario español era anteriormente una empresa pública que el Estado decidió privatizar en febrero de 2015 desprendiéndose del 49% de las acciones. En esta ocasión sí que pudieron acudir los pequeños accionistas, no solo los institucionales. La empresa salió a un precio de 58€ por acción, subió un 13% el día de su debut y desde entonces no ha parado de hacerlo, llegando a triplicar su precio inicial.

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