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¿Inviertes o especulas? ¿Qué diferencia hay?

inviertes o especulas

Inversores y especuladores asumen riesgos con el objetivo de ganar dinero en transacciones que realizan en el mercado. Pero, ¿qué diferencia existe entre ambos?

El uso de estas dos etiquetas para referirnos a quien compra y vende activos financieros es en cierta medida subjetivo. Sin embargo, sí que podemos distinguir grados y matices, así como nociones generales que diferencian las actitudes con las que estos dos participantes del mercado se enfrentan a él.

El factor que probablemente más diferencia las dos formas de entender los mercados es el riesgo. Frecuentemente nos referimos a una operación como especulativa cuando consideramos que conlleva un riesgo alto de que no obtenga el resultado deseado. En cambio, cuando una persona gasta un dinero con la expectativa alta de que se genere un beneficio decimos que está invirtiendo

En ese segundo escenario, la persona toma la decisión de inversión basándose en un análisis extenso de que la actividad tiene altas probabilidades de resultar exitosa y generar beneficios. ¿Pero qué ocurre si la misma persona gasta el dinero en una actividad que tiene altas probabilidades de fracasar? En este caso diríamos que está especulando. 

Sin embargo, especular no debería de tener un porqué para ser irracional. A pesar de que tenga una alta probabilidad de fracasar, podría compensar si, en caso de tener éxito, la recompensa fuese lo suficientemente atractiva ( binomio rentabilidad-riesgo).

Inversión

Hay casi tantos tipos de inversión como inversores. Suelen compartir una serie de características que hacen que podamos consolidar el concepto de inversión. En sentido estrictamente financiero, solemos referirnos a inversión cuando compramos activos financieros, ya sean acciones, bonos, fondos, etc.

Los inversores aspiran a obtener un retorno apropiado sobre su capital, con un riesgo controlado teniendo en cuenta las expectativas de rentabilidad . La generación de esta rentabilidad puede provenir de la apreciación del precio del activo o de la generación de rentas como, por ejemplo, con el reparto de dividendos.

En muchas ocasiones, la inversión contempla un horizonte temporal largo en el que el activo, previsiblemente será capaz de producir los beneficios esperados. Así sucede, al invertir en empresas con ventas estables, reconocidas, de prestigio, con márgenes sólidos y repartos de dividendos establecidos.

En los mercados existen muchas multinacionales que desarrollan desde hace décadas negocios estables. De modo que, los inversores que compran estas acciones para mantenerlas en cartera a lo largo de los años y beneficiarse del reparto de los beneficios que generan, y de su crecimiento, claramente tienen una mentalidad de inversión.

Especulación

La especulación consiste en utilizar el dinero para comprar activos financieros en el que la probabilidad de perder podría ser alta y no existe un riguroso control del riesgo. Los especuladores buscan retornos extraordinarios con apuestas que la mayoría de veces fracasan. Sin embargo, si tuviesen éxito podrían obtener grandes fortunas.

Aunque la especulación se asocia al juego y el azar, conviene separar conceptos, ya que los especuladores intentan realizar una decisión razonada sobre la dirección de sus activos. 

El riesgo que están acostumbrados a asumir los especuladores está significativamente por encima de la media. Típicamente compran activos financieros, como acciones o derivados, con la intención de mantenerlos muy brevemente y beneficiarse rápidamente de un cambio en su precio.

Un ejemplo de una compra especulativa sería adquirir acciones de una empresa joven minera, con probabilidades bajas pero reales de encontrar una mina de oro por explotar. Sin tener más conocimiento, la mayoría de inversores no aceptaría una inversión así, ya que el riesgo de quiebra de la joven empresa podría ser demasiado alto. Sin embargo, si la empresa finalmente encontrase oro las acciones se revalorizarían exponencialmente.

¿Invierto o especulo?

Vemos que hay diferencias conceptuales y prácticas a la hora de distinguir inversión de especulación. Aunque pueda parecer que no tiene importancia categorizar el tipo de operaciones que realizamos, pararnos a analizar cómo pensamos sobre los tiempos de nuestras inversiones y su riesgo puede ayudarnos a entender mejor lo que hacemos y mejorar nuestros resultados.

Si pretendemos invertir, probablemente tendremos que tener un horizonte temporal amplio, y ser conscientes de que las probabilidades están a nuestro favor claramente a largo plazo. La volatilidad de los mercados a corto plazo introduce siempre incertidumbre, pero esta incertidumbre pasa a ser ruido en los mercados si nuestras tesis de inversión son acertadas a largo plazo.

Si pretendemos especular, tendremos que ser muy conscientes de la relación riesgo-beneficio en la que incurrimos en cada operación. Es muy importante posicionar nuestra cartera apropiadamente, para poder seguir especulando el tiempo suficiente hasta lograr algún resultado extraordinario que compense ese mayor riesgo.

La operativa con productos cotizados está dirigida a inversores que deben tener experiencia y conocimientos financieros suficientes para invertir en ellos. La inversión en estos productos requiere una vigilancia constante de la posición ya que comportan un alto riesgo y se puede perder el 100% del capital invertido.

Antes de efectuar cualquier contratación, es recomendable informarse legal, regulatoria y fiscalmente sobre las consecuencias de una inversión. 

Las decisiones que cada inversor adopte, tanto de inversión como de nivel de delegación y asesoramiento, son su responsabilidad. 

Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. 

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