inversión en arte

Inversión en arte: cuáles son los cuadros más caros jamás subastados

Periódicamente salen noticias sobre la venta de alguna obra artística —habitualmente, cuadros— que alcanza cifras astronómicas en alguna subasta o en ventas privadas. Además del gusto por el arte que puedan tener algunos coleccionistas, es también una forma de inversión que puede alcanzar notables beneficios.

Qué es la inversión en arte: definición y concepto

En la inversión en arte el activo es un bien concreto, creado por un artista y con unas características únicas.

Sin duda, las obras artísticas tienen una parte estética o contemplativa, y muchos compradores de arte comienzan sus colecciones por cuestiones emocionales e incluso deciden así sus compras, al menos en parte. Sin embargo, existe también un componente económico; muchas personas no invierten por amor al arte (valga el juego de palabras), sino por su posible revalorización futura, como se hace con otros activos.

Tipos de inversión en arte

Existen diferentes maneras de invertir en arte, cada una de las cuales con sus peculiaridades:

Comprar una obra al artista

Esta es la forma en la que solemos pensar cuando hablamos de invertir en arte. Bien directamente, a través de un intermediario, en una galería, en una feria o en una subasta, nos haríamos con una pintura, una escultura, una fotografía, etcétera.

Más allá de las grandes subastas, es posible acceder a obras de autores menos conocidos pero con posibilidades de revalorización futura, pero incluso también puede ser interesante adquirir cuadros de famosas escuelas pictóricas o grabados de reconocidos pintores por importes asequibles para muchas personas, de unos cientos o unos pocos miles de euros.

Esta forma estaría más ligada a la parte «emocional» del arte, ya que estaríamos comprando físicamente la obra, por lo que estaría relacionada con personas con ciertos conocimientos de la materia, que recurren a tasadores u otros expertos, incluyendo compañías FinTech como Arthena, por ejemplo.

Otra manera de invertir que podría ser tendencia en el futuro sería a través del criptoarte, surgido de las tecnologías NFT y que abriría las puertas del «coleccionismo digital».

Fondos de inversión en arte (art funds)

Los fondos de inversión en arte serían otra posibilidad; algunas obras alcanzan cotizaciones multimillonarias, y por ellas pujan no solo inversores individuales, sino grandes fondos que invierten en este tipo de activo.

Los fondos de inversión en arte no solo se dedican a las grandes adquisiciones, sino que pueden seguir diversas estrategias: a largo plazo (buy and hold), por zonas geográficas o épocas (arte renacentista, escuela flamenca…), centrada en autores prometedores, etcétera.

Muchos de estos fondos de inversión son privados, están gestionados por expertos especializados por temáticas y están más bien orientados a personas con un elevado patrimonio.

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Plataformas de inversión colectiva y clubes de coleccionistas

En ocasiones, hay obras a las que no podríamos acceder de manera individual, pero a las que sí podríamos llegar juntándonos con más personas. O nos gustaría apoyar a autores noveles con aportaciones no excesivamente grandes, con la esperanza de que terminen triunfando.

Las plataformas de inversión colectiva son en este caso una solución. ¿Ha oído hablar del crowdfunding? Vendría a ser como repartir una importante inversión entre una gran cantidad de personas.

Los clubs de coleccionistas, como por ejemplo WeCollect, también son sistemas colectivos, en los que se puede acceder a ventas privadas, además de participar en eventos, visitas a estudios de artistas, charlas, cursos, talleres, etcétera.

Invertir en acciones de empresas relacionadas con el arte

Una manera de invertir en arte es hacerlo en empresas directamente relacionadas con este ámbito; las casas de subastas más conocidas, como Sotheby’s y Christie’s, ya no cotizan en Bolsa (lo hicieron, pero fueron excluidas por sus nuevos propietarios), aunque sí se puede invertir, por ejemplo, en Artprice.com, la mayor base de datos sobre la cotización y los índices del arte.

Cómo invertir en arte paso a paso

Como en otras inversiones, es importante fijar un horizonte temporal y tener en cuenta que la inversión física en arte puede no tener una liquidez inmediata; por ello, el dinero colocado en arte debería ser aquel que no necesitásemos ni ahora ni en el futuro.

Con base en el presupuesto anterior, fijaríamos el presupuesto que tenemos para invertir en arte, que puede estar también relacionado con criterios de diversificación, un aspecto crucial para reducir el riesgo de nuestra cartera de inversión (por ejemplo, que la inversión en arte suponga el 5% o el 10% de la cartera total).

Además, hay que considerar los gastos accesorios que puede tener la inversión, desde su conservación (ya que posiblemente la obra esté con nosotros cierto tiempo) hasta las comisiones que pueda haber tanto en la compra como en la posterior venta, además de los impuestos asociados.

Otro aspecto importante es el tipo de arte en el que vamos a invertir. La más habitual es la pintura, pero también tienen cierto auge la escultura y la fotografía. Además, se puede invertir en originales o en reproducciones, en arte clásico, abstracto, moderno, pop… Hay una gran variedad de opciones.

Cuáles son los cuadros y los pintores más caros jamás subastados

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Imagen: Wikimedia Commons

Algunas obras han llegado a cotizarse a cifras asombrosas; a continuación, le mostramos las diez obras que han obtenido una cotización más elevada, en una subasta o en transacciones privadas:

Salvator Mundi de Leonardo da Vinci

El cuadro que representa a Cristo como salvador del mundo fue adquirido en 2017 por el Departamento de Cultura de Abu Dhabi, que pagó por él la astronómica cifra de 450 millones de dólares.

Interchange, de Willem de Kooning

El cuadro abstracto de este pintor neerlandés del siglo XX alcanzó los 300 millones de dólares en una subasta de 2015, y fue durante dos años el más caro jamás comprado.

Cuándo te casas, de Paul Gauguin

El segundo puesto del podio estaría compartido por este cuadro del famoso pintor postimpresionista francés, que llegó a los 300 millones de dólares también en 2015.

Los jugadores de cartas, de Paul Cézanne

Otro pintor postimpresionista francés, Paul Cézanne, figura a continuación gracias a su cuadro Los jugadores de cartas, que fue adquirido en 2011 por la familia real de Catar por un importe de 250 millones de dólares.

Number 17A, de Jackson Pollock

El cuadro creado por el pintor expresionista abstracto en 1948 alcanzaría los 200 millones de dólares en 2015, cuando fue adquirido por el famoso administrador de fondos de cobertura Kenneth C. Griffin.

Shot Sage Blue Marilyn, de Andy Warhol

El icónico cuadro pintado por el famoso artista plástico y promotor del Pop Art llegó a los 195 millones de dólares en la subasta organizada por Christie’s en 2022.

Serpientes de agua II, de Gustav Klimt

Este cuadro pintado en 1907 llegó a la cifra de 183 millones de dólares en 2013, en una transacción privada.

Nº 6 (Violet, Green and Red), de Mark Rothko

Este famoso cuadro pintado por el pintor expresionista abstracto nacido en Letonia llegó a los 180 millones de dólares en 2014.

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Marten Soolmans y Oopjen Coppit, de Rembrandt

En este caso se trata de dos piezas independientes pero que forman un conjunto, adquiridas conjuntamente por el museo parisino de El Louvre y por el Rijksmuseum de Ámsterdam por 180 millones de dólares.

Las mujeres de Argel, de Pablo Picasso

El genial pintor malagueño llegó a los 179 millones de dólares en 2015, con este cuadro pintado en 1955, en su etapa en la Costa Azul francesa.