Desde mediados de 2021, con el coronavirus todavía muy presente, los precios empezaron a subir a niveles que no se veían desde 2008. El IPC general y el subyacente se alejan más que nunca por el efecto del precio de la energía, que marca cifras récords.
¿Qué es la inflación subyacente?
Se trata de un subíndice que recoge la variación de precios sin considerar los productos energéticos ni los alimentos sin elaboración.
Pero, antes de nada, recordemos los doce grupos que componen el índice de precios de consumo o IPC que elabora el Instituto Nacional de Estadística:
1. Alimentos y bebidas no alcohólicas.
2. Bebidas alcohólicas y tabaco.
3. Vestido y calzado.
4. Vivienda.
5. Menaje.
6. Medicina.
7. Transporte.
8. Comunicaciones.
9. Ocio y cultura.
10. Enseñanza.
11. Hoteles, cafés y restaurantes.
12. Otros bienes y servicios.
Dentro de estos grandes epígrafes que conforman el IPC están incluidos los precios de los productos energéticos y de los alimentos sin elaboración (alimentos frescos). Si no se incluyen, el indicador de precios pasa a denominarse IPC subyacente.
Su impacto sobre el IPC se aprecia con total claridad en los datos de septiembre de 2021:
● El grupo de vivienda presentó un crecimiento interanual del 14,5% y un 3% respecto al mes anterior, influenciado por el elevado precio de la electricidad (energía).
● El grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas subió un 1,8%, justificado en el crecimiento del precio de la fruta (frescos).
● El grupo transporte se vio afectado por el incremento del precio de los carburantes (energía) y cuesta un 9,8% más que un año antes.
Diferencia entre inflación general e inflación subyacente
Dejar fuera del indicador de precios general la energía y los frescos tiene su utilidad. Este tipo de productos suele tener un comportamiento más volátil. Sin ellos, se modera la tendencia de la curva de variación de precios, al eliminarse los picos causados, por ejemplo, por el alza de precios del mercado eléctrico mayorista o del gas natural.
Por tanto, la inflación subyacente sirve para estudiar la tendencia de precios a medio y largo plazo, es decir, refleja los ciclos económicos sin perturbaciones temporales.
Comparativa entre inflación e inflación subyacente
Los datos de septiembre de 2021 nos llevan a una tasa de inflación interanual del 4%. Se trata del valor más alto en 13 años (desde septiembre de 2008). Sin embargo, la subyacente crece de forma más contenida hasta el 1%.
Como hemos visto, el diferencial entre ambos porcentajes recoge el efecto de los productos energéticos y los alimentos no elaborados. Y a finales de 2021, como consecuencia del repunte del pool eléctrico hasta niveles nunca vistos hasta la fecha y del precio del gas natural, el diferencial entre estos dos indicadores se ha separado a niveles récord, un 3%.