La nueva normalidad es una situación a la que tendremos que adaptarnos en muchos sentidos. El coronavirus ha afectado enormemente a nuestras vidas y a la situación económica de muchas personas, y aunque es posible que pasado el tiempo, se vayan recuperando ciertas rutinas, quizás algunos aspectos han llegado para permanecer una larga temporada, o para siempre.
El confinamiento ha obligado a muchos a reinventarse, a replantear la manera de hacer las tareas (teletrabajo), de relacionarnos (mayor distanciamiento social, gran aumento de las videoconferencias, etcétera), o de consumir, con un gran incremento de las compras online.
El gran aumento del ecommerce se ha notado no solo en las compañías centradas en la Red, como Amazon, sino también en otras que han tenido que reforzar su canal online por las limitaciones de las tiendas físicas.
En el caso del gigante del comercio electrónico, sus ventas se han incrementado un 26% en el primer trimestre, llegando a contratar hasta 175.000 empleados en Estados Unidos (100.000 en las dos primeras semanas, y 75.000 posteriormente). Una situación que contrasta enormemente con la del país norteamericano, ya que, a causa de la pandemia, el paro se ha incrementado brutalmente en muy poco tiempo (en un mes y medio, el desempleo subió en casi 30 millones de personas, pasando de una tasa de paro del 3,5% en febrero al 14,7% en abril).
Todo esto nos lleva a preguntarnos cómo nos afectan los cambios ocasionados —o acelerados— por el COVID-19, o incluso ¿cómo sacarles provecho? ¿Cuáles podrían ser los negocios y las inversiones del futuro? Es aquí donde entra en juego el concepto del home-driven marketing.
Qué es el home-driven marketing
El home-driven marketing hace referencia a la creación de productos especialmente creados para ser consumidos en el hogar. Algunos de ellos se han ido incorporando poco a poco a nuestras vidas, casi sin darnos cuenta, mientras que otros tendrán probablemente un gran auge en los próximos años.
El home-driven marketing tiene, como es evidente, una gran vertiente tecnológica. La mejora de las redes de datos, con la implantación de la fibra de alta velocidad, hace posible multiplicar la oferta de servicios y los aparatos que se conectan, por lo que se prevé en los próximos años una explosión del Internet de las Cosas (IoT).
Otro de los catalizadores más importantes para reforzar esta tendencia es la concentración de la población en ciudades. A pesar de que el coronavirus parece haber fomentado temporalmente la búsqueda de espacios más amplios en el campo, la tendencia a vivir en las ciudades previsiblemente seguirá aumentando a lo largo del tiempo. Según las estimaciones de la ONU, cerca del 70% de la población mundial vivirá en las urbes en el año 2050.
Qué productos se orientan hacia el consumo en el hogar
El streaming es uno de los productos creados para el consumo en el hogar que más ha crecido en los últimos años, y aún queda margen de mejora.
En cuanto a las plataformas de video en streaming Netflix, HBO, Amazon Prime Video, Disney+ o Movistar forman parte ya de millones de hogares en nuestro país (en muchas viviendas tienen incluso más de una plataforma), y suponen una parte importante del consumo del ancho de banda disponible. De hecho, al inicio de la cuarentena, diversas compañías redujeron la calidad de las emisiones para no consumir tanto ancho de banda.
Este tipo de servicio está relacionado con internet, al igual que Amazon, pero existe una diferencia bastante clara con el gigante electrónico: mientras que los productos que sirve Amazon podrían ser comprados en otro sitio y consumidos, en general, en cualquier lugar, los productos y servicios relacionados con el home-driven marketing están pensados para consumirse principalmente en el hogar.
Más allá del consumo en el hogar, el abanico de actividades que podemos realizar sin salir de casa es más amplio. Porque no solo consumimos ocio cómodamente desde casa a través de internet, sino también teletrabajamos, nos relacionamos con los demás, hacemos deporte, etcétera.
La venta de aparatos para hacer ejercicio ha crecido especialmente durante estos meses. Bicicletas estáticas, cintas para correr o aparatos para hacer remo han sido altamente demandados y se han agotado en muchos sitios. Está por ver si la tendencia se consolida —por la necesidad de mantener el distanciamiento social—, o si solo ha sido un efecto colateral del confinamiento.
En los últimos tiempos se ha producido también un gran auge de la comida a domicilio, en diversas modalidades, algunas más tradicionales —del estilo de las clásicas pizzas— y otras más sofisticadas y personalizadas, además de la proliferación de diversas aplicaciones para el móvil que nos permiten elegir prácticamente lo que queramos y recibirlo en casa.
¿Cómo aprovechar el auge de estos nuevos negocios?
Tanto los anteriormente citados como otros similares pueden ser interesantes negocios en el futuro. Identificar negocios de este tipo podría llevarnos al próximo unicornio. Se podría invertir directamente, montando una empresa relacionada este tipo de servicios, o hacerlo en una que ya cotice en bolsa. A modo ilustrativo, veamos el desempeño de algunas de estas compañías en los últimos tiempos, en relación con el índice S&P 500.
La expansión del COVID-19 y las diversas medidas de los gobiernos provocaron un gran cataclismo en la economía y desplomes en los índices bursátiles superiores al 30%. Aunque posteriormente, se han ido recuperando, algunos índices aún están lejos de los valores que marcaban anteriormente. Como ejemplo, el IBEX 35 rondaba los 10.000 puntos a finales de febrero y tres meses después, apenas supera los 7.000.
En el caso del índice norteamericano S&P 500, que supone aproximadamente el 80% de la capitalización de mercado en Estados Unidos, pasó de rondar los 3.300 puntos a poco más de 2.200 el 23 de marzo. Actualmente, ha recuperado gran parte del camino perdido, superando ya los 3.000. Y mientras, ¿cómo se han comportado las compañías más relacionadas con la nueva normalidad? Tomaremos como ejemplo Amazon, Netflix y la empresa de videoconferencias Zoom.
En dos de los tres casos, vemos cómo sus cotizaciones se vieron afectadas inicialmente por la caída ocasionada por el coronavirus, de manera similar al índice general. Sin embargo, la recuperación ha sido más rápida, y las tres superan la cotización que tenían anteriormente.
Amazon pasó de cotizar entre 2.000 y 2.200 dólares en los momentos previos, a menos de 1.700. Ahora supera los 2.400, claramente por encima de los niveles previos.
Fuente: Yahoo Finanzas y elaboración propia
Netflix cotizaba en el entorno de los 380 dólares, y llegó a bajar por debajo de 300, pero a comienzos de junio ronda los 420.
Fuente: Yahoo Finanzas y elaboración propia
Por su parte, el auge de las videoconferencias ha hecho que la cotización de Zoom no solo no se viera afectada negativamente por el COVID-19, sino que inició una fuerte subida. Si a finales de febrero cotizaba a 105-110 dólares, a finales de mayo rondaba los 180.
Fuente: Yahoo Finanzas y elaboración propia
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