comisiones evitables

¿Hay comisiones evitables?

Si hay una palabra que nos trae a todos de cabeza por igual es comisión. El pago extra por determinados servicios de bancos y otras compañías -telefónicas, eléctricas- suele indignar a los ciudadanos, ya que muchos consideran injusto que haya que abonar un sobreprecio por cosas que no deberían tenerlo.

El enfado se da especialmente en el terreno bancario, ya que son bastantes las comisiones que algunos bancos imponen por sus servicios. Ya sea por el mantenimiento de cuenta, por dejar la cuenta al descubierto, por hacer una transferencia…

Y esos son solo los que conocemos. Porque hay otros de los que tan siquiera nos enteramos, pero por los que vemos bajar el saldo de nuestra cuenta una vez al mes o al año. No en vano, en los últimos tiempos los usuarios dedican más tiempo que antes a buscar los productos bancarios que menos les penalicen en el terreno comisión.

Hay comisiones que podríamos evitar tan solo con acudir a nuestro banco. A continuación vamos a detallar las que podríamos evitar para ahorrar un buen pellizco, que nunca viene mal.

¿Qué comisiones puedo evitar?

¿Hay realmente comisiones evitables? Cabe destacar que, según establece el Banco de España, se podrán cobrar comisiones siempre que se ofrezca realmente un servicio que para la entidad tenga un coste. Aunque además, éstas tienen la libertad de poner el importe que consideren oportuno.

Todas ellas deben aparecer siempre en los contratos de los productos bancarios, por lo que es importantísimo leerlos bien para luego no llevarnos sorpresas. Pero, como decíamos, no son todas obligatorias y hay maneras de obviarlas y ahorrarnos ese dinero. Aquí la tecnología nos vuelve a echar una mano:

Porque las nuevas entidades online que han nacido al calor de la evolución tecnológica, como Self Bank, no cobran muchas de las comisiones que la banca tradicional sí hace. Por ejemplo, la Cuenta Self, no tiene comisiones ni de apertura, ni de mantenimiento, ni de cancelación; igual sucede con las transferencias.

comisiones evitables

Teniendo en cuenta que cada vez acudimos menos a las oficinas bancarias y podemos completar prácticamente todos los trámites desde el móvil o el ordenador, optar por la banca online es una buena opción para ahorrarse estos gastos.

Pero también hay otras formas. Por ejemplo, quienes tienen elevados importes guardados en su cuenta bancaria pueden negociar con su entidad las comisiones a pagar, y se puede alcanzar un acuerdo para reducirlas, e incluso eliminarlas por completo. Aunque siempre conviene leer al completo los contratos bancarios, porque es posible que se cuelen comisiones que se pueden evitar.

Por otro lado, es imprescindible no dejar la cuenta al descubierto y para ello conviene dejar algo de dinero en la cuenta cada mes, porque la respectiva comisión no se puede evitar. Ya no solo para evitar la “sanción económica”, sino también por la salud de nuestras finanzas, porque dejar la cuenta a cero no es buena señal, más bien un indicio de que el algo falla en el ahorro.

Además, resulta importante dar de baja todas las tarjetas, cuentas y productos que no utilicemos y que nos estén generando comisiones, porque poco a poco siguen restando saldo a nuestra cuenta. Como alternativa, también es posible unificar cuentas, y evitar así las comisiones del resto.

Otra recomendación para ahorrar, es cancelar los servicios de comunicación de movimientos por carta o por SMS, pues representan un gasto absurdo, ahora que desde el móvil tenemos acceso instantáneo a nuestras cuentas y a la evolución de nuestro dinero.

En cualquier caso, el banco siempre debería avisar a sus clientes de las comisiones que va a cobrarles. Así lo establece la ley bancaria y así debe ser. Si en algún momento se nos cobra por algún servicio del que no se nos ha avisado, podemos y debemos reclamar.

Cuidado con la publicidad

Hay entidades que, siendo conscientes de la aversión que provocan las comisiones, están sacando iniciativas en los últimos tiempos para contratar productos con “cero comisiones”. Ojo, porque a veces son cuentas y tarjetas en las que no existen esos cobros periódicos, pero tampoco son gratis, sino que llevan aparejada una contraprestación. Estos nuevos productos “cero” exigen adquirir otro tipo de productos con la entidad, como planes de pensiones o fondos de inversión, lo que supone un fiasco, o que caigamos en el cebo y contratemos un producto que no necesitamos y por el que sí vamos a tener comisiones.

La información es poder. Por eso, antes de contratar servicios bancarios debemos informarnos bien de las posibilidades que existen y elegir en consecuencia. Ahora en la red hay multitud de comparadores que nos permiten encontrar el producto perfecto, o al menos, el que mejor se ajusta a nuestras necesidades.

Y, una vez que se vaya a firmar, hay que leerse el contrato de de arriba a abajo; letra pequeña incluida, porque después vienen las sorpresas. Sorpresas que no deberían ser tales porque realmente se nos ha avisado previamente, aunque sea con letra minúscula.

No obstante, viviendo en la era digital, tenemos a nuestra disposición todas las herramientas y servicios necesarios. Los hay que no conllevan coste alguno y si no los usamos será por pura pereza y desconocimiento. Hoy huir de las comisiones es fácil si se pone empeño, las plataformas online nos dan la mejor solución para no gastar en balde nuestro dinero.