Si decimos que el mercado inmobiliario se ha desmadrado durante mucho tiempo y que en España hemos levantando un imperio a base de cemento y ladrillo no engañamos a nadie. También es cierto que aquellos años iban acompañados de unas tasas de paro inferiores y unos sueldos que no estaban tan desfasados como están hoy.
Para muchos jóvenes que en la época previa a la crisis soñaban con volar fuera del nido paternal, esta posibilidad se ha convertido prácticamente en un simple anhelo o una utopía a la que sólo se pueden aproximar por medio del alquiler y compartiendo piso.
Primero fue la temida burbuja y ahora es el desempleo. Pero, ¿realmente está tan mal el panorama?
Hay bastante gente que por miedo a comprar una vivienda y ver que el precio de mercado sigue disminuyendo no se han decidido y han permanecido a la espera, pero es posible que 2015 sea el año de la estabilización del mercado.
Entre el año 2007 y principios de 2008 el precio de las viviendas llegó a su máximo histórico. En aquella época dorada en la que no existía la crisis (o al menos eso nos contaban), no eran pocos los que esgrimían el argumento de que los precios de las viviendas no podían bajar. No pudieron equivocarse más, porque a partir de 2008 el precio del metro cuadrado empezó un viaje cuesta abajo que nos trae hasta la actualidad.
El ajuste ha sido suave y progresivo, pero las cifras están ahí. Según idealista.com, el precio del metro cuadrado en Madrid en marzo de 2008 era de unos 4.000 euros frente a los 2.700 de marzo de 2015. En el resto de provincias el camino ha sido similar, aunque no tan exagerado como en Madrid o Barcelona. Lejos de las grandes capitales es donde los precios se mantienen congelados. Es en los grandes núcleos urbanos donde se está empezando a animar el mercado con tímidos incrementos de precio. Podríamos haber tocado fondo.
Cuestión de financiación
Los bancos también están comenzando a arrimar el hombro con aquellos que se aventuran a adquirir una vivienda.
Con los tipos de interés y el Euribor (por debajo del 0,25%) rondando los mínimos históricos, las concesiones de hipotecas están empezando a remontar con unas condiciones más favorables para los compradores.
Compra contra alquiler
El problema para los usuarios de alquiler es que pese a que el precio de las viviendas sí se ha reducido significativamente, el precio de los alquileres no lo ha hecho tanto. Es más, en el año 2014 según idealista.com el precio de los alquileres también ha subido, concretamente de media un 2,6%.
Caso aparte son las viviendas de lujo. El mercado para este tipo de casas no ha caído tanto ya que la demanda no se ha visto tan resentida. Ahora parece que hay un cierto repunte de clientes interesados que creen que es un buen momento para comprar una casa más nueva y alquilar la anterior, a modo de inversión. Además, se ha notado en los últimos años un creciente interés de inversores internacionales por adquirir viviendas en España.
A favor del alquiler tenemos los argumentos de siempre: la posibilidad de cambiar de vivienda en función de las necesidades, no quedar atado a una deuda contraída por décadas… Lo que se conoce habitualmente como vivir al día. Pero es innegable que en ciertos momentos de la vida quizá no puedas (o no quieras) asumir la responsabilidad que supone la compra de una casa y a día de hoy, con un escenario tan volátil en todos los sentidos, puede que no sea el momento de lanzarte a la larga aventura de comprar una vivienda.
Eso sí, si tienes ya tu vida medio encarrilada y tienes muy claro hacia dónde apunta tu futuro, 2015 puede ser un año muy oportuno para plantearse comprar una vivienda. Tanto en manos de bancos como de particulares existen ofertas que antes eran imposibles de encontrar, basta con darse una vuelta por cualquier página de anuncios para que te entren ganas de cambiar de casa.
Cuestión de números
Según habitaclia.com la compra de una vivienda de segunda mano con un precio de 200.000 euros en la comunidad de Madrid conlleva un total de 15.365 euros en gastos asociados a la gestión: 14.000 del impuesto de transmisiones patrimoniales y el resto para la notaría, el registro y la gestoría, además del 10% de IVA en caso de vivienda nueva.
A eso habría que sumarle en gastos relacionados con la hipoteca otros 5.595 euros. Un total de 20.960 euros que cuadran con el cálculo estimado de que a cualquier precio de compra hay que sumar un 11% de gastos. Sólo con esos gastos, sin contar con los intereses, tendremos ya para unos cuantos alquileres, aunque sin tener una vivienda en propiedad al final, eso sí.
Y eso sin contar con el importe destinado a intereses al final de la vida de la hipoteca. Tomando la misma hipoteca de 200.000 euros a un plazo de 30 años nos da como resultado que sólo al pago de intereses se destinarán 186.511,57 euros. Una cifra a tener en cuenta.
Pero hay otros factores que influyen en la decisión de decantarse hacia el alquiler o la compra, hay que tener en cuenta la necesidad en algún momento tener movilidad geográfica o bien se tiene una vida asentada ya en un lugar determinado, cuánto se valore tener una casa en propiedad,
Tal y como decíamos antes, analiza tu futuro y si realmente tienes la opción o ilusión de emanciparte, o simplemente necesitas un cambio de aires, 2015 puede ser tu año. Los precios de compra difícilmente van a seguir bajando y el alquiler ha comenzado a repuntar. Siéntate a echar cuentas, dale un vistazo a los anuncios y ¡suerte!