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Fracking: pros y contras

Fracking

La crisis energética ha traído consigo una considerable subida del precio de suministros imprescindibles en la vida moderna, como la electricidad, el gas o el petróleo. En los últimos años ha cobrado importancia el  fracking para la extracción de crudo y gas de manera no convencional, especialmente en Estados Unidos, permitiendo al gigante norteamericano «independizarse» energéticamente.

Ya en los años setenta del siglo pasado, con la crisis del petróleo que trajo la temida estanflación (estancamiento + inflación), muchos países se plantearon qué alternativas había para no depender tanto de los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y la solución parecía estar en el fracking.

El 11 de octubre se celebra el Día Internacional contra el Fracking, y con este motivo, repasamos algunas de las cuestiones más destacadas y controvertidas de esta técnica.

Qué es el fracking

El fracking o fracturación hidráulica es un sistema mediante el cual se pueden explotar yacimientos de petróleo o de gas que se encuentran atrapados en rocas poco permeables, como la lutita o el esquisto. Es por ello que, en ocasiones, los hidrocarburos obtenidos de esta manera también se denominan petróleo o gas de esquisto.

En qué consiste el fracking

Para liberar el gas o el petróleo que se encuentra apresado entre estas formaciones rocosas, se construye un pozo vertical que puede tener varios kilómetros de profundidad hasta llegar al embolsamiento, y a continuación se taladra horizontalmente la bolsa que contiene el hidrocarburo, inyectándole agua a alta presión, mezclada con arena y algunos aditivos químicos para facilitar el proceso.

Al liberar la presión, el agua y el fluido correspondiente regresan a la superficie, donde se pueden tratar para extraer los hidrocarburos. Este sistema fue inventado ya a mediados del siglo XX, pero el elevado consumo mundial de crudo y las propias mejoras de la técnica han propiciado su expansión, no exenta de cierta polémica por las consecuencias añadidas que puede conllevar.

Vista aérea de zona extensamente utilizada para fracking. Imagen: Simon Fraser University

Fracking: ventajas y desventajas

En los últimos años, las consecuencias del cambio climático parecen haberse hecho presentes en diversos lugares del mundo, en forma de sequías por un lado e inundaciones por otro, unidas a la subida global de la temperatura media. Pero, por otro lado, la crisis energética empuja a seguir utilizando masivamente los combustibles fósiles.

Elaboración propia con datos de Nasdaq.com

Ventajas del fracking

A continuación repasamos los aspectos positivos del fracking:

Precios energéticos más estables

El fracking puede servir para estabilizar los precios, evitando que dependan excesivamente de las decisiones de la OPEP, e incluso induciendo a esta a aumentar la producción, con la consiguiente reducción del precio del crudo. Así sucedió, por ejemplo, en 2014, cuando cayó de 114 dólares por barril a mediados de año al entorno de los 50, seis meses después.

Menor dependencia exterior

El desarrollo de esta técnica permite depender menos de la energía proveniente del exterior, tal y como ha conseguido Estados Unidos desde el año 2014, un aspecto que puede ser muy relevante de cara al futuro. Ha quedado patente con la guerra de Ucrania.

Mayor reserva fósil

También puede servir como «reserva» de combustibles fósiles; llevamos años escuchando que el petróleo podría estar próximo a acabarse, pero el desarrollo de las técnicas extractivas puede prolongar su duración.

Más riqueza y empleo

Creación de industria/empleo: El desarrollo de nuevas explotaciones de hidrocarburos puede generar riqueza y empleo para una zona o un país.

Desventajas del fracking

A pesar de sus puntos favorables, no podemos obviar aquellos otros factores más controvertidos, las desventajas del fracking:

Contaminación de acuíferos

Aunque la técnica ha mejorado mucho respecto a sus comienzos (así por ejemplo, al tiempo que se perfora se crea una capa de cemento para evitar fugas), incluso con la mejor de las técnicas y con el grado de prudencia más elevado, lo que se consigue es minimizar los riesgos, pero no eliminarlos por completo.

Fugas de metano

El metano es un compuesto que tiene una clara incidencia en el efecto invernadero, contribuyendo al calentamiento global. Habitualmente, en los campos de extracción mediante fracking se libera este gas, aunque la cantidad que sale a la atmósfera depende de la calidad de las instalaciones y del proceso. Nota: se clasifican como fuentes «super emisoras» las que emiten más de 10 kilogramos de metano por hora.

Seísmos

La fracturación de las rocas mediante inyección a alta presión puede provocar temblores y seísmos, especialmente si la zona ya tenía un cierto nivel de estrés sísmico.

¿Por qué es tan polémica esta tecnología?

El impacto ambiental del fracking se ocasiona de diferentes maneras. Además de las fugas de metano y de los pequeños terremotos que puede ocasionar, este método utiliza agua a presión junto a elementos químicos como el metanol, el benceno, el tolueno o el xileno, que pueden resultar tóxicos para los seres vivos.

No en vano, la contaminación de acuíferos es una de las principales preocupaciones que genera el uso de esta técnica, y máxime en una época en la que la escasez de agua potable comienza a ser una tendencia en muchos países.

Unida a esta posible contaminación de las aguas subterráneas está la posible generación de sequías en fuentes y arroyos, como consecuencia de la ruptura accidental de capas de suelos subterráneas con bolsas de agua.

Todo ello tendría, además, el consecuente impacto sobre la ganadería y la agricultura de la zona, afectando no sólo a la calidad de vida, sino también en muchos casos a los medios de subsistencia de muchas personas.

Dónde se practica el fracking y dónde está prohibido

La controversia sobre esta técnica ha llevado a diversos países a prohibir su utilización. Entre los que permiten su uso destaca Estados Unidos, y hay otros como Canadá, México, China y Australia

En el caso de Alemania, se permite la fracturación «convencional» de capas de arenisca, pero está prohibida la «no convencional» de esquisto o pizarra. Por su parte, el Reino Unido, tras permitirlo una temporada, estableció una moratoria en su uso debido a algunos seísmos, pero parece proclive a utilizarlo nuevamente.

Muchos países europeos tienen prohibida esta práctica en su territorio, entre ellos Francia (pionera en denegar su utilización, en 2011), Bulgaria, Italia, Austria, República Checa y España.

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