Habitualmente, oímos hablar de estadísticas relativas a los países y regiones que forman la Unión Europea: el desempleo, la inmigración, las personas en riesgo de pobreza o de exclusión social, las emisiones de CO2, los precios de la factura eléctrica y de la gasolina, la inflación, el PIB, etcétera.
Estos datos son facilitados por el Eurostat, la oficina estadística de la Comisión Europea con sede en Luxemburgo. Su misión es armonizar los datos proporcionados por los distintos países que conforman esta comunidad, de manera que se puedan realizar comparaciones, ofreciendo así información relevante para la toma de decisiones por parte de los gobiernos y de la propia UE, para la implementación de sus políticas.
Cómo funciona
Trabaja a través del Sistema Estadístico Europeo (SEE), que es una asociación entre el propio Eurostat y los institutos nacionales de estadística de cada país (en España, el INE). Cada estado miembro recoge datos a través de su instituto, tanto para uso propio como para el de Eurostat.
Por su parte, este organismo establece los criterios para la armonización de los datos en el ámbito comunitario. Del otro lado, los Estados miembros están invitados a suscribir los “compromisos en materia de confianza en las estadísticas” en los que se formalmente se comprometen a tomar todas las medidas necesarias para mantener la confianza en sus estadísticas y para vigilar la aplicación del Código de Prácticas de las estadísticas europeas.
La labor de Eurostat abarca no sólo la recopilación, armonización y presentación de la información, sino que también incluye la investigación, en la búsqueda de nuevas técnicas estadísticas y en la aplicación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), y descubrir estadísticas para las nuevas necesidades que surgen (por ejemplo, índices de pobreza, sostenibilidad, inmigración…).
Secreto estadístico
Cabe destacar que el secreto estadístico es un principio fundamental de las estadísticas europeas. El Reglamento UE 223/2009 sobre las estadísticas europeas define como confidenciales los datos que permitan identificar a los encuestados, tanto directamente (nombre, dirección, número de identificación) como indirectamente, a través de una combinación de variables (por ejemplo, edad, sexo, educación, etcétera).
El secreto estadístico implica la utilización de métodos de agregación y tabulación que impidan el desglose de los datos individuales, e incluye además la protección física de los mismos, de manera que el acceso a los dispositivos que almacenan los datos está vigilado y restringido.
La única excepción para el acceso a datos confidenciales (microdatos) es su utilización, debidamente justificada, para fines científicos.