A la hora de llevar a cabo nuestras inversiones tenemos múltiples opciones de poner nuestro dinero a trabajar dependiendo del tipo de inversor que seamos y del riesgo que estemos dispuestos a asumir.
Para aquellos inversores que están dispuestos a tolerar cierta exposición al riesgo existen una serie de estrategias de inversión alternativas a las más tradicionales que buscan obtener rentabilidades positivas con independencia de la evolución del mercado. Entre este tipo de estrategias se encuentra la denominada estrategia Long Short Equity, muy utilizada en el mundo de los hedge funds.
La aplicación de esta estrategia es simple, y consiste en crear una cartera de inversión con posiciones largas y cortas.
Una posición larga es una inversión tradicional, es decir, consiste en comprar acciones de una compañía esperando a que el precio de éstas suba o se comporte mejor que la media del mercado.
Por su parte, una posición corta es aquella en donde se toma prestado acciones de una compañía pagando un interés para venderlas esperando que el precio de las acciones baje o se comporte peor que la media del mercado. Tiempo después se compran a un precio más barato, si efectivamente han bajado, y se devuelven a quien las había prestado, obteniendo así un beneficio.
Lo más habitual a la hora de seguir este tipo de estrategia a la hora de invertir es hacerlo mediante la creación de una cartera neutral al mercado.
Una cartera neutral es una cartera que está compuesta por un mismo número de posiciones largas (long) que de posiciones cortas (short), lo que hace que la evolución de esta cartera no esté sometida a la evolución del mercado en su conjunto, sino esa cartera generará beneficios si el análisis por el que se ha hecho la selección de los activos que la componen es acertado.
Por lo tanto, el riesgo que existe en este tipo de estrategia es un riesgo muy ligado a la capacidad del equipo gestor de seleccionar adecuadamente los componentes de la cartera, por lo que a la hora de invertir a través de un fondo de inversión es crucial analizar cuánto tiempo lleva al frente del fondo el actual equipo gestor, sus resultados pasados y cuál es su rentabilidad en relación a fondos de la misma categoría.
¿Cómo podemos llevar a cabo esta estrategia?
Una vez visto en qué consiste este tipo de estrategia de inversión, llega el momento de preguntarse cómo un inversor particular puede llevar a cabo este tipo de estrategia en el caso de que la considere adecuada para sus objetivos.
Una de las formas más sencillas en las que podemos aplicar esta estrategia long short es mediante la compra de títulos que creamos infravalorados (posiciones largas) y la venta al descubierto de valores que creamos sobrevalorados (posiciones cortas).
Muchos inversores desconocen la manera posicionarse en corto en un valor, pero lo cierto es que hay varias maneras de hacerlo. Se puede hacer mediante productos como warrants, opciones, futuros, CFDs o ETF. Incluso algunos brokers como Self Bank dan la posibilidad de vender acciones en corto.
Otra forma de poder implementar esta estrategia es mediante la toma de posiciones cortas y largas en base a la previsión que hagamos de la evolución de las bolsas en las diferentes áreas geográficas.
Para ello podemos utilizar los ETF como vehículo de inversión. Si consideramos que la bolsa de una determinada área geográfica va a subir, podemos comprar un ETF que invierta en ese mercado; mientras que si consideramos que en otro área geográfica la bolsa va a bajar, podemos ponernos cortos mediante un ETF inverso.
Sin embargo, la forma más sencilla de invertir en este tipo de estrategias para el inversor minorista es mediante la compra de participaciones de un fondo que realice esta estrategia de inversión.
Los fondos de retorno absoluto, por ejemplo, son un tipo de fondos de inversión que invierten en el mercado a través de estrategias long short buscando rentabilidades positivas con independencia de cómo se comporte el mercado.