Una de las cuestiones que debe dirimir todo inversor es la composición de su cartera, que estará configurada según su grado de aversión al riesgo. Aquellos con mayor aversión al riesgo apostarán por inversiones más o menos seguras y poco arriesgadas, aunque sean poco rentables; mientras que los que tengan una aversión al riesgo menor buscarán una mayor rentabilidad, a costa de tener más posibilidades de perder.
Sin embargo, la economía en general, y la inversión en particular, no siempre circulan “de manera normal”. En ocasiones hay cisnes negros, sucesos que eran improbables y que (casi) nadie prevé que sucedan; de manera que, cuando ocurren, pillan desprevenidos a la gran mayoría.
El término, acuñado por el escritor Nasim Nicholas Taleb, hace referencia a la percepción que había en el siglo XVI sobre el color de los cisnes. Como en Europa eran blancos, nadie se imaginaba que pudieran existir cisnes negros, hasta que unos exploradores holandeses los descubrieron en un viaje a Australia.
Taleb aplica esta teoría a otros ámbitos, como en el económico, para referirse a hechos que nadie esperaba, pero terminan ocurriendo, como el crack de 1929 o la caída de Lehman Brothers.
Qué es la estrategia Barbell
En un entorno volátil e incierto hay posibilidad de que ocurran cisnes negros, por lo que adoptar una estrategia simple puede tener consecuencias no deseadas. Si el mercado no se comporta de forma normal, entonces quizás los inversores también deberían realizar actuaciones un poco fuera de lo común.
El propio Taleb ha dado nombre a la estrategia Barbell que, traducido, se refiere a la típica barra con dos pesas en los extremos. En este caso, por tanto, ya no se trata de buscar el equilibrio, el clásico punto medio, sino todo lo contrario. Se trata de dividir la cartera de inversión en dos partes:
- Una, con un riesgo muy reducido, sin volatilidad,
- y la otra, con un nivel de riesgo elevado, aunque siempre dentro de cierta ponderación, sin arriesgar en exceso.
De esta manera, la parte de la cartera arriesgada permitiría obtener unos buenos beneficios en el caso de que se produjese alguno de esos cisnes negros.
Por su parte, la parte conservadora serviría para mantenerse y sacar un pequeño rendimiento mientras tanto, y compensar el riesgo de la otra. Por consiguiente, bajo la estrategia Barbell no se invertiría nada en la zona de “riesgo medio”.
Por poner algunos ejemplos, si se invierte en renta fija, se compraría, por un lado, productos a muy corto plazo; y por otro, bonos a muy largo plazo. Si hablamos de acciones, compraríamos, por una parte, acciones defensivas y por otra, acciones cíclicas o de crecimiento.
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