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Estanflación, ¿peligra la recuperación en tiempos de guerra?

estanflación

El Banco Central Europeo tiene como objetivo fundamental mantener la estabilidad de precios, tal y como se establece en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Monetaria, situando el objetivo de inflación en el 2% .

Habitualmente, el crecimiento de los precios va parejo al del empleo y de la economía: cuando el PIB avanza, la tasa de paro tiende a reducirse , aumenta el consumo y los precios pueden aumentar, y cuando empeora, la situación es la contraria.

Sin embargo, ya en la década de los 70 se vivió un episodio de estanflación, es decir, de estancamiento económico más inflación, provocado en aquel entonces por la crisis del petróleo de 1973. ¿Volvemos a una situación parecida?

Por qué se produce la estanflación

En el funcionamiento normal de la economía, el aumento de la demanda presiona al alza   los precios y la disminución de la misma los reduce; por eso, lo habitual es que los precios tiendan a subir en épocas de bonanza y a mantenerse más contenidos o incluso bajar cuando hay una recesión.

Sin embargo, con la estanflación se produce lo peor de ambos mundos, estancamiento y precios al alza, y habitualmente esto ocurre cuando hay un «shock de oferta», asociado a la oferta agregada, es decir, relacionado principalmente con los mercados de trabajo, energía y otras materias primas.

El shock de oferta se corresponde, por tanto, con problemas para cubrir la demanda por insuficiencia de oferta, ocasionados por algún factor externo que impide un normal funcionamiento del mercado, de manera que se reduce la oferta de productos; y, con ello, la actividad económica, al mismo tiempo que suben los precios.

¿Puede volver la estanflación?

1973: Yom Kipur

La crisis del petróleo de 1973 se produjo por la determinación de los países productores árabes de suprimir las exportaciones de petróleo a aquellos países que apoyaron a Israel en la guerra del Yom Kipur, provocando un fuerte efecto inflacionista y una reducción de la actividad en unas economías fuertemente vinculadas al crudo.

2022: pandemia, shock de oferta y guerra de Ucrania

En la actualidad, las economías avanzadas continuaban   recuperándose tras el impacto inicial del COVID-19, pero los sucesos se han ido encadenando para lastrar esta mejora, primero con la crisis de desabastecimiento de materias primas y posteriormente con la fuerte subida de los costes energéticos, llegándose a comentar incluso la posibilidad de un gran apagón en Europa.

Estos acontecimientos se unieron, en un entorno previo marcado por   los estímulos monetarios sin precedentes realizada por los principales bancos centrales para evitar un impacto mayor de la crisis sanitaria en la economía real, la invasión de Ucrania por parte de Rusia, provocando un alza del IPC no observado en las últimas décadas , llegando en España a rozar una subida de dos dígitos en marzo (+9,8%), la cifra más elevada desde 1985 (7,3% en Alemania, cifra récord desde la reunificación, y 7,5% en la Eurozona).

Además, la pandemia no ha terminado y todavía tiene un efecto muy relevante en el funcionamiento del comercio internacional. Como muestra, el reciente confinamiento de la mega urbe de Shanghái.

Los efectos de la guerra de Ucrania y las diversas sanciones que los países aliados están poniendo a Rusia, así como las posibles restricciones en la exportación de materias primas por parte de ésta, plantean la posibilidad de una situación similar a la de cinco décadas antes.

¿Camino a la estanflación?

Muchos analistas ya contemplan la posibilidad de un escenario de estancamiento más inflación en  2022. Entre los factores para que cristalice este escenario estarían:

La salida del camino a la estanflación sería que esta situación no se prolongue excesivamente en el tiempo. Dado que las economías venían ya con una tendencia positiva al recuperarse de la pandemia, con crecimientos elevados en el último año y positivas previsiones para los siguientes, podría quedarse en un «simple frenazo», de más o menos impacto, pero que no se extendiese más allá de unos trimestres, pudiendo incluso entrar en una pequeña recesión.

En esta tesitura, posiblemente se conviviría con una inflación elevada, por lo menos durante un tiempo, pero las economías seguirían creciendo, no se quedarían estancadas, con lo cual se evitaría la temida estanflación.

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