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¿Es la volatilidad enemiga del inversor?

Uno de los mayores miedos del inversor en renta variable es la posibilidad de perder su dinero. Invertimos con la expectativa de obtener una plusvalía que nos compense por el riesgo de haber invertido nuestro dinero.

¿Qué es la volatilidad?

Cualquier instrumento financiero que cotice en un mercado secundario sufre variaciones en su precio. Una vez que comprador y vendedor llegan a un acuerdo con respecto al precio, se puede llevar a cabo la transacción.

Este precio refleja un consenso entre las dos partes sobre el valor del activo en ese momento. Como el precio depende de la opinión de ambas partes, y las opiniones cambian con el tiempo, consecuentemente los precios oscilan. Esta oscilación es lo que en los mercados se conoce como volatilidad. Cuando los precios varían mucho, decimos que hay mucha volatilidad.

La medida que se utiliza para calcular la volatilidad de un activo financiero, ya sea una acción o un fondo , es la desviación típica. Este término estadístico mide, con datos del pasado, cuánto se ha ido desviando su precio respecto a su media. En segundo lugar, cabe citar otro concepto estadístico como es la beta, que nos dice cuánto se desvía el precio de un activo en relación a su índice referencia.

¿La volatilidad es buena o mala?

La volatilidad en si no tiene porqué ser ni buena ni mala. El hecho de que haya disparidad de criterios sobre el valor de los activos es lo que permite que exista el mercado. Para el que quiera vender un producto, el hecho de que suban los precios es algo bueno puesto que podrá vender su mercancía a un precio más elevado. Para el que quiera comprar, prefiere que los precios bajen, ya que siempre es más rentable comprar algo lo más barato posible.

Cómo reacciona el inversor frente a la volatilidad es lo que determina si le hace daño o la usa inteligentemente. La volatilidad presenta a los inversores pacientes la posibilidad de comprar gangas, así como la de vender sus activos con beneficios.

Estrategias para afrontar la volatilidad

Hay una serie de aspectos que el inversor debe considerar para entender mejor cómo reaccionar prudentemente frente a la volatilidad. Estos aspectos deben formar parte del criterio del inversor y le pueden ayudar a no convertirse en su peor enemigo.

La volatilidad presenta una oportunidad para el inversor que la sepa aprovechar. Implícita en esta forma de pensar está la noción de que el inversor puede tener una idea de lo que vale el activo, lo que se suele llamar valor intrínseco. Hay muchas maneras de estimar este valor intrínseco y de formar algún criterio al respecto. Algunos inversores utilizan el análisis técnico, mientras que otros prefieren recurrir al análisis fundamental. Aunque nunca podemos llegar a ninguna certidumbre al respecto, una noción razonable de valor nos puede ser de gran ayuda a la hora de invertir.

Determinar qué horizonte temporal tenemos para nuestras inversiones es siempre un factor clave. Los activos de naturaleza más volátil a corto plazo, como pueda ser la renta variable, pueden ser los mejores activos a largo plazo ya que la oscilación a corto plazo pasa a ser un factor menos relevante que la revalorización en su conjunto con el paso del tiempo.

Sin embargo si queremos tener una seguridad a corto plazo de nuestro dinero, deberíamos buscar alternativas menos volátiles para garantizar que cuando queramos disponer de nuestro dinero éste no haya sufrido una fuerte pérdida.

No todos los activos son de la misma naturaleza volátil. Por este orden, estas serían las clases de activo que menor volatilidad suelen registrar:

Es interesante que el inversor entienda las características de los activos que compra. De esta forma podrá aprovechar mejor las oportunidades que ofrecen los mercados de inversiones gracias a la volatilidad.

Conclusión

Hemos visto que la volatilidad es parte intrínseca de los mercados financieros. Las cosas suben y bajan de precio. Esta volatilidad es la que nos permite comprar activos a buen precio. Uno de los factores más importantes es que el inversor desarrolle un criterio y entienda la naturaleza de los activos en los que invierte. De esta forma estará mejor equipado para tomar decisiones correctas.








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