El pánico se apodera de las bolsas

Que las bolsas en algún momento pudieran corregir era algo que nos temíamos todos, pero que las caídas se produjeran de manera tan brusca, no.

Atemorizado por las caídas superiores al 4% ayer en Wall Street y esta madrugada en Japón, el Ibex ha abierto con caídas de más del 3%, luego ha limitado su caída al 1%, pero ha acabado cerrando en los 9.810 puntos indicando una caída del 2,53%. Todo ello con un volumen de negociación que ha triplicado al habitual.

En otras bolsas europeas el desplome ha sido similar. El mercado francés y el alemán han cerrado con descensos del 2,30%.

En medio de una volatilidad desmesurada, los mercados llevan dos sesiones dando tumbos y sin tener muy claro si la corrección va en serio o es pasajera. Para tratar de poner un poco de sensatez a este movimiento, cabe decir que a diferencia de otros “crashes” históricos de la bolsa, en esta ocasión no hay una noticia negativa que lo explique. Es altamente improbable que haya una recesión económica a la vuelta de la esquina, de manera que la única causa parece ser la de un mercado que trata de adaptarse a un escenario futuro de subidas de tipos de interés.

Esto podría explicar el giro a la baja de las bolsas, pero la velocidad a la que se está produciendo requiere de una aclaración adicional. Detrás de esta fuerte volatilidad podría estar un aspecto que siempre ha acompañado al mercado, y otro un tanto novedoso. El que no debería sorprendernos es que el miedo se propaga muy fácilmente, generando un clima desconcertante que puede provocar movimientos irracionales. Esto lo hemos visto en momentos como el Brexit o la devaluación del yuan en el verano de 2015. El aspecto novedoso es el hecho de que cada vez son más las órdenes que se generan de manera automática, que podrían estar recrudeciéndose por un mercado en el que durante los últimos años han ganado mucho peso los productos de gestión pasiva como ETF o fondos indexados.

Dicho esto, pensamos que los inversores minoristas no deberían dejarse llevar por los nervios y deberían mantener la cautela antes de plantearse vender. De hecho, muchos ven en este tipo de caídas bruscas una oportunidad perfecta para entrar en bolsa.

Durante el día de hoy, los vaivenes se han producido en otras clases de activo, pero de manera más calmada. En el mercado de divisas, el euro ha bajado frente al dólar hasta el 1,237, y en el de materias primas el petróleo ha cedido cerca de un 1% hasta los 67 dólares/barril. En renta fija el bono español se ha mantenido en el 1,42% con la prima de riesgo en los 72 puntos básicos.

En medio de esta tormenta, Metrovacesa ha vuelto a cotizar en bolsa, y lo ha hecho por la puerta de atrás. “Menudo día para saltar al parqué”, habrán pensado algunos. Entre que la salida a bolsa ya estaba algo gafaga (después de que la falta de apetito por el valor obligase a rebajar su precio) y que la sesión ha estado dominada por el miedo, los títulos han registrado una caída del 3% en su debut.

Dentro del Ibex la peor parte se la han llevado una vez más las eléctricas, y en general, las empresas más endeudadas y a las que menos interesa una subida de tipos: Cellnex (-4,21%), ACS (-4,01%) o Iberdrola (-3,96%). La úncia en cerrar en verde ha sido Siemens Gamesa (+0,56%).