Existen multitud de estrategias de inversión para diversificar inversiones, infinitas combinaciones de activos para incluir en su cartera. Con la regla del 120 su edad determinará qué parte dedicar a renta variable y qué parte a renta fija. Porque el horizonte temporal es un factor que no se puede obviar al invertir y a veces no se le da la importancia que merece.
¿Qué es la diversificación de la cartera de inversión?
Diversificar la cartera consiste en reducir el riesgo de la cartera invirtiendo en diferentes activos: debido a su heterogeneidad, a ser diferentes entre sí, responderán de manera distinta ante posibles circunstancias que acontezcan. La diversificación suaviza los resultados de la inversión y reduce la exposición a escenarios extremos.
Diversificar es incorporar a la cartera diversos tipos de activos, pero no solo eso, sino que no estén correlacionados para que las caídas (y también subidas) de un tipo de activo no afecten —o lo menos posible— al resto de la cartera.
¿Cómo diversificar la cartera?
Como primer objetivo, se trata de incluir activos financieros de diferente naturaleza: renta fija (bonos y letras) y renta variable (acciones). Pero se puede seguir diversificando por activos de diferentes zonas geográficas (Europa y Estados Unidos, por ejemplo) y de diferentes sectores (energético, tecnológico, salud…). Resulta difícil establecer un límite al grado de diversificación de la cartera.
Como avanzamos, consiste en buscar activos descorrelacionados, esto significa que se muevan en sentidos diferentes ante un cambio de escenario. De este modo, la diversificación permite reducir la volatilidad de la cartera en su conjunto, pues esta reaccionará de forma más moderada ante situaciones adversas, ya que solo afectarán a una parte de la cartera y no a todos los activos que la componen (al no estar correlacionados).
¿Qué es la regla del 120?
La regla del 120 es un método muy sencillo para calcular qué porcentaje invertir en renta fija y en variable en función de la edad del inversor. Su planteamiento es el siguiente:
¿Cuánto invertir en renta variable?
Según este método, el porcentaje sería 120 menos la edad actual del inversor.
¿Cuánto invertir en renta fija?
El resto hasta el 100%.
Lo vemos más claro con dos ejemplos:
- Inversor con 25 años:
Renta variable: 120 – 25 = 95% de su cartera.
Renta fija: 5% de su cartera.
- Inversor con 65 años:
Renta variable: 120 – 65 = 55% de su cartera.
Renta fija: 45% de su cartera.
No se trata de una fórmula exacta, en absoluto. Ni tiene en cuenta otras muchas consideraciones que afectan a la configuración de la cartera. Pero sí que permite una primera aproximación sobre cómo repartir los activos de renta fija y variable y, sobre todo, resalta la importancia de reajustar la cartera conforme se cumplen años.

Regla del 120 para adaptar las inversiones a la edad
Es habitual cometer el error de tener la mayor parte de la cartera en renta fija, porque su riesgo es menor. Es cierto que esta forma de invertir más conservadora protege el capital a corto plazo, pero esta sobreprotección impide que el capital mantenga su poder de compra con el paso del tiempo, porque limita su potencial de crecimiento.
Pongamos un ejemplo para ilustrarlo. Hoy, con 40 años tiene invertidos 50.000 euros. Su preocupación no debería ser tanto que en los próximos meses o años (corto y medio plazo) disminuya un poco esa cantidad, sino que dentro de más tiempo (en 20 o 30 años o cuando se jubile, por ejemplo) su cartera haya preservado su poder de compra de bienes y servicios.
En definitiva, no se trata tanto de que la cartera no pierda valor a corto plazo, sino que los activos que la componen crezcan más que la inflación a largo plazo.