Cada 31 de octubre celebramos juntos el Día del Ahorro. Hace casi un siglo que se rinde homenaje a una actividad tan necesaria para las finanzas como es el ahorro. Así se propuso en 1924 y así se sigue haciendo desde entonces, porque el ahorro es la base de nuestras metas.
Día del Ahorro: Milán, 1924
A estas alturas los efectos positivos del ahorro son conocidos por la mayoría. Pero hace cien años se vivía más al día y no se pensaba tanto en lo que pudiera deparar el futuro. Además, gran parte del dinero se guardaba en casa. En 1924, el Instituto Mundial de Cajas de Ahorro y Bancos Minoristas (WSBI) propuso fijar un día que recordase cada año las ventajas del ahorro para las familias y la utilidad de los bancos y cajas de ahorro.
Con motivo del Día del Ahorro de 2021, el Instituto Mundial de Cajas de Ahorros y Bancos Minoristas y el Grupo Europeo de Cajas de Ahorros (WSBI-ESBG) ha compartido un video donde líderes del sector bancario de cuatro continentes ofrecen su visión de esta celebración y la importancia del ahorro.
El ahorro es la base de nuestras metas
El ahorro es un concepto básico en economía y finanzas. A todos los niveles. En el ámbito empresarial y, en lo que nos ocupa en este espacio de Singular Bank, en el ámbito familiar y doméstico.
Aunque cada vez somos más longevos, la vida del ser humano tiene un límite. En este tiempo finito que nos ha tocado vivir nos esforzamos por cubrir las necesidades básicas de supervivencia (alimentación, salud, vivienda, etc.) y nos proponemos otros objetivos vitales en el horizonte próximo y a más largo plazo. E incluso más allá del largo plazo, porque también intentamos que cuando acabe nuestra existencia nuestros seres queridos dispongan de una base sólida sobre la que desarrollar su vida.
Leerlo resulta baladí, aun así, conviene reflejarlo en este momento: las necesidades básicas y los objetivos que pretendemos lograr en esta vida tienen un precio, y es necesario disponer de dinero para pagarlo. Ese dinero procede del trabajo o del rendimiento del capital mobiliario e inmobiliario.
Diferente ritmo de entrada y salida de dinero
Sea del salario, sea de los intereses que no dan las inversiones o sea del alquiler de inmuebles, el ritmo de entrada de dinero es conocido hoy y resulta suficiente para los gastos de hoy. Pero hoy desconocemos cuál será el ritmo de entrada mañana (dentro de unos años) —¿ganaremos más o menos?— y tampoco sabemos cuánto necesitaremos ni el ritmo de salida —¿gastaremos más o menos?—.
En este panorama convendría guardar una parte de lo que ganamos para que sirva para cubrir necesidades y lograr objetivos en el futuro. Eso es, precisamente, la base del ahorro y la justificación de que el ahorro es bueno para todos, porque todos nos enfrentamos a este reto a lo largo de la vida: ingresos variables más o menos conocidos y gastos también variables y, en buena medida, desconocidos.
Inversión para adelantar a la inflación
Sin embargo, no basta con guardar dinero en una cuenta del banco para que esté siempre disponible. No basta porque con el paso del tiempo el dinero pierde fuerza de compra. Como bien sabe, la inflación resta capacidad de compra a su dinero, cada año los bienes y servicios son un poco más caros y, a medio o largo plazo, quizá su dinero no sea capaz de comprar aquello que necesita.
Por tanto, una vez definido por qué es necesario guardar parte de los ingresos, el siguiente reto es adelantar a la inflación. Si consigue que su dinero aumente al nivel que lo hacen los precios, entonces su poder de compra se mantendrá. Como hemos visto, no sirve mantener el dinero en el banco, tiene que crecer y para ello debería invertir una parte en productos financieros o inmobiliarios que, con cierta probabilidad, ganen valor.
Planificación para lograr sus metas
La siguiente fase es decidir qué parte invertir y qué parte dejar disponible. Aquí cada ahorrador tiene su propia respuesta, aunque no debería ser un porcentaje arbitrario, sino el fruto de un análisis donde se contraponen ingresos, gastos y objetivos de futuro: planificación.
En este artículo no le vamos a decir en qué invertirlo, tan solo le animamos a que ahorre, planifique y siga informándose; le recomendamos que haga números y que, cuando lo necesite, se apoye de su asesor financiero, pues controla a la perfección el mundo de la inversión y solo trabaja para ayudarle a lograr sus metas.