La pandemia apenas logró retrasar un mes el día del agotamiento de recursos de la Tierra. Un año después, y sin haber alcanzado todavía el nivel productivo previo, los recursos que la naturaleza puede regenerar ya se han utilizado. ¿Se puede crecer y no agotar un planeta?
¿Qué es el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra?
El EOD, acrónimo de Earth Overshoot Day o Día de la Sobrecapacidad de la Tierra aproxima en el calendario el día en que la humanidad ha consumido todos los recursos que el planeta es capaz de regenerar en ese año.
Tiene su lógica. A lo largo de la historia, los humanos hemos utilizado los recursos de la naturaleza para cubrir nuestras necesidades. Hemos construido carreteras, puentes, ciudades. Hemos producido alimentos y hemos transformado materias primas según creíamos conveniente. Pero toda esta transformación, además, produce dióxido de carbono y crea residuos.
Década de 1970: no basta la capacidad de un año
Hasta principios de la década de 1970, los recursos naturales empleados y la contaminación generada eran inferiores a lo que el planeta era capaz de soportar. Es decir, hasta entonces la Tierra podía regenerar los recursos utilizados y podía recuperarse del impacto negativo derivado de la acción productiva del hombre.
Pero en los setenta se perdió ese punto de equilibrio. La humanidad del siglo XXI necesita más, no consigue estirar los recursos naturales durante 365 días y en el mes de julio ya ha utilizado todo el margen anual que ofrece el planeta. En 2021, se alcanzó este límite el 29 de julio.
La fórmula de cálculo del EOD es compleja, pero puede simplificarse de la siguiente forma:
EOD = Biocapacidad del planeta / Huella ecológica global * 365
1,75 veces el planeta Tierra
Otra lectura que admite el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra es que, con el ritmo actual, se necesita una capacidad regenerativa de 1,75 planetas. Las predicciones apuntan a que, si no se pone solución, a mediados del siglo XXI serían necesarias dos Tierras para soportar la vida del ser humano, lo que significa que para 2050 el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra se adelantaría hasta el mes de junio.
Global Footprint Network
El Día de la Sobrecapacidad de la Tierra es un concepto que promueve la Global Footprint Network. Se trata de un think tank fundado en 2003, con sede en California, que reúne a expertos de todo el mundo, del ámbito privado, científico, académico y oenegés que trabajan para lograr un futuro donde el ser humano pueda vivir bien respetando los límites del planeta.
En total, más de 70 organizaciones se asocian dentro de la Global Footprint Network. Todas ellas comparten la visión tan sencilla como inexcusable de vivir dentro de las posibilidades del planeta y promueven el cambio social preciso para conseguirlo.
Una pausa obligada por el coronavirus
Si se observa la serie de datos, en 2020 los recursos del planeta duraron un mes más, hasta el 22 de agosto. Los confinamientos acontecidos en la primera mitad del año para contener la propagación de la COVID-19 llevaron a reducir las emisiones de CO2 a nivel global un 6,4%. En Estados Unidos la caída fue del 13%, en Europa del 10% y en España se liberó un 18% menos de CO2. Aunque afectó a todos los sectores, cabe señalar que las emisiones de la aviación cayeron considerablemente, un 48% respecto a 2019.
Sin embargo, los cálculos de la Global Footprint Network ponen en evidencia que en cuanto se retoman altos niveles de actividad y el transporte resurge con fuerza, aunque sea a niveles inferiores a los de 2019, las emisiones y el consumo descontrolado de recursos pronto vuelven a niveles prepandémicos:
● EOD 2019: 29 de julio
● EOD 2020: 22 de agosto
● EOD 2021: 29 de julio
Fondos que se preocupan por el futuro del planeta
Frenar la actividad económica sería la solución más directa para que el planeta resista a esta sobretensión, pero evidentemente no es viable. Para solucionar el desequilibrio entre lo que la humanidad demanda y lo que la Tierra puede aportar es necesario un cambio estructural; un cambio que las nuevas generaciones reclaman porque consideran imprescindible, al haber crecido con una mayor conciencia ambiental y al ver ya comprometido su futuro o el de su descendencia.
La producción limpia de energía podría ser el primer gran paso, si a nivel global logra reemplazar la generada mediante combustibles fósiles, lo que requiere capacidad suficiente y precios competitivos. El siguiente paso vendría con el cambio definitivo del modelo de transporte hacia el impulsado con fuentes renovables, ya sea electricidad, hidrógeno o cualquier otra que esté por llegar.
Los gobiernos ya están moviendo sus fichas con programas de cero emisiones y calendarios de descarbonización. A nivel europeo el Plan de Recuperación Verde y los fondos NextGenerationEU son prueba fehaciente de ello.
¿Cómo invertir en esta temática?
Al margen de que seamos conscientes de que es esencial contribuir al cuidado del planeta entre todos, desde el punto de vista de la inversión muchos son los que consideran que, por todo lo comentado anteriormente, estamos ante una megatendencia con alto potencial de crecimiento. Gobiernos, organismos internacionales, entidades públicas, empresas y particulares, todos de un modo u otro están llamados a poner su grano de arena para combatir este problema que a todos nos atañe.
Si queremos invertir en esta megatendencia, una de las formas de hacerlo es a través de fondos de inversión. Existen muchos que se ocupan de esta temática, de forma parcial o total.
Entre los primeros estaría el DPAM INVEST B – Equities NewGems Sustainable, que busca empresas de todo el mundo que denomina «del futuro», siguiendo criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG); entre los sectores que incluye estaría la ecología, poniendo foco en temas como energía renovable, vehículos eléctricos, agua, eficiencia energética…
El Nordea 1 – Global Climate and Environment Fund, en cambio, pone su foco absoluto en la selección de compañías que, a través de sus soluciones medioambientales, están cambiando el mundo para bien, con el principio de que ahorrar energía es tan importante como generar energía limpia.
Son solo dos ejemplos, pero habría muchos más, como el Pictet – Global Environmental Opportunities o RobecoSAM Smart Energy Equities, lo que nos demuestra la relevancia que cobra el cuidado de nuestros recursos.
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