La entrada en la década de los 40 suele ser un momento de reflexión en la vida de la mayoría de personas. La ‘cuarentena’ es una edad en la que ya uno empieza a pensar mucho más en el futuro aunque, hoy en día, se considere los 30 ‘los nuevos 20’, sobre todo porque la estructura social actual prolonga la juventud hasta bien entrados los 30, ya que muchos hasta entonces no consiguen un trabajo medianamente estable y bien remunerado que les permita independizarse. en el siguiente post hablaremos de como tomar las riendas ante la jubilación.
Los cuarenta es un momento vital de recapitulación y de poner la mirada en el futuro, ya que la juventud ya toca a su fin y hay que empezar a pensar en lo que pasará en unos años: la ansiada para muchos —y temida para otros— jubilación. Porque aunque deberíamos haber pensado en ella mucho antes —no es descabellado decir que a los 20—, es algo que culturalmente en España retrasamos casi hasta cuando estamos a las puertas.
Y esa no es la mejor forma de hacer una planificación correcta, pues no da tiempo prácticamente a nada. Con estos precedentes, no está tan mal establecer como tope máximo cumplir 40. No es tan extraño sentirse perdido y no saber cómo tomar las riendas del futuro financiero. Como orientación, vamos a dar algunas claves para los que ahora se encuentran en esa tesitura.
Tu jubilación depende de ti
Toma las riendas. Porque tu situación financiera cuando llegue el momento de la jubilación depende de ti más que nunca. Sí, en España el Estado garantiza una pensión pública para todos los españoles que hayan cotizado a la Seguridad Social durante su etapa laboral, pero teniendo en cuenta la situación en la que se encuentra, es posible que de aquí a unos años esa situación cambie. Es decir, que la pensión pública no cubra en la cantidad en la que lo hace en la actualidad, sobre todo teniendo en cuenta que estamos encadenando dos crisis económicas seguidas que menguan notablemente los recursos del Estado, ya que hay mucha gente en paro que no ingresa dinero en la llamada ‘hucha de las pensiones’.
Es ya una realidad que lleva unos años dando la voz de alarma y avisándonos de que es importante que empecemos a contratar planes privados de pensiones ante el devenir de las cuentas públicas. Y como el que avisa no es traidor, es momento de ponerse manos a la obra para lograr el simple —y ya no tan lejano— objetivo de la jubilación: asegurarnos la misma calidad de vida de ahora cuando tengamos sesenta y muchos.
No me parece tan fácil, ¿cómo puedo hacerlo?, te preguntarás. Pues bien, en primer lugar, informándote. En estos últimos años, en vista de la evolución del sistema público de pensiones, cada vez han surgido más planes privados por parte de las diferentes entidades. Porque nuestro país está a la cola de Europa en planes de pensiones en cuanto a aportaciones se refiere; hemos confiado nuestra jubilación íntegra al sistema público, y es ahora, cuando lo vemos peligrar, que empezamos a preocuparnos e interesarnos por los planes privados.
Es cierto que todavía la industria es incipiente y queda recorrido aún, pero cada vez hay más ofertas en el mercado que se adaptan a las características de cada uno y a sus posibilidades y forma de vida. Por eso lo principal es informarse muy bien de las opciones a tu alcance antes de decidir.
Puede que el mejor consejo sea aportar a planes de pensiones sin que te suponga un quebradero de cabeza. Es decir, que tu planificación financiera no te obligue a hacer un sobreesfuerzo. Debes ingresar en tu plan sólo lo que tú puedas, aquello que no suponga un problema para tu estabilidad financiera. Sea más, o sea menos.
Otra de las últimas ventajas es que desde 2025, los planes de pensiones se pueden rescatar una vez que hayan pasado 10 años desde que se hizo dicha aportación. Antes había que esperar a la edad de jubilación para hacer uso de ese dinero ahorrado.
Por último, ante la situación de crisis que ha derivado de la pandemia del COVID-19, el Gobierno permitirá el rescate anticipado, con limitaciones, a quienes se hayan visto afectados por el coronavirus y cumplan determinados requisitos.
En cualquier caso, aunque sea posible rescatar un plan anticipadamente siempre conviene pensarlo muy bien. Pues ese dinero —que es posible disponer hoy— mañana será para muchos la garantía para una jubilación digna y la clave para mantener su nivel de vida actual.
Eso sí, siempre tomando una decisión sosegada, bien pensada, adaptada a tu capacidad financiera y acatando un compromiso contigo mismo para hacer ese pequeño esfuerzo que en unos años agradecerás mucho.
No todos los planes de pensiones son iguales y tienen distintos niveles de riesgo en función de distintos factores. El nivel de riesgo de cada uno de los planes está detallado en el Documento de Datos Fundamentales del Partícipe del plan correspondiente. El cobro de la prestación o el ejercicio del derecho al rescate solo es posible en caso de acaecimiento de alguna de las contingencias o supuestos excepcionales de liquidez regulados en la normativa de planes y fondos de pensiones.
El valor de los derechos de movilización, de las prestaciones y de los supuestos excepcionales de liquidez dependen del valor de los activos del fondo de pensiones y puede provocar pérdidas relevantes.
Antes de efectuar cualquier contratación, es recomendable informarse legal, regulatoria y fiscalmente sobre las consecuencias de una inversión.
Las decisiones que cada inversor adopte, tanto de inversión como de nivel de delegación y asesoramiento, son su responsabilidad.
Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.
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