¿Cuánto podemos ahorrar con paneles solares fotovoltaicos?

Llega final de mes, momento del temido cargo de la factura de la luz. Los recibos de la compañía eléctrica suben imparablemente y, como ahorradores que somos, llevamos un tiempo dándole vueltas a la idea de los paneles solares. Hemos escuchado que hay que pagar peajes, un impuesto al sol, que hay un decreto que lo regula todo -y lo complica-. ¿Merecerá la pena instalar paneles? ¿Nos desconectamos de la red eléctrica? ¿Baterías? ¿Cuántos paneles?

Real Decreto de autoconsumo

El 10 de octubre de 2015 entró en vigor el Real Decreto 900/2015, más conocido como decreto de autoconsumo. Como consumidores de electricidad, con este nuevo marco normativo, tener paneles solares y estar conectados a la red eléctrica difícilmente sale a cuenta; como productores de electricidad, con las regulaciones aprobadas desde 2011 a 2015, vender luz ha dejado de ser un negocio rentable.

Solar Panels in front of blue sky

Desde el año 2000 los países desarrollados impulsaron la producción de energía eléctrica mediante paneles solares fotovoltaicos. En España también se apostó fuertemente por ello, con varios decretos aprobados entre 2004 y 2007 que concedían primas a los productores. Entonces, «plantar» paneles solares en los campos españoles era un negocio redondo. Ya no es así. Pero dejemos a un lado la producción y centrémonos ahora en el Real Decreto de 2015.

Para simplificar la compleja regulación sobre el autoconsumo del Real Decreto, distinguimos dos posibles situaciones:

  • Autoconsumo desconectado: tenemos paneles solares instalados y no estamos conectados a la red eléctrica. Tan solo consumimos nuestra producción eléctrica.

 

  • Autoconsumo conectado: tenemos paneles solares instalados y estamos conectados a la red eléctrica para disponer de electricidad convencional cuando lo necesitemos.

Un factor a tener en cuenta en ambos casos es que en las horas de más sol es cuando menos energía necesitamos: porque no estamos en casa, o porque no necesitamos iluminación, ni climatización. Este hecho tan simple condiciona todo el planteamiento de la energía solar doméstica y nos obliga a seguir conectados a la red eléctrica y/o a utilizar baterías para acumular energía, lo que encarece la instalación.

En el caso de autoconsumo desconectado, nos olvidamos de las compañías eléctricas y pasamos a gestionar nosotros mismos nuestra producción y consumo eléctrico, contando o no con baterías. Luego vemos un ejemplo.

Fragment of the solar battery

En cambio, si optamos por seguir conectados, entra en juego el famoso peaje de respaldo, introducido en este Real Decreto 900/2015, con una parte variable, apodada «peaje al sol» y otra parte fija. La polémica se desata cuando, para tener el respaldo de la red eléctrica si no producimos suficiente con nuestra instalación, también debemos pagar por esa energía que hemos producido con nuestros paneles.

Pero ojo, porque analizando con detalle el BOE del decreto, en la disposición transitoria primera existe una importante exención a los peajes:

  • Si somos consumidores en modalidad de autoconsumo tipo 1,
  • y contratamos con la compañía eléctrica una potencia de 10 kW o menos (lo habitual en hogares):

Entonces, no hay que pagar esos peajes, tan solo la potencia que hayamos contratado y el consumo que tengamos de la red eléctrica. Pertenecer al autoconsumo tipo 1 añade dos requisitos extra:

  • No podemos vender el excedente de electricidad.
  • La potencia instalada (en paneles) debe ser menor o igual a la contratada (con la compañía eléctrica), por lo que no podríamos instalar más de 10 kWp (potencia pico de los paneles solares).

¿Y si instalamos baterías además de estar conectados? De esa manera, dejaríamos el consumo de la red en un tercer plano: primero tiraríamos de nuestra producción, si no hay suficiente, de las baterías y, por último, de la red. Pues en este caso no hay exención aplicable para la parte fija del peaje de respaldo, que tendríamos que pagar en función de la potencia máxima de generación de nuestros paneles.

¿Cuántos paneles solares tenemos que instalar para ahorrar? Dos ejemplos

Determinar cuántos paneles instalar es tarea de cada ahorrador. No queda más remedio que sacar la calculadora y empezar a hacer cálculos. A tener en cuenta:

  • ¿Cuánta energía necesitamos?
  • ¿Cuánto cuesta el kit solar que nos da esa energía?
  • ¿Cuántos paneles lleva ese kit?
  • ¿Tenemos espacio para instalar todos los paneles necesarios?
  • ¿Seguimos conectados a la red? ¿Usamos baterías?

Antes de nada, resulta esencial calcular cuánto es nuestro consumo eléctrico en Wh/día. Es fácil de medir con un sensor que se instala en el cuadro eléctrico de la vivienda y que cuesta unos 70 euros.

Según IDAE, el consumo medio por hogar es de 3.487 kWh, una cifra elevada que fácilmente podríamos reducir si sabemos cómo luchar contra la factura de la luz.

Solar panels on a house roof with sun

Primer ejemplo: nos compramos un kit solar con baterías y nos desconectamos de la red eléctrica

Supongamos que consumimos los 3.487 kWh al año, que equivalen a 9.553 Wh/día. Para buscar un kit solar apropiado, miramos los que permitan captar en un día de invierno esos 10.000 Wh. El precio aproximado del kit ronda los 6.500 euros, aunque será superior en función de la potencia pico elegida y de la capacidad de las baterías. Si le sumamos 3.000 euros de coste adicional por reemplazar las baterías (su vida útil es inferior a la de los paneles) y alguna otra posible avería, la inversión total nos sale por 9.500 euros.

Para calcular el ahorro con esos paneles, aproximamos el coste medio del kWh en España a 0,15 euros, lo que significa un desembolso anual en electricidad de 523 euros (3.487 x 0,15). Suponiendo que el precio de ese kWh en los próximos años no varía, necesitaríamos 18 años para amortizar la inversión en el kit solar. Es decir, después de 18 años empezaríamos a ahorrar todo el consumo eléctrico. Como la vida útil de los paneles solares es de 25 años, en esos 7 años restantes ahorraríamos 3.661 euros. Como el precio del kWh va a seguir subiendo con toda probabilidad, el período de amortización se recortará y el ahorro será todavía mayor.

Con tantos números, no nos olvidemos de lo más evidente: el espacio necesario. Una instalación solar de estas características requiere de seis a ocho paneles solares y cada uno mide aproximadamente dos metros de largo y uno de ancho, además de un lugar para guardar las ocho baterías. Por tanto, resulta inviable para bloques de viviendas y su uso se reduce prácticamente a casas independientes con tejado propio y/o jardines.

HiRes

Segundo ejemplo: compramos un kit solar sin baterías y seguimos conectados a la red

Para no tener que pagar el peaje de respaldo, ya hemos visto que debemos contratar un máximo de 10 kW con la compañía eléctrica, la potencia solar pico no debe superar esa cifra, y no podemos instalar baterías.

La idea clave para ahorrar se puede orientar a depender menos de la red y pagar un poco menos en la factura de la luz. Es importante considerar que las horas de más radiación solar no suelen coincidir con las que más electricidad se consume. Una buena estrategia es ahorrar parte del consumo de los aparatos que quedan encendidos durante las horas de sol, especialmente el frigorífico, y aquellos que se les da un uso ocasional como el televisor, cargar el móvil o el portátil.

Para ello deberíamos elegir entre dos o tres paneles solares de 250W cada uno. Esta opción sí es más factible para ahorradores que vivan en un edificio. El coste ronda los 1.100 euros para dos paneles y 1.400 euros para tres.

En este ejemplo suponemos la instalación de 2 paneles solares, con 6 horas de luz solar diarias y que siempre se consumen los 500W que se están produciendo:

500W x 6 horas de radiación solar/día x 365 días = 1.095 kWh/año

Si suponemos un precio constante del kWh de 0,15 euros, entonces estaremos ahorrando más de 164 euros a partir del sexto año, ya que, como nos hemos gastado 1.100 euros en la instalación, el período de amortización será de 5 años.