Que el aire acondicionado no te deje helado… al llegar la factura de la luz

Las altas temperaturas de las diversas olas de calor que estamos sufriendo este mes de julio, y las que nos pueden esperar en agosto, hacen que el tradicional deseo de “llegar a casa para quitarse los zapatos” vea como le come terreno el cada vez más socorrido “llegar a casa para conectar el aire acondicionado”.

En efecto, la sensación de calor se torna realmente insoportable durante esta época del año y la tendencia a conectar el aire acondicionado sin apenas pensar en las implicaciones económicas de ese acto es totalmente comprensible.

Sin embargo, en el artículo de hoy queremos ponerle algo de sensatez a esa necesidad de refrescar el ambiente, y cómo no podía ser de otro modo, un poco de sentido ahorrativo para no llevarnos una desagradable sorpresa cuando llegue la correspondiente factura eléctrica. ¿Sabes de qué hablamos, verdad?

Los mejores consejos para ahorrar en aire acondicionado

En primer lugar hay que recordar que el mejor modo para ahorrar en aire acondicionado es precisamente no utilizándolo, o a no ser posible, utilizándolo menos. Aunque parezca un consejo de perogrullo, no todos llevamos a cabo estrategias de eficiencia energética doméstica que nos permitan recurrir en menor medida al aire acondicionado.

Una buena costumbre puede ser la de optar por una ventilación natural de nuestra vivienda en horas en las que el ambiente exterior sea más fresco (idealmente por la noche o a muy primera hora de la mañana). Bastará con tener entre 10 y 15 minutos las ventanas de casa abiertas. Otro “truco” al que a menudo poca gente recurre es el de bajar las persianas durante el día si no vamos a estar en el domicilio. De este modo evitamos la radiación solar directa y el calor acumulado en nuestra vivienda será notablemente mayor cuando regresemos.

Otra manera de minimizar el uso del aire acondicionado es recurrir a otros aparatos de menor consumo cuando la situación no sea de calor extremo. Es posible que en lugar de conectar el aire acondicionado sea suficiente con enchufar un ventilador de pie. Con toda seguridad no conseguirás la sensación de confort que aporta el aire acondicionado, pero su coste tampoco tendrá absolutamente nada que ver, pues debes saber que un ventilador tiene del orden de un 95% menos de potencia que un aparato de aire acondicionado. Incluso puede ser válida en muchas ocasiones la opción de ventilador que algunos aparatos de aire acondicionado incorporan.

También es importante para reducir las horas de funcionamiento del aire acondicionado el aprovechamiento de las inercias del frío. Básicamente, consiste en apagar el aire acondicionado antes de que su uso deje de ser necesario, aprovechando de este modo el ambiente fresco existente en la vivienda. No es aconsejable apagar el aire justo al salir por la puerta, pues seguramente habremos consumido más energía de la necesaria para mantener la casa fresca en un periodo en el que no vamos a estar allí.

Si nos centramos ahora en el rato durante el que el aire acondicionado tiene que estar necesariamente en funcionamiento, la clave del consumo energético del mismo está en nuestras manos: hay que regular la temperatura del aparato para estar frescos pero sin necesidad de congelarnos (todos sabemos de qué hablamos). Es muy frecuente la tendencia a poner el aire acondicionado a temperaturas inferiores a los 20º para estar más fresquitos, sin ser conscientes del incremento de consumo eléctrico que eso conlleva. Cada grado adicional de frío que solicitemos al aire acondicionado puede suponer un incremento de consumo del 8%. De este modo, si poniendo el aire a 24º logras una temperatura suficientemente confortable y muy alejada de los más de 30º en la calle, ¿por qué ponerlo a 20º y consumir un 32% de energía más (que se traducirá en euros en la factura de la luz)?

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Para terminar, es importante que el aparato de aire acondicionado esté en perfectas condiciones de mantenimiento para que su rendimiento energético sea máximo. Es un clásico no limpiar los filtros de aire del mismo hasta que el aparato no tira el aire lo suficientemente frío, y eso tiene unas implicaciones importantes en la eficiencia del equipo, y por lo tanto en el consumo eléctrico.

Y por supuesto, aunque si ya tienes el aparato instalado puede que sea tarde, siempre debes tener muy en cuenta el etiquetado energético del aparato de aire acondicionado y su adaptación al espacio a refrigerar. Un aparato de aire acondicionado eficiente de clase A puede ser más caro a la hora de comprarlo, pero suponer unos ahorros en consumo hasta un 60% mayores a un aparato de los “baratos”. Tampoco tiene demasiado sentido instalar aparatos de aire acondicionado sobredimensionados en relación a los metros cuadrados que quieren refrigerarse. En este sentido es importante contar con el asesoramiento de un profesional del sector.