Cuando decidimos invertir en bolsa, hay diferentes factores que determinarán la dirección que tomará nuestra selección de valores en términos de rentabilidad.
Para contar con mayores probabilidades de éxito, es recomendable llevar a cabo un proceso de análisis. Dentro de éste, hay que distinguir a grandes rasgos entre análisis fundamental y análisis técnico.
El análisis técnico trata de estudiar el comportamiento de un activo en función del precio al que ha cotizado en el pasado, examinando sus gráficos para interpretar tendencias que se puedan llegar a repetir en el futuro.
Por otro lado, el análisis fundamental está relacionado con el conocimiento de una empresa a través del estudio de su negocio, observando aspectos como el beneficio que genera, los márgenes que obtiene por sus ventas o su rentabilidad por dividendo, por poner algunos ejemplos.
El ratio más seguido dentro del análisis fundamental es el PER, que mide las veces que está contenido el beneficio anual en el precio de la acción. Hay que ser conscientes que de una empresa puede estar saneada y tener buenas perspectivas, pero lo que determina si es o no una buena inversión va a ser el precio al que esté cotizando en el mercado. Por lo tanto, resulta muy útil para tratar de adivinar si un valor cotiza caro o barato en bolsa, o incluso para compararlo con otras empresas dentro de su mismo sector.
Indicadores como el PER son una herramienta para detectar empresas que puedan estar infravaloradas en determinados momentos. O al contrario, para que nos ayuden a llegar a la conclusión de que se encuentran sobrevaloradas.