Genera cierto miedo observar el comportamiento del índice S&P 500 en los tres primeros meses del año: desde los máximos históricos de 3.394 puntos del 19 de febrero hasta los mínimos de 2.192 puntos del 23 de marzo. Una fortísima caída provocada por el miedo a que el COVID-19 ralentice el crecimiento global y los beneficios corporativos.
Mantener la calma en las caídas no es fácil, pero resulta de mucha ayuda recordar que invertimos a largo plazo y reflexionar sobre cómo se han comportado los mercados en caídas anteriores. Porque la historia muestra que tras las caídas llegan las recuperaciones y las ganancias a largo plazo.
A continuación vamos a recordar qué pasó después de la crisis del ébola, el MERS, SARS, la gripe aviar y las otras crisis sanitarias que ha habido desde 1997. Y, antes de nada, te recordamos lo que puedes hacer para posicionarte con vistas a una potencial recuperación: diversificar, reajustar y contribuir a tu cartera de activos.
¿Cómo de larga y profunda será la corrección?
Nadie puede responder a esa pregunta, pero sí se sabe que las correcciones son parte del juego. Desde 1950, el S&P 500 ha sufrido caídas, de media:
- De más de un 5%, tres veces al año y una duración de 16 días.
- De más del 10%, cada 16 meses y una duración de 43 días.
- De más del 20%, una vez cada siete años, con una duración de 183 días.
¿Cómo de rápida será la recuperación?
Tampoco es posible responder directamente a esta pregunta. Todo dependerá del desarrollo del coronavirus por el mundo y los efectos que tenga sobre la economía global. Al fin y al cabo, vivimos un cisne negro, un evento totalmente inesperado por los expertos.
En general, si los casos tocan techo en abril/mayo el crecimiento global podría repuntar en el tercer trimestre apoyado en las medidas que se están tomando y las que todavía se pueden tomar.
Antes de que la pandemia llegase a Estados Unidos, Morgan Stanley manejaba tres escenarios:
- Escenario #1 – Contenida la pandemia para finales de marzo.
- Escenario #2 – Se extiende a otros países y afecta al segundo trimestre. Los casos continúan y el techo se alcanza entre abril y mayo con lo que el segundo trimestre se pierde. Los bancos centrales devuelven los tipos de interés a mínimos históricos y los países actúan con políticas fiscales.
- Escenario #3 – La crisis continua durante el tercer trimestre y se dispara el riesgo a una recesión. La pandemia se extiende y China sufre un nuevo repunte en los casos al intentar reanudar la producción. Todas las economías del G3 entran en recesión y el PIB global se queda en el 2,1%.
¿Qué pasó en las anteriores siete crisis sanitarias?
Según los datos que ofrece Fidelity compilados por Stratega, los mercados de valores se han sacudido fácilmente las otras siete epidemias recientes.
Epidemia | Fecha aparición | S&P + 1 mes | S&P + 3 meses | S&P + 6 meses |
Ébola | Marzo 2014 | 0,2% | 5,6% | 6,5% |
H7N9 China | Marzo 2013 | 1,9% | 2,9% | 8,3% |
MERS | Junio 2012 | 3,3% | 11,7% | 9,2% |
H1N1 | Abril 2009 | 3,8% | 10,1% | 30,1% |
SARS | Noviembre 2002 | 0,2% | -7,8% | 4,8% |
West Nile NYC | Agosto 1999 | -5,8% | 3,6% | 0,6% |
Gripe aviar (Hong Kong) | Mayo 1997 | 7,4% | 11,2% | 11,1% |
Fuente: Fidelity
Sin embargo, apuntan que el riesgo de que una corrección inicie un mercado bajista siempre se ha visto reforzado cuando se produce en la última fase del ciclo empresarial, justo donde estamos ahora. En solo dos de las seis últimas correcciones de final de ciclo el mercado fue capaz de recuperar su máximo anterior, según apunta el Fidelity’s Asset Allocation Research Group.
“En general, comprar acciones en medio de las correcciones ha sido una buena estrategia cuando estábamos en la parte media del ciclo, pero no ha tenido tanto éxito en la parte final del mismo”, señala Jake Weinstein, analista de Fidelity’s Asset Allocation Research Team. “El coronavirus añade un grado significativo de incertidumbre durante esta parte final del ciclo, que es la más incierta en cuanto a retornos en bolsa”.
¿Qué hay que mirar ahora?
Las medidas de los bancos centrales y las principales economías mundiales para luchar contra los efectos del COVID-19 ya están sobre la mesa, pero para poder conocer su eficacia es imprescindible que vuelva la actividad económica.
Por tanto, las variables más importantes hoy son la capacidad de controlar los brotes que surjan en las nuevas áreas afectadas y hacia dónde se mueve el epicentro (Wuhan, Irán, Italia, España, Estados Unidos…). También, si repuntan los casos en China cuando se reanude la actividad productiva y, por último, los datos que vayan llegando sobre las terapias en investigación.
¿Qué hacer en esta situación?
Si somos inversores a largo plazo, convendría centrarse en nuestros objetivos. La tentación de vender está ahí, pero nos arriesgaremos a que las pérdidas latentes se vuelvan reales y si disponemos de una estrategia puede ser interesante hacer ajustes.
Si la cartera es buena, soportará los vaivenes del mercado. Si no lo es, podría ser el momento de ponerse en manos de expertos. Aunque, si ya estamos jubilados y nuestra cartera es parte de nuestra renta, el reto es bien distinto.
En conclusión, desconocemos si estos recortes serán de corta duración o el inicio de una caída mayor. La historia apunta que los mercados se recuperan de las caídas tarde o temprano y las estrategias de inversión más sólidas soportan la volatilidad y los retrocesos más fuertes.
Si te sientes cómodo con tu estrategia actual, no te sientas obligado a modificarla; pero si algo te preocupa, te puedes plantear un reajuste de tu cartera, elaborando una nueva estrategia, con vistas al futuro y al largo plazo..
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