Cuando hablamos del mundo financiero estamos acostumbrados a referirnos a la existencia de diversos mercados a donde pueden acudir tanto ahorradores como inversores a mover su dinero. Así, normalmente hablamos de mercado de renta variable, mercado de renta fija, mercado de divisas…
Sin embargo, rara vez escuchamos hablar del principal mercado que existe y que es el que en buena medida determina la evolución de los demás: el mercado del dinero.
El mercado del dinero es aquel en el que se fija el precio de este mediante la determinación del denominado tipo de interés, que no es más que el precio de mercado de los bienes presentes (en este caso el dinero) en función de los bienes futuros.
En este mercado juega un papel fundamental una institución, el Banco Central, que es el que determina tanto a través de sus decisiones sobre el tipo de interés nominal como sobre la cantidad de dinero en circulación (política monetaria), así como como a través de la emisión de dinero nuevo, buena parte de la evolución del resto de mercados y del conjunto de la economía.
El Banco Central de un país o de un área geográfica es la pieza principal de su sistema bancario, ya que sus decisiones sobre política monetaria se trasladan a la economía real a través del sistema bancario nacional, concretamente a través de la concesión de créditos bancarios.
El sistema bancario nacional es el actor fundamental para hacer llegar a la economía real (empresas y familias que invierten y consumen) el dinero emitido por los bancos centrales, ya que el crédito bancario es el principal canal de transmisión de la política monetaria.
Una de las características principales de los sistemas bancarios actuales es su capacidad para incrementar la masa monetaria en circulación sin tener que emitir cantidades de dinero adicionales. Por esta razón se dice que el actual sistema bancario genera dinero de la nada.
Para poder entender esto con claridad es necesario saber que los sistemas bancarios de los diferentes países del mundo se rigen por un sistema que, efectivamente, permite crear cantidades adicionales de dinero con el mero hecho de prestarlo. A este sistema se le conoce como sistema de reserva fraccionaria.
El actual sistema bancario se caracteriza porque los bancos no pueden destinar la totalidad del dinero que captan a hacer negocio mediante la concesión de créditos bancarios, sino que una parte de éste dinero debe ser depositado en el banco central en forma de reserva, que viene determinado por el coeficiente de caja que establece el banco central correspondiente.
Así, uno de los efectos de este sistema es que, aplicado por todos los bancos a la vez, genera un volumen de crédito superior al volumen de depósitos que captan los bancos, lo que acaba provocando un incremento de la masa monetaria en el conjunto de la economía.
La mejor forma de ver esto es a través de un ejemplo:
Supongamos una economía en donde los bancos comerciales están obligados a guardar en forma de reservas el 2% del valor de los depósitos captados, disponiendo así del 98% del valor de los depósitos para hacer su negocio. Supongamos un banco A que capta la cantidad de 100M€ en depósitos.
El banco A capta 100M€ en depósitos y destina obligatoriamente a reservas 2M€, mientras que el resto (98M€) lo destina a la concesión de préstamos a largo plazo. Con este proceso, se incrementa la oferta monetaria de la economía en 98M€, dado que ésta es igual al efectivo (98M€) más los depósitos a la vista (100M€). Los depositantes siguen teniendo 100M€, pero ahora los prestatarios tienen 98M€.
Supongamos que uno de los prestatarios del banco A utiliza los 98M€ de crédito para realizar la compra de un bien a otra persona, la cual deposita el dinero que cobra en el banco B. El banco B, al estar también obligado a destinar el 2% de sus depósitos a reservas, tiene la cantidad de 96,04M€ para realizar su negocio, creando así 96,04M€ adicionales de dinero.
Como vemos, el sistema de reserva fraccionaria crea cantidades de dinero nuevo a través de la obligatoriedad de cubrir un porcentaje de reservas obligatorias, pero dicha cantidad de dinero nuevo creado no es infinito, sino que viene determinado por el propio coeficiente de reservas legales, en nuestro ejemplo el 2%. Cuanto menor sea el coeficiente de reservas, más dinero nuevo se creará.