A la hora de invertir en los mercados financieros debemos tener muy claro que la regla número uno debe ser la de no perder dinero. O por ser más realistas: no perder mucho dinero. Cuando invertimos en bolsa, está claro que es imposible ganar siempre; es más, posiblemente, perderemos más veces de las que ganamos. La clave está en perder poco cuando el viento no va a nuestro favor, y ganar mucho en aquellas ocasiones en las que nuestra apuesta ha sido acertada. Con este objetivo en mente debemos analizar todas las posibilidades de las que disponemos como inversores para proteger nuestro capital. Una de las herramientas más utilizadas para lograrlo son las estrategias de cobertura.
Las estrategias de cobertura a menudo se realizan a través de productos derivados, tomando posiciones contrapuestas: si queremos cubrir una posición alcista que hemos tomado en el mercado al contado (por ejemplo en acciones), la cobertura tradicional se realiza tomando una posición bajista en el derivado (futuros u opciones) con el objetivo de que si la cotización de la acción cae, obtengamos un beneficio a través del producto derivado que amortigüe la pérdida e incluso nos haga ganar dinero si la caída es importante.
Esta estrategia clásica de cobertura de posiciones alcistas es muy utilizada por fondos de inversión que por su política de inversión sólo pueden invertir al alza, para protegerse de eventuales correcciones del mercado.
La mejor forma de entender cómo funciona esta estrategia de cobertura es a través de un ejemplo práctico:
Imaginemos que tenemos una cartera de inversión compuesta por valores pertenecientes al IBEX35 por valor de 1 millón de euros a fecha 15 de Septiembre de 2015. Suponemos que el IBEX35 cotiza al contado en los 10.000 puntos y que el futuro del IBEX35 cotiza en los 10.050 puntos (aquí hay que recordar que cada punto del futuro son 10€).
Lo primero que debemos saber es cuántos contratos de futuros debemos vender para realizar la cobertura de forma correcta, lo que se calcula mediante el ratio de cobertura:
Ratio cobertura: 1.000.000/10.000 x10 = 10; es decir, debemos vender 10 contratos del futuro del IBEX35 para tener la cartera cubierta correctamente.
Imaginemos que nos encontramos en un mercado bajista, ¿cómo funcionaría nuestra cobertura con futuros de nuestra cartera de inversión?
Supongamos que el día 20 de Septiembre el precio del futuro del IBEX35 ha caído hasta los 9.725 puntos, un 3,25%. De esta manera esperaríamos una pérdida de 32.500€ (el 3,25% de 1 millón), pero en el mercado de futuros éstos se tendrían que comprar a 10.050, y se obtendría el siguiente beneficio:
(10.050-9.725) = 325 ticks x 10€ x 10 contratos = 32.500€; con nuestra cobertura de la cartera compensamos las pérdidas en el mercado de acciones.
Como decimos, esta es la estrategia clásica de cobertura de carteras que es utilizada por muchos inversores institucionales, pero existen otras formas de realizar coberturas en el mercado.
Otra de las estrategias de cobertura de carteras más conocida es la denominada estrategia long short equity, llevada a cabo por muchos hedge funds.
Esta estrategia de inversión consiste en poner el dinero en valores independientes, es decir, que no tengan ningún tipo de correlación entre sí, y que por una valoración de análisis fundamental observemos que están o bien infravalorados o sobrevalorados.
Así, si un gestor considera que el valor A está sobrevalorado y el valor B está infravalorado, tomará una posición bajista sobre el valor A y una posición alcista sobre el valor B.
La cartera ganará dinero cuando el valor B suba en un porcentaje superior a la subida del valor A , cuando el valor A caiga más que el valor B, o cuando el valor A caiga y a la vez el valor B suba.
Estamos, pues, ante una estrategia de inversión en la que la cartera se mueve en función de la evolución de los valores de forma independiente y no por las decisiones políticas o de un banco central.
Por último, cabe señalar que las estrategias de cobertura no sólo son habituales en el mercado de renta variable, sino que son algo muy común en el mercado forex, para cubrirse de la evolución del tipo de interés.
Muchas empresas que realizan ventas que se llevan a cabo en una moneda diferente a la que suelen utilizar en su país de origen acuden a coberturas de tipo de cambio, dado que suelen pagar o cobrar sus operaciones a plazo, por lo que para protegerse de un posible efecto negativo sobre el precio debido a la evolución del tipo de cambio realizan operaciones de cobertura que protejan sus operaciones en la medida de lo posible.