Cómo ganar dinero con el interés compuesto

En Self Bank nos encanta la famosa frase, atribuida a Einstein, que afirma que “el interés compuesto es la forma más poderosa de la galaxia”. No nos cansaremos de explicar cómo ahorrar y cómo invertir (¡sí, podemos ser un poco insistentes!), tratando de que le saques el máximo jugo a tu dinero. Y el interés compuesto es una fórmula —nunca mejor dicho— que debes conocer y manejar para conseguirlo.

En los últimos años, la conocida como hucha de las pensiones se ha consumido, y crece la preocupación acerca del futuro. Según una reciente encuesta, las enormes dificultades que encuentran los jóvenes para encontrar un empleo estable llevan a que hasta un 60% de los que tienen entre 30 y 44 años no se vean a sí mismos cobrando una pensión de jubilación en el futuro.

Paralelamente, aumenta el interés por otras alternativas. Si no vamos a cobrar una pensión pública, como piensan algunos, o muy posiblemente la cobremos, pero más exigua, deberíamos pensar en complementarla de alguna manera. ¿Cómo hacerlo? El interés compuesto nos puede ayudar.

La fórmula mágica

Kn= K0 x (1+i)n

Esta es la fórmula del interés compuesto, donde:

  • n es el número de períodos (normalmente, años),
  • K0 es el capital inicial,
  • Kn es el capital que tendremos al final, e
  • i es el tipo de interés —o la rentabilidad— que obtenemos en cada período.

El interés compuesto se refiere a que los intereses que recibimos en los períodos sucesivos se calculan no sólo sobre el capital inicial, sino también sobre los intereses que se van obteniendo. Aunque a priori pudiera no parecer muy relevante, cuantos más años se acumulan, más importancia tiene, generándose un efecto acumulativo tipo bola de nieve.

Vista así, la fórmula puede resultar algo compleja o confusa, así que mostraremos un ejemplo:

Si invertimos 10.000 euros al 5% de interés, al final del año habremos obtenido 500 euros. Pero, ¿cuánto obtenemos el segundo año? En este caso, el 5% ya no sólo se calcula sobre los 10.000 euros, sino sobre 10.500, que es el dinero que tenemos, con lo cual conseguiríamos 525 euros. El tercer año, el 5% se calcularía sobre 11.025 (10.500+525), y así sucesivamente. ¿Cuál es la diferencia con el interés simple?

Año 01-ene Intereses 31-dic
1 10.000 500 10.500
2 10.500 525 11.025
3 11.025 551 11.576
4 11.576 579 12.155
5 12.155 608 12.763
6 12.763 638 13.401
7 13.401 670 14.071
8 14.071 704 14.775
9 14.775 739 15.513
10 15.513 776 16.289
11 16.289 814 17.103
12 17.103 855 17.959
13 17.959 898 18.856
14 18.856 943 19.799
15 19.799 990 20.789
16 20.789 1.039 21.829
17 21.829 1.091 22.920
18 22.920 1.146 24.066
19 24.066 1.203 25.270
20 25.270 1.263 26.533

 

Con el interés compuesto, y suponiendo un 5% de interés anual, en 15 años habríamos duplicado el capital inicial. La conocida “regla del 72” te permite estimar cuántos años tardas, aproximadamente, en duplicar tu capital en función del interés compuesto que apliques:

Por ejemplo:

Si el interés es el 4%: 72/4 = 18 años.

Si es el 6%: 72/6 = 12 años.

Si es el 8%: 72/8 = 9 años.

En los 20 años que hemos considerado, habríamos ganado 16.533 euros de intereses. Si en vez del compuesto, calculásemos el interés simple, serían 500 euros al año x 20 años = 10.000 euros. La diferencia es significativa, un 65,33% más de intereses.

Gráficamente se observa mejor: su crecimiento no es lineal, como en el caso del interés simple, sino que la curva es hacia arriba.

No obstante, esto sólo es el principio, ahora te contaremos algo todavía más interesante.

Aplicando el interés compuesto al ahorro

Imaginemos ahora un caso más habitual. No depositamos una cantidad de dinero en un momento dado y nos “olvidamos” de él 20 años, sino que vamos ahorrando poco a poco, durante ese período.

El vehículo de ahorro/inversión podría ser muy variado, pensemos en una inversión que nos dé una rentabilidad anual de un x% (por ejemplo, unas acciones con un dividendo estable, un fondo de inversión más o menos conservador, deuda pública, etcétera).

Ahorrar cada mes puede resultar complicado en algunos casos, pues la tendencia habitual es gastar lo que tenemos. Sin embargo, es importante recordar la importancia del preahorro, y cómo nos ayuda en nuestros objetivos. Plantéate, por ejemplo, las siguientes circunstancias:

Si fumas, ¿cuánto dinero te gastas al mes en ello? Pongamos, por ejemplo, una cajetilla diaria, a cinco euros la unidad, suponen 150 euros mensuales.

¿Desayunas fuera de casa antes de ir al trabajo? Pongamos 3 euros diarios por 22 días de trabajo, 66 euros.

Otro caso habitual, mucha gente no “preahorra” para comprar un coche, y sin embargo, una vez adquirido, tiene 250 o 300 euros para pagar la cuota mensual. ¿Por qué no hacerlo previamente?

Una vez establecido el plan de ahorro, imaginemos que eres capaz de ahorrar 250 euros al mes, que supondrían 3.000 euros al año. Y que por ese dinero vas a obtener una rentabilidad del 5% anual. Ahora viene lo bueno del interés compuesto. Supongamos que empiezas a los 42 años, y vas a utilizar lo que acumules para tu jubilación, dentro de 25 años:

Año 01-ene Intereses 31-dic
1 3.000 150 3.150
2 6.150 308 6.458
3 9.458 473 9.930
4 12.930 647 13.577
5 16.577 829 17.406
6 20.406 1.020 21.426
7 24.426 1.221 25.647
8 28.647 1.432 30.080
9 33.080 1.654 34.734
10 37.734 1.887 39.620
11 42.620 2.131 44.751
12 47.751 2.388 50.139
13 53.139 2.657 55.796
14 58.796 2.940 61.736
15 64.736 3.237 67.972
16 70.972 3.549 74.521
17 77.521 3.876 81.397
18 84.397 4.220 88.617
19 91.617 4.581 96.198
20 99.198 4.960 104.158
21 107.158 5.358 112.516
22 115.516 5.776 121.291
23 124.291 6.215 130.506
24 133.506 6.675 140.181
25 143.181 7.159 150.340

 

Al finalizar los 25 años, habrías invertido 75.000 euros (3.000×25), y tendrías 150.340 en tu cuenta. Vale la pena, ¿no?