Una vez hemos entendido en qué consisten exactamente los fondos de inversión, toca dar un paso más allá y aprender a decidir cuál de entre los miles de fondos que están disponibles en el mercado se adapta mejor a lo que nosotros estamos buscando a la hora de invertir nuestros ahorros.
Aunque es cierto que el enorme volumen de oferta y la mucha información disponible de cada uno de los fondos acaba induciendo en los inversores más inexpertos lo que se conoce como “parálisis por análisis” (es decir, acabar no tomando ninguna decisión por la imposibilidad de digerir toda la información a nuestro alcance), se puede llegar a escoger un buen fondo de inversión teniendo en cuenta únicamente las características elementales que os explicaremos a continuación.
Antes de entrar de lleno en los aspectos fundamentales para decidir el fondo de inversión a contratar, hay que saber que la mayor parte de los mismos están claramente detallados en el Documento Fundamental para el Inversor (DFI) que todo fondo de inversión debe entregar obligatoriamente a sus inversores antes de la suscripción del mismo. Adicionalmente, todos los folletos deben estar registrados en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Los principales factores para escoger un fondo de inversión adecuado
- La primera condición indispensable para escoger el fondo que más nos conviene es precisamente conocer con exactitud nuestro perfil de inversor. Principalmente, tenemos que ser muy conscientes del riesgo que estemos dispuestos a asumir con ese dinero (a mayor riesgo asumido, mayores rentabilidades potenciales se pueden alcanzar) y del tiempo que podemos prescindir del mismo.
- El primer dato importante a verificar sobre los fondos de inversión es la inversión mínima requerida por los mismos, puesto que podríamos estar limitados en la capacidad de elegir libremente el fondo de nuestro agrado si el importe que deseamos invertir no nos da acceso al mismo.
- El filtro que debemos aplicar a continuación a cualquier listado de fondos de inversión es precisamente el que corresponde al perfil de riesgo del mismo. El perfil de riesgo del fondo de inversión debe coincidir con el nuestro, de modo que no nos expongamos a un riesgo mayor al que estamos dispuestos a asumir. La política de inversión del fondo (en qué activos invierte y en base a qué estrategias, qué porcentaje destina a cada mercado, etc.), detallada en el folleto informativo, determinará si es de riesgo bajo, medio o alto, clasificación que también se mostrará convenientemente en el Documento Fundamental del Inversor (DFI).
- El horizonte temporal recomendado por el gestor del fondo de inversión tiene que ser igual o inferior al tiempo durante el que podemos prescindir de esos ahorros que tenemos intención de destinar al fondo. Si no vamos a poder depositar los ahorros el tiempo que aconseja el fondo de inversión, mejor optar por otra elección, pues no podremos aprovecharnos del funcionamiento óptimo para el que se diseñó ese fondo en base a su política de inversión.
- Un apartado especialmente importante a estudiar, por el impacto que puede llegar a tener sobre las rentabilidades finales, es el de las comisiones que tendremos que soportar a la hora de suscribir, mantener y liquidar el fondo de inversión escogido. Todas las comisiones deben estar detalladas en el DFI, y comprenden las de gestión y depósito (que cobran el gestor y el depositario respectivamente, y normalmente ya están implícitas en el valor liquidativo del fondo) y las de suscripción y reembolso, que normalmente son un porcentaje máximo del 5% sobre el importe. Además, los fondos pueden soportar otros gastos por servicios que resulten imprescindibles. Hay que tener en cuenta que un fondo puede tener diversas condiciones para clases de participaciones diferentes (participaciones clase A, clase B…).
- Aunque es de sobra conocido que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras, conviene hacer un pequeño análisis de los resultados del fondo de inversión en los últimos periodos, especialmente desde que el fondo de inversión mantiene la misma política de inversión que se sigue en la actualidad.