El preacuerdo que ha alcanzado el gobierno con sus socios acerca de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), hasta 900 euros al mes ha provocado diversas reacciones entre el resto de partidos políticos, agentes sociales y otros colectivos, así como en la sociedad en general.
La subida del SMI no sólo responde a una mejora de la economía y a la respuesta a diversas demandas de la sociedad, sino que también sirve para cumplir en parte la Carta Social Europea, que establece que el SMI de los estados que pertenecen a la Unión Europea debería ser de, al menos, el 60% del salario medio. Sin embargo, para alcanzar ese 60%, el SMI debería llegar a 1.126 euros al mes, con lo cual aún se va a quedar bastante alejado de esta cifra.
Pero, más allá de los comentarios y de la mayor o menor aceptación que ha recibido la medida, lo cierto es que la subida del SMI tiene diversos efectos sobre la economía. Algunos expertos apuntan que no son excesivos, debido a que el salario mínimo no afecta a tantas personas (no hay tantos trabajadores que lo cobren). Mientras otros señalan que sus efectos no sólo atañen a los que cobran el mínimo legal, sino que tiene implicaciones mucho mayores sobre el resto de la economía. A continuación veremos algunas de estas cuestiones.
Cómo se hará la subida del Salario Mínimo
Para empezar, conviene recordar como se estableció la última revisión que se hizo del salario mínimo ya que se desconocen los términos exactos del reciente preacuerdo. La subida anterior estaba vinculada al cumplimiento de algunas condiciones macroeconómicas. El Ministerio de Empleo prefirió curarse en salud, estableciendo algunas cautelas: para que se produzca la elevación, el crecimiento del PIB debe ser de al menos el 2,5%, y el incremento de afiliados a la Seguridad Social, superior a 450.000 personas.
Estas cifras, si bien no son menores, se han conseguido sobradamente en los últimos años, con crecimientos del PIB superiores al 3% y de más de medio millón de afiliados más a la Seguridad Social cada año (más de 600.000 en 2017). Lo cual quiere decir que, si la economía no sufre un frenazo, se pueden alcanzar razonablemente.
En 2018, la subida será de un 4% lo que llevará el SMI hasta los 735,90 euros en 14 pagas. Para alcanzar los 850 euros al mes, las subidas deberán estar entre el 7% y el 8% en los dos siguientes años.
A quién afecta la subida del Salario Mínimo
La subida del SMI anterior era susceptible de afectar directamente a unos 534.000 trabajadores, que eran los que perciben su sueldo según un baremo del Ministerio de Empelo. Conviene recordar que el SMI se establece para los empleados a jornada completa, por lo que puede haber trabajadores a tiempo parcial que cobren menos de lo estipulado en el SMI, pero siempre respetando el mínimo que resulte en la proporción trabajada (por ejemplo, si trabajan 20 horas semanales, el mínimo sería de la mitad).
Por lo tanto, el SMI apenas afectaría a un 3% de los trabajadores. Sin embargo, aunque no es obligatorio, la subida del salario mínimo puede tener una incidencia en el resto de los salarios, especialmente en los más bajos.
De esta manera, si en 2017 el SMI subió de 655,20 a 707,70 euros al mes, los trabajadores que cobren entre estas cifras (por ejemplo, que estuviesen cobrando 690 euros mensuales) verían también automáticamente elevada su percepción.
También aquellos cuyos sueldos superen por poco esta cifra podrían ver aumentada su retribución para no cobrar “casi” el mínimo. Por ejemplo, un empleado que estuviese percibiendo 720 euros, hasta el 2016 estaría percibiendo unos 65 euros más que el mínimo, mientras que, con este último cambio, apenas estaría por encima. Por este motivo, es posible que también pueda optar a alguna subida (aunque en este caso ya no sería obligatorio por ley).
Y lo mismo puede suceder, en general, con otros salarios. Conocido el porcentaje de subida para el salario mínimo, es una especie de mensaje para que en la negociación colectiva o en la propia de cada empresa se suban los sueldos de los empleados: si el SMI sube un 4%, vamos a establecer que el resto de retribuciones también ascienden un X%, para no quedarse demasiado atrás.
Qué consecuencias tiene sobre la economía
Algunos economistas hacen hincapié en la relación entre el salario mínimo y el desempleo. De esta manera, argumentan, si el SMI es demasiado elevado, los empresarios no contratarán (o se fomentará de alguna manera la “economía B”, en forma de trabajadores que no son dados de alta en la Seguridad Social).
O, visto desde otro punto de vista, puede haber trabajadores cuya cualificación no es suficiente, que no aportan a la empresa el valor suficiente para compensar ese salario mínimo, y que, de esta manera, quedarían fuera del mercado laboral para siempre.
Por ejemplo, en Alemania, el Instituto del Mercado Laboral (IAB) ha hecho un estudio sobre el efecto de la aplicación del salario mínimo, que se introdujo en el año 2015. Según el informe presentado, el salario mínimo de 8,5 euros por hora provocó un aumento promedio del 4,8% en los salarios, lo que afectó al empleo en un 1,9% (es decir, si no se hubiese introducido el SMI, la tasa de empleo sería un 1,9% inferior).
Otros expertos argumentan que el incremento del SMI también afecta a otras variables: al incrementarse los sueldos, suben las recaudaciones por cotizaciones a la Seguridad Social, por IRPF y por IVA (al aumentar el consumo). Además, este incremento del consumo dinamiza la economía, lo cual puede redundar en un círculo virtuoso, que favorezca el crecimiento (al incrementarse el consumo, las empresas van mejor, contratan más, sube más el consumo, etcétera).
Todo ello, siempre que esa subida no afecte a otras variables, como la inversión o el empleo. Es por ello por lo que se han establecido las cautelas de incremento del PIB y del número de cotizantes, para de alguna manera, asegurar que la subida del SMI no afecta a la marcha de la economía.