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Cloud Computing. Cómo invertir en esta nueva tendencia.

Muchos de los beneficios económicos del futuro vendrán de desarrollos tecnológicos que hoy en día ni podemos imaginar. Por ello los inversores suelen prestar especial atención a las tendencias tecnológicas. Gran parte de los beneficios de las bolsas mundiales de los últimos lustros han venido de mano de las grandes empresas tecnológicas.

En los últimos años una parte fundamental del desarrollo tecnológico ha sido liderado por la tecnología de la información e internet. Al frente de este desarrollo está situado el Cloud Computing.

¿Qué es Cloud Computing?

La computación en la nube, conocido más frecuentemente por su nombre en inglés (Cloud Computing), es un método para distribuir servicios de tecnología de la información. El proceso consiste en manejar recursos mediante aplicaciones y herramientas web, en lugar de una conexión directa a un servidor. En lugar de guardar archivos en un disco duro privado (servidor local), el almacenamiento en la nube permite guardar los archivos a una base de datos remota. Siempre que un dispositivo tenga acceso a internet podrá acceder a la información y programas necesarios para manejar nuestros datos.

Se llama computación en la nube porque la información a la que accedemos está almacenada en “la nube” (una red de ordenadores online), y no se requiere estar en un lugar específico para acceder a ella. Este tipo de sistema permite infinidad de posibilidades. Entre ellas, la posibilidad de trabajar remotamente y de forma colaborativa en proyectos, de una forma que anteriormente no era posible.

En esencia, Cloud Computing consiste en la idea de eliminar todo el arduo procesamiento de datos de los dispositivos que llevamos encima. Esto se consigue transfiriendo toda la información a la nube, es decir a redes de ordenadores en el ciberespacio. Internet se convierte en la nube, y gracias a ello tus archivos, información y aplicaciones están disponibles desde cualquier lugar del mundo.

Diferentes tipos de Cloud Computing

Cloud Computing no es una tecnología concreta, como un teléfono o microchip. Más bien es un sistema. Se suele diferenciar en tres servicios diferentes dentro del cloud computing:

El SaaS (Software as a Service) implica principalmente vender licencias de aplicaciones de software. Las licencias se venden con un modelo de ir pagando a medida que se necesita. Esto facilita que sea un modelo de rápido y amplio crecimiento.

El IaaS (Infrastructure as a Service) consiste en ofrecer desde sistemas operativos a grandes cantidades de almacenamiento, todo a través de una conectividad basada en la IP.

El PaaS (Platform as a Service) es el segmento más complicado dentro del Cloud Computing. Es parecido al SaaS, pero en lugar de proporcionar software directamente al cliente final proporciona una plataforma sobre la que se puede crear software.


 

Ventajas del Cloud Computing

El crecimiento del Cloud Computing ha hecho posible nuevas formas de utilizar nuestros dispositivos electrónicos. Al poder acceder a nuestros datos y aplicaciones de forma remota, ya no estamos limitados a utilizar siempre el mismo dispositivo, y podemos acceder a todo tanto desde nuestro ordenador como desde nuestros dispositivos móviles, como teléfonos o tabletas.

Sin embargo el Cloud Computing va mucho más allá de la posibilidad de acceder a archivos desde dispositivos múltiples. Gracias a servicios de Cloud Computing podemos comprobar nuestro correo electrónico desde cualquier ordenador, e incluso guardar nuestros datos utilizando servicios como Dropbox (compañía, por cierto, que ha salido a bolsa recientemente) o Google Drive. El Cloud Computing nos permite hacer copias de seguridad remotas de nuestra música, fotos, y disco duro en general. De esta forma nunca tendremos graves problemas si se estropea nuestro disco duro local.

Estrategias para invertir en Cloud Computing

Debido al gran crecimiento que está experimentando todo el sector relacionado con el Cloud Computing, hay muchas opciones para invertir. Como siempre, lo más importante es que entendamos lo que hacemos y que nuestras inversiones se adapten adecuadamente a nuestro perfil inversor y necesidades.

Empresas pequeñas dedicadas exclusivamente a servicios de Cloud Computing tienden a cotizar más caras, con respecto al beneficio actual que generan. Por tanto suelen ser consideradas de riesgo más alto, aunque su potencial también será mayor en caso de gran crecimiento del sector.

Por otro lado, las grandes empresas tecnológicas también se están adentrando en el mundo del Cloud Computing. Aunque actualmente este segmento puede suponer una parte pequeña del total de su negocio, todo parece indicar que aumentará en el futuro próximo. Empresas como Oracle han visto un enorme crecimiento reciente en su segmento de Cloud Computing, y poco a poco se va alejando de su modelo de software tradicional.

Por tanto una forma de invertir en Cloud Computing es invirtiendo directamente en empresas tecnológicas cotizadas, ya sean las grandes empresas tecnológicas como Alphabet (matriz de Google), Amazon, Oracle, IBM, Microsoft, etc, o empresas más pequeñas y especializadas del sector como Dropbox, Salesforce, Concur Technologies, etc.

Si nos adentramos en el mundo de los fondos de inversión, no los hay que inviertan exclusivamente en Computación en la nube. Sin embargo, hay multitud de ellos que lo hacen en compañías tecnológicas. Enumeramos algunos de ellos, los cuales podrás comparar en el Buscador de Fondos de Inversión.

JPM US Technology A (acc) EUR – LU0159052710

BGF World Technology A2 – LU0171310443

Franklin Technology A(acc)EUR – LU0260870158

Parvest Disruptive Technology C C – LU0823421689

Fidelity Global Technology A-Acc-EUR – LU1213836080

 Conclusión

La revolución del Cloud Computing está en marcha. Todo el sector tecnológico está siendo afectado por los cambios que conlleva la nube, y las posibilidades que permite. Como inversores podemos participar de esta tendencia invirtiendo en empresas tecnológicas. Al igual que con cualquier sector en crecimiento, invertir en estos activos puede implicar un riesgo más alto que en otros sectores, pero sus beneficios también podrían ser más elevados. Invertir entendiendo bien las empresas que elegimos es fundamental, así como formarnos expectativas razonables.

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