Entramos en la recta final del reto Self Bank para tener un verano de ensueño sin arruinarnos. El viaje está a la vuelta de la esquina y los preparativos ocupan la mayor parte del tiempo, pero no por ello hay que olvidar algo muy importante: el dinero que se gastará durante la estancia fuera de casa.
Aunque debemos tener una cantidad ya asignada para gastar durante el viaje -tal y como se definió en el presupuesto-, no está de más hacer un esfuerzo de última hora en calcular cuánto puede ser ese importe para no acabar tirando del crédito de la tarjeta, lo que al final aumenta los gastos y puede dar al traste con el reto.
Por ello, vamos a ver cómo podemos acotar esa cantidad en efectivo para cumplir nuestro propósito y no desbaratar todo el plan con los gastos extra y antojos que nos dan durante las vacaciones.
Cómo calcular el dinero efectivo para unas vacaciones sin sorpresas
Para llevar a cabo esta tarea hay que empezar haciendo un esquema con todas las comidas que vamos a hacer durante esos días y que no están ya pagadas. Una especie de presupuesto personal para el viaje. Es decir, si por ejemplo hemos cogido un paquete de todo incluido no será necesario hacer este paso previo, pero si no es así, hay que elaborar una tabla con esas comidas, cenas o desayunos que tendremos que pagar cuando los consumamos.
Una vez hecho esto, hay que bucear por Internet de nuevo para saber qué restaurantes o locales de comida hay por la zona (o zonas) en las que nos moveremos y consultar precios. De esta manera podremos establecer una cantidad media para cada una de estas comidas y tener ya una base para calcular ese dinero extra que llevaremos encima.
Es importante hacer este cálculo al alza para no quedarse corto y tener que hacer finalmente lo que intentamos evitar: usar la tarjeta de crédito más de lo deseado. Por ello, poner entre 5 y 10 euros de más por comida para cada persona puede facilitar el objetivo.
Una vez se haya establecido este primer paso, hay que llevar a cabo otro paso. Evidentemente no tenemos una bola de cristal y no sabemos qué cosas se nos pueden antojar en nuestro destino o a qué lugares acudir, pero como ya comentamos en post anteriores, es básico para cerrar el presupuesto definir en la medida de lo posible el itinerario del viaje, porque eso puede suponer un ahorro.
Por ello, haremos primero una lista de lugares o cosas que nos gustaría ver o comprar -también para regalos a la familia y amigos- en el viaje y buscar el precio, para así calcular cuánto dinero nos costará llevarlas a cabo. Insistimos en redondear al alza de nuevo, pues puede ser que llegados al destino los precios hayan subido, lo que nos puede hacer ir directos al cajero.
Por otra parte, también debemos revisar nuestras costumbres de cara a llevar dinero de sobra. Sí, nuestros hábitos diarios, tales como tomar un café a determinada hora del día en un bar, fumar, ir al cine un día a la semana, comer fuera varios días… Estos hábitos cuesta quitarlos aunque estemos de vacaciones, y seguro que cuando lleguemos a nuestro destino nos apetecerá ese café… Por ello debemos llevar una cantidad que pueda cubrir estos posibles gastos, que no son muy elevados, pero que es mejor llevar controlados. Como en las ocasiones anteriores, mira en la web los precios que se manejan por este tipo de consumo habitual.
Otras formas de evitar sorpresas
En cualquier caso, hay otras formas de evitar que los gastos de vacaciones se nos disparen. A muchos de nosotros ya no nos gusta llevar dinero en efectivo, y mucho menos en viajes de larga distancia en los que las cosas se pueden extraviar o pueden incluso robarnos. En ese caso hay que hacerse con una tarjeta de crédito especial para el viaje.
Es decir, una tarjeta que se usará únicamente para estos gastos del viaje. Por ejemplo, la tarjeta de débito Visa Electrón de Self Bank es idónea para estas situaciones, pues es gratuita para todos los titulares de una cuenta en la entidad, por lo que no tiene comisiones asociadas. Además, dispone del servicio Self Protect, que garantiza la seguridad de los pagos ante cualquier operación fraudulenta. Una tranquilidad en algunos países donde hay más riesgos de que nos puedan robar los datos de la tarjeta.
Además, al ser de débito, el dinero se irá descontando de la cuenta, de modo que no llegará a final de mes una factura que nos haga echarnos las manos a la cabeza. Otra fórmula para controlar los costes del viaje es establecer una cantidad fija de gasto para cada día. Teniendo en cuenta las actividades que se van a hacer o lugares que se van a visitar, podemos acordar una cantidad diaria y no salirse de ella. El único problema es que no deja margen de reacción si hay imprevistos.
Por último, llevaremos una especie de ‘contabilidad viajera’ para que los gastos no se descontrolen. Se pueden anotar estos gastos diarios en una libreta, pero en el universo app hay muchas que hacen esta tarea por nosotros y llevan un seguimiento incluso más exhaustivo.
Así, ya estaría todo listo para despegar al destino soñado…sin derrochar.
Semana 1 → Mis primeras vacaciones sin dejar la cuenta a cero
Semana 2 → ¿Qué es eso del presupuesto? Cómo estructurar tus finanzas personales de cara al verano
Semana 3 → Los detalles que te harán ahorrar de cara a este verano
Semana 4 → Busca y rebusca para tener unas vacaciones de ensueño sin tirar la casa por la ventana
Semana 5 → El último esfuerzo antes de hacer la maleta es calcular lo que vas a gastar en el viaje