El Año Nuevo chino cada vez tiene más repercusión en todo el mundo, si no por la festividad en sí misma, por su impacto en el comercio internacional: el temido parón en la producción y en la distribución de principios de año. El de 2022 viene con más hándicaps: cuellos de botella y una variante de coronavirus más contagiosa, en un país que pretende cero casos covid antes de la celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno.
Qué es el Año Nuevo chino
El Año Nuevo lunar es el período festivo más señalado en China y en otros países asiáticos que se suman a este cambio de calendario lunisolar (considera las fases de la luna y la trayectoria solar).
¿Cuándo es el Año Nuevo chino?
Varía cada año. Queda determinado por el día de luna nueva más cercano a la mitad exacta del período entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera en el hemisferio norte. Acontece aproximadamente entre mediados de enero y mediados de febrero y, como referencia, apuntamos los próximos cinco:
- 2022: 1 de febrero.
- 2023: 22 de enero.
- 2024: 10 de febrero.
- 2025: 29 de enero.
- 2026: 17 de febrero.
Siete días de vacaciones y un país que vuelve a casa
Conocemos muy bien las celebraciones del 1 de enero, que supone el cambio de año en el calendario seguido en la mayor parte del mundo, el gregoriano. Pues en China, el cambio de año lunar es, sin duda, el evento más festejado. Implica el mayor desplazamiento de personas a lo largo del extensísimo territorio, con carreteras saturadas, medios de transporte llenos y siete días de vacaciones para visitar a familiares y amigos; además de festivales, compras y un sinfín de proyectos para el año que empieza.
Todos vuelven a casa. En estas fechas tan especiales los preparativos domésticos se inician días antes, se limpia a fondo y se decora con motivos tradicionales; se recuerda a los antepasados y se pide por un año de fortuna. En la cena de Nochevieja china hasta el menú tiene un significado relacionado con la suerte. Tras ella, resulta imprescindible la Gala de Año Nuevo en CCTV (China Central Televisión), el programa más visto de la televisión. En esa madrugada y al día siguiente, los protagonistas son los fuegos artificiales y los regalos se envuelven en papel de color rojo.
Estrategias cero covid, Juegos Olímpicos de Invierno y cadena de suministros
China es ya la segunda economía del planeta, con un PIB que se acerca a 17 billones de dólares, y es el mayor fabricante del mundo. Por tanto, cualquier elemento que altere el engranaje de su sistema productivo hace temblar el comercio internacional. Basta recordar el bloqueo del canal de Suez como ejemplo de la importancia de las redes logísticas y la fragilidad de la cadena de suministros.
Estrictas medidas de control sobre el coronavirus
Si en otras economías las restricciones para evitar la propagación de la pandemia se modulan en base a la incidencia acumulada y a la ocupación hospitalaria, en China las medidas para luchar contra el covid-19 buscan que no haya ningún caso.
Así, todavía siguen siendo habituales las restricciones severas de movilidad, las pruebas de detección masivas y los confinamientos de ciudades completas en cuanto que se detecta un brote. Una política que se ha endurecido con ómicron —más contagiosa— en el esprint final hacia los Juegos Olímpicos de Invierno. Tendrán lugar en las ciudades de Pekín, Yanqing y Zhangjiakou, del 4 al 20 de febrero, justo después de las celebraciones del Año Nuevo.
Congestión, Año Nuevo Chino y fletes
Estas medidas para frenar la pandemia ya causan retrasos en varios de los principales puertos de China, y crece el miedo a que se produzcan nuevos cuellos de botella e incluso la suspensión de servicios de grandes navieras, como ya ha ocurrido con Ocean Network Express y Hapag-Lloyd. Y, como consecuencia, se han desplazado más envíos hacia la vía aérea, lo que ha incrementado las tarifas hasta un 50%.
Sigue, pues, la tendencia de trasvase de portes del barco al avión, lo cual se refleja en los datos de IATA referentes al transporte aéreo de mercancías, que en 2021 ha alcanzado cifras récord. La demanda creció un 6,9% interanual comparada con cifras previas a la pandemia (2019) y un 18,7% respecto a 2020. Todo ello a pesar de que la congestión en los principales hubs sigue estando presente, como demuestra la menor capacidad de transporte, un 10,9% inferior a la de 2019.
Según apuntan en Freightos, aunque habría que añadir posibles disrupciones para contener el incremento de casos de coronavirus en las ciudades con brotes, estas podrían verse suavizadas gracias a la producción de otras fábricas que habitualmente cierran en el Año Nuevo y esta vez permanecerían en funcionamiento, por lo que no esperan que los fletes marítimos aumenten mucho más.
En la gráfica anterior, se observa el incremento de las tarifas del transporte global de contenedores (Freightos Baltic Index) desde mediados de 2021, cuando ya empezaba a sentirse la crisis de la cadena de suministro global. Aunque se ha corregido ligeramente a finales de año, es apreciable el repunte —superior al 5%— desde enero de 2022.
La operación salida ha comenzado dos semanas antes del último cambio de luna. Las empresas cierran ejercicio, dan por terminados los últimos trabajos y las fábricas empiezan a programar pedidos ya para el siguiente período. Queda por ver si los efectos del Año Nuevo son los habituales o si este será más complicado debido al shock de oferta, con ómicron todavía presente y con los Juegos Olímpicos de Invierno tras las vacaciones.