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Ahorrar para darse un homenaje, un lujo, o un buen viaje

ahorrar para darse un homenaje

Todo en la vida tiene un objetivo, propósito o fin. Las personas hacemos la mayoría de tareas o movimientos con una meta, para lograr algo, bien sea material o inmaterial. Sucede especialmente con el ahorro: ahorramos persiguiendo un objetivo. Cuando renunciamos a ciertos caprichos y guardamos dinero lo hacemos, casi siempre, para conseguir algo mejor en el futuro.

Y es ahí donde muchas veces radica el éxito o fracaso del ahorro en sí. Cabe recordar que el ahorro es la asignatura pendiente de los españoles. Según el Instituto Nacional de Estadísticia (INE), en el tercer trimestre de 2018 la tasa de ahorro de los hogares cayó al -1,2%, la más baja en 20 años, lo que demuestra que estamos gastando más de lo que tenemos -un síntoma muy preocupante-.

Fijarse un aliciente en el horizonte puede ser la mejor forma para hacer ese esfuerzo de no derrochar o cortarse un poco todos los meses. Sobre todo, porque luego podemos recompensarnos a nosotros mismos. Las opciones son múltiples y varían en función de los gustos de cada persona. Lo importante es marcarse una meta e ir a por ella, sin distraerse.

Una vez que entremos en la dinámica ahorradora y especialmente cuando hayamos alcanzado esa meta, resultará más sencillo el ahorro de forma natural, al haber incorporado ya esa rutina a nuestros hábitos.

Cómo ahorrar para cumplir un sueño

Ha llegado el momento de ponerse manos a la obra para ahorrar. Para empezar, determinaremos para qué vamos a ahorrar. ¿Comprarnos una casa? ¿Un coche? ¿Una moto? ¿Irnos de viaje a la otra punta del mundo? ¿Comprar un bolso de lujo? Es importante fijar el ‘objeto de deseo’, porque de ese modo sabremos cuánto tenemos que ahorrar. Además, no es lo mismo ahorrar para algo que vale 3.000 euros que para una cosa que vale 20.000, por ejemplo.

Evidentemente, el objetivo debe ser realista. Puede que el sueño de algunos sea tener un Ferrari, pero para la mayoría supondría demasiados años de ahorro. Aunque, por muy lejano que parezca el objetivo, el ahorro también puede permitir pagar una parte y acceder a la financiación del resto. Se trata de analizar las diferentes opciones, para así establecer el mejor método de ahorro y la cantidad que se quiere alcanzar por etapas.

Una vez establecido el objetivo, pasamos a la acción: al cómo y al cuándo. Y para ello necesitamos un planning donde marcaremos las etapas hasta llegar a la cifra de ahorro que hemos marcado como objetivo. Sin esta planificación el ahorro podría volverse demasiado duro y no tardaríamos en abandonarlo.

Cómo hacer un plan de ahorro

Para empezar, hay que hacerse un presupuesto. Con esta herramienta tendremos todos nuestros ingresos y gastos claros y sabremos lo que nos queda disponible a final de mes. Aunque dé pereza hacerlo, es imprescindible para arrancar con buen pie el objetivo de ahorro.

Una vez que conocemos el disponible de cada mes tras pagar los gastos ineludibles -casa, facturas, seguros, comida, etc.- podemos dividirlo en tres partes.

 

La cantidad de cada una de las partes dependerá de cuánto tengamos disponible y de cuánto queramos ahorrar. Lo más pragmático es que las cantidades sean exactamente las mismas, o dejar un 10% en la parte de ahorro para alcanzar antes el objetivo. Y, por supuesto, si a final de mes sobra dinero de alguna de las tres divisiones, podríamos añadir ese extra a la parte del ahorro.

No hay que olvidar que el ahorro es DIY (Do It Yourself), por lo que se puede ir ajustando en función de nuestras necesidades.

¿Abrir un plan de ahorro especial?

Con el plan de ahorro ya establecido puede surgir la duda sobre cómo ir guardando esos ahorros. Evidentemente, lo más recomendable por seguridad es que estén en el banco pero, ¿es mejor abrir una cuenta de ahorro especial o dejarlos en la que tenemos?

Aunque esto va a gusto de cada cual, puede ser recomendable abrir una cuenta nueva de ahorro para que todo este dinero vaya allí. Primero, porque al tenerlo separado tendremos menos tentación de tocarlo y, segundo, porque con una cuenta de ahorro ese dinero crecerá. Actualmente estos instrumentos no dan tanta rentabilidad, pero algo genera, y siempre será bien recibido.

La Cuenta de Ahorro Self es perfecta para este objetivo de ahorro, ya que no cobra ningún tipo de comisión y mes a mes va generando intereses que se van acumulando al ahorro. Esa remuneración extra es inmediata y remunera desde el primer euro de ahorro.

Ya no hay excusas para emprender ese objetivo de ahorro que llevamos teniendo toda la vida en mente. Aunque cueste un poco, la recompensa sabrá mucho mejor.

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