Es frecuente aparcar la necesidad del ahorro continuo por la falsa sensación de improductividad de las cantidades ahorradas. En efecto, la paciencia en el ahorro es una virtud indispensable, y no debe subestimarse la importancia del ahorro diario por la tendencia a perder de vista los beneficios que puede proporcionarnos en el medio y largo plazo.
Está claro que no ejerce el mismo poder de motivación para seguir ahorrando el hecho de contar con una suculenta cifra mensual en el producto destinado al ahorro que escojamos (aquí, vamos a llamarle genéricamente “hucha”), que ver como sólo somos capaces de ahorrar cantidades muy pequeñas cada mes. A todos nos ha pasado: si en mi hucha veo que ya tengo 3.000 euros, el esfuerzo que me supone ahorrar y, por lo tanto, renunciar a disfrutar a corto plazo de ese dinero apartado, será mucho más llevadero que si en la hucha sólo tengo 60 euros.
Pero nunca hay que perder de vista el poderoso efecto del largo plazo. Ver que a final de mes sólo somos capaces de apartar 30 euros, puede hacernos desfallecer en el ejercicio del ahorro, al pensar que nunca vamos a conseguir una cantidad ahorrada que realmente nos pueda ser de utilidad en el futuro.
¿Sabes esos 30 euros mensuales en cuanto se habrán convertido en 5 años? En 1.800 euros. Y en 10 años tendrás 3.600 euros. Cantidades nada desdeñables teniendo en cuenta el relativamente pequeño esfuerzo que puede suponer apartar 30 euros al mes. Todo esto sin tener en cuenta las rentabilidades que podrás obtener de ese dinero ahorrado, que a la hora de la verdad no estará en una hucha en la mayoría de casos.
Cantidades de ahorro recomendadas
La literatura sobre qué porcentaje de los ingresos mensuales debería destinarse al ahorro es extensa y muy diversa. Lo que parece evidente es que no tiene mucho sentido hablar únicamente de porcentajes de ahorro sobre esas cantidades, puesto que un porcentaje representa normalmente una cantidad variable, mientras que los gastos que cada uno tiene de manera periódica acostumbran a ser cantidades fijas.
Tomemos como ejemplo para entender este extremo a Rafael y Miguel, ambos vecinos del mismo edificio que pagan exactamente lo mismo por su alquiler y tienen una vida muy similar en cuanto a gastos se refiere (digamos que gastan 1.000 euros mensuales). Rafael tiene unos ingresos netos de 2.500 euros mensuales, mientras que Miguel cobra 1.200 euros al mes. Evidentemente, una regla del estilo “destinar al ahorro el 30% de los ingresos netos mensuales” no será válida para Miguel, pues si de los 1.200 euros mensuales que ingresa debe apartar 360 euros para el ahorro no podrá sufragar los 1.000 euros de gastos mensuales. Sin embargo, Rafael no tendrá ningún problema en cumplir esa regla. Lo que pone de manifiesto este ejemplo es que no es válido un porcentaje de ahorro universal, pues los gastos e ingresos de cada uno condicionan significativamente esa fórmula.
Pero aunque no exista un porcentaje universal de ahorro para todos los perfiles ahorradores, sí que existe un mínimo aconsejable de ahorro mensual recomendado por la mayor parte de los expertos financieros. Esa cantidad mínima equivaldría al 10% de los ingresos netos.
Aunque sea cierto que haya mucha gente gastando la misma cantidad que ingresa cada mes, o incluso más, debiendo pedir préstamos para afrontar sus gastos, existen diversas técnicas que pueden ayudarnos a reducir esos gastos una cantidad suficiente como para ser capaces de lograr ese 10% de ahorro mínimo recomendado. Sin embargo, si tras nuestros mejores esfuerzos sólo logramos ahorrar un 5%, tampoco debemos darlo por malo, pues lo realmente importante es generar el hábito del ahorro.
En el caso de Miguel, puesto que sus ingresos son de 1.200 euros, podría cumplir con ese ahorro del 10% mensual, 120 euros, sin problemas de mantener su ritmo de vida actual. Si por ejemplo cobrara solamente 1.000 euros, la necesidad de ahorrar 100 euros mensuales debería forzarle a intentar rebajar en esa cantidad sus gastos mensuales empleando técnicas de ahorro como las comentadas en Ahorrando que es gerundio de este blog, además de poner a tu disposición nuestra cuenta de ahorro Self para que cumplas con tu proyecto de ahorro.
El margen de ahorro es mayor para ingresos mayores
En los casos en los que el margen disponible para ahorrar sea superior, dependerá mucho de los objetivos de ahorro, pero parece razonable incrementar ese porcentaje mínimo del 10% para lograr acumular una cantidad ahorrada mayor en un periodo de tiempo mucho más rápido.
Es una buena práctica fijar un porcentaje de ahorro sobre el exceso de los ingresos descontados los gastos. Es decir, una vez restados los gastos mensuales a los ingresos que recibimos, se aplica un porcentaje de ahorro generoso a la cantidad resultante, variable en función de los objetivos de cantidad y plazo de ahorro individual.
Por seguir con el ejemplo anterior, Rafael estaría en esta última situación. Una vez descontados sus gastos mensuales, Rafael tendría disponible una cifra de 1.500 euros después de gastos, de la que por ejemplo podría decidir ahorrar un 50% (750 euros mensuales). Aunque si los ahorros de Rafael tuvieran como objetivo ahorrar 12.000 euros para comprarse un coche dentro de 10 meses, su cifra a ahorrar debería ser de 1.200 euros mensuales, es decir, un 80% de esa cifra después de gastos. En cualquier caso, el mínimo que debería ahorrar Rafael debería seguir cumpliendo la regla del 10%, es decir, 250 euros mensuales.