Tras el Black Friday, suma y sigue: el puente de la Constitución, la lotería, las Navidades, Reyes… Una época en la que no sólo se alegran las calles con una bonita iluminación, sino que también todos tenemos más tendencia a la alegría… a la hora de gastar.
Sin embargo, el final de año puede ser una época tan buena como otra cualquiera a la hora de proponerse ahorrar. Incluso puede ser más fácil, ya que en muchos casos se cuenta con unos ingresos extra (como la paga de Navidad) y en otros, dado el gran volumen de gastos que se avecina, no es complicado “desviar” un poco de ese gasto hacia el ahorro.
Como siempre recomendamos, es bueno echar mano de la planificación. Contar con un presupuesto de gastos te evitará, en buena medida, excederte, ir más allá de lo que calculabas. Pero, además, se trata de desmenuzar cuáles son esos gastos a los que vamos a hacer frente. De esta manera, analizando los detalles, podremos afinar en buena medida nuestro comportamiento financiero en esta recta final del año. ¿Nos acompañas?
Haz un presupuesto para Navidad
En definitiva, consiste en elaborar una lista con todos los gastos que esperamos afrontar y compararla con los ingresos que vamos a tener. En un primer momento, es posible que nos sorprenda el enorme volumen de gastos de estos días, y que lleguen a superar los ingresos del período. Si te sucede esto, lo primero es situar los gastos por debajo de los ingresos; recuerda, el objetivo es ahorrar, incluso en esta época. Y además, que la tan famosa cuesta de enero no cueste tanto, valga la redundancia.
Dentro del presupuesto navideño, podemos dividir los gastos por grandes categorías: por ejemplo, comida, regalos, ocio y viajes. De esta manera, te resultará más fácil visualizar en qué te vas a gastar el dinero. A partir de esa primera categorización, puedes descender al detalle, para ver en qué puedes reducir o dónde te conviene recortar, sin que te veas (demasiado) afectado por ello. Ten en cuenta que algunos de los gastos que realizamos, y más en estas fechas, son prescindibles. Incluso en muchos casos, nos arrepentimos a posteriori de haberlos realizado.
Para que te hagas una idea, según un estudio realizado por Deloitte, el montante en gastos navideños por hogar en España supera los 600 euros de media, de los cuales un 40% puede ir para regalos, un 30% para comida, y el otro 30%, para ocio y viajes. Vamos a desmenuzar cada uno de esos apartados.
Ahorrar en comida
A todos nos gusta permitirnos algún lujo gastronómico en navidad. Está bien, pero no significa que necesariamente tengamos que comprar las angulas a 600 euros el kilo y los camarones a 300.
¿Qué alternativas hay?
La primera, no esperar a los últimos días para comprar, cuando el precio sube más, sino adquirir la comida unos días antes, y congelarla. Por supuesto, una de las claves en ese caso será descongelar adecuadamente. Otra posibilidad es decantarse por otros alimentos “no tan de moda” en estas fechas y apostar por otras carnes y pescados con mejor precio. Para darle el toque navideño (es decir, para hacerlo especial), se puede recurrir a recetas un poco más sofisticadas, de manera que la celebración vaya acompañada de algo distinto, sin tener que gastarse un dineral.
Otra posibilidad es reducir la comida principal, sustituyéndola en parte, por entrantes y aperitivos; dependiendo de cuáles sean, pueden saciar más por menos dinero, además de aportar un toque lúdico y festivo. También se pueden combinar con ensaladas, que, además de conseguir saciar y aportar color a la mesa, son más baratas.
En cuanto a los dulces navideños, existe una gran variedad: turrones de todo tipo, mazapanes, polvorones, bombones, frutas escarchadas… Siempre sobran, pues llegamos a los postres cuando ya hemos ingerido una gran cantidad de comida. Dosifícalos un poco, seguro que no se echan tanto en falta.
Ahorrar en regalos
Cada año, más gente adelanta las compras de los regalos navideños al Black Friday. Este año, las compras en el fin de semana del 23 de noviembre, incluyendo el lunes 26 (Cyber Monday) rondaron los 1.500 millones de euros, destacando las de ropa y calzado, y en tecnología. Hay buenos descuentos, que pueden oscilar entre el 30% y el 70%: una buena forma de comprar ese regalo que haremos en navidades. Además, muchos comercios permiten la devolución de lo adquirido hasta después de Reyes.
Internet puede ser un buen aliado en este ámbito. En la red podemos encontrar mejores precios y regalos diferentes, que serían difíciles de encontrar en otros canales. De esta manera nos permitirán alegrar al que lo recibe sin gastar mucho dinero.
Una manera divertida de ahorrar en los regalos es jugar al amigo invisible. De este modo, se establece un importe máximo para comprar los obsequios que se van a hacer, así evitamos pasarnos del presupuesto.
Otra posibilidad son los regalos DIY. Sí, hazlo tú mismo, será un regalo personal y único, que saldrá mucho más barato, y puede encandilar a la otra persona, que ve que lo has hecho con tus propias manos.
Ahorrar en ocio y viajes
Muchos de los desplazamientos que se hacen en estas fechas resultan ineludibles. No es fácil ahorrar en ellos porque viajamos para vernos con los familiares y amigos.
Pero, en cualquier caso, ¿has mirado cuál es la mejor forma de viajar? Quizás lo hagas habitualmente en avión, pero te saldría mejor hacerlo en tren, y no tardarías mucho más, si sumas el tiempo del embarque y las esperas en el aeropuerto. O quizás te desplazas en coche, porque siempre lo has hecho así, y hay vuelos low cost, que te salen mejor. Busca y compara, te puedes llevar una sorpresa.
En cuanto al ocio, centrándonos en el cotillón de fin de año, por un “módico” precio, tenemos incluida la cena, barra libre y, en ocasiones, alojamiento. ¿Realmente es mejor así?
Quizás podrías cenar en casa, y luego ir de fiesta. Pero claro, no te apetece ponerte a cocinar para tanta gente en un día como ese, que luego vas a salir… ¿Qué tal si organizas una cena “de traje”? Cada invitado tiene que traer algo: yo traje el vino, yo traje los aperitivos, yo traje el postre… De esta manera, se reparte el trabajo y el coste, se pasa un buen rato en compañía y sale más asequible que ir a comer fuera.